ANÉCDOTAS CARPEÑAS - SEGUIMOS CON ANDREÍNA Andreína, en un Santiago zapatos quiso estrenar y poniéndose a pensar se dijo: “cómo lo hago, Andreína tú no sales con los zapatos que todas se ponen hasta en las bodas y que parecen iguales, además de que son raros los que se compran aquí, quince duros como vi y a mí me parecen caros”. Ni corta ni perezosa saca de sus entresijos ir a comprar a Torrijos los zapatos y a otra cosa. Así que a Torrijos fue dispuesta y con alegría y en cada zapatería se prueba los que allí ve. Entre los muchos que ha visto elige los que le gustan y sus precios no le asustan, los paga contenta y listo. Llegada al pueblo se empeña en que los vean en su casa y así pasa lo que pasa cuando las compras enseña. Y es que le habían hecho un lío los dependientes ingratos y le dieron los zapatos como los de en “ca Lucío”. Y se acuerda de repente que si aquí quince costaban en Torrijos le cobraban quince no, que fueron veinte. Pero ella va y disimula y dice que diez pagó y luego los estrenó el día Santiago tan chula. Cristino Vidal Benavente. |