¡Presidente, presidente! No ¡presidenta, presidenta! ¿Por qué será? Los balcones de la Delegación del Gobierno, que dirige sabia e inteligentemente Máximo Díaz Cano, asistido por el experimentado Paco Masa, suele ser el escaparate donde la gente guapa se deja ver en la festividad del Corpus Christi y por donde también se asoman distintas personalidades del mundo de la política. Como no podía ser menos, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, acompañada por su ínclito esposo, Ignacio López del Hierro, estuvo en la balconada, pero en esta ocasión tuvo que ceder todo el protagonismo a su jefe directo, Mariano Rajoy, que junto a su esposa concentraron todas las miradas. La llegada de Rajoy estuvo acompañada por un coro de seguidores que al grito de ¡presidente, presidente! jaleaban al líder de la oposición cuando éste, acompañado por la lideresa de la otra oposición, María Dolores de Cospedal, llegaba a la Delegación del Gobierno. Curiosamente, ninguno de los espontáneos que aclamaron a Rajoy hicieron lo mismo con Cospedal, claramente obviada por la corte de seguidores que “estratégicamente” colocados reclamaban la presidencia del Gobierno para el gallego. ¿Por qué no apoyaron a Cospedal? ¿Por qué ninguno de los voceros se dirigieron a ella como ¡presidenta, presidenta!? La respuesta está clara: Porque ninguno de los asistentes veía a Cospedal en el despacho del Palacio de Fuensalida. Algo, por cierto, que molestó mucho a la secretaria general del PP, que pidió explicaciones al responsable de la organización del coro. Pero aunque fuera un error por parte del organizador del citado orfeón político, que olvidó ordenar que Cospedal fuera también aclamada, el caso es que ninguno de los concentrados en las proximidades de la puerta de la Delegación vitoreó a la madrileña, a pesar de la encuesta de El Mundo, ¿Por qué será? Viernes, 4 de Junio 2010 dclm.e |