El Carpio de Tajo - Toledo

En Castilla-La Mancha sabemos bien cómo se las gasta Cospedal negándose a cualquier pacto y echando luego la culpa al contrario por no haber pactado. Es capaz de afear su conducta en la cara del otro sin perder la compostura. A veces, “Doña No” hace la misma política en CLM y a nivel nacional: se niega a apoyar cualquier pacto con el gobierno del Estado y quien luego responsabiliza de falta de diálogo, pide dimisiones y, de paso, deja caer el “quítate tu pa ponerme yo”, como dice la canción de salsa.

Cospedal negó el agua a CLM, apoyó a Murcia y pidió la dimisión de Barreda por no aprobar el Estatuto porque ella no quiso que se aprobara. Así ha sido, lo hemos seguido día tras día, sabíamos, y lo anticipamos, que Cospedal no quería que se aprobara la Reforma del Estatuto, mientras sus huestes obedientes pedían a los periodistas la “P” de Paciencia ¿lo recuerdan?

No es como un niño que acaba de cometer una fechoría y luego asegura a sus padres “yo no he sido”. Es peor porque comete la fechoría y, con el mejor de sus rostros, asegura que ha sido el contrario y dice al profesor: hay que castigarlo. Por malo. Es asombrosa.

Algo similar sucedió con el cementerio nuclear que quiso colocar en CLM después de asegurar que no quería un cementerio nuclear en CLM. O con proyectos muy beneficiosos para el futuro de La Mancha como el Aeropuerto de Ciudad Real, a quien niega el pan y la sal porque no quiere que ningún proyecto positivo salga adelante en CLM.

Otras veces actúa de forma radicalmente contraria en la Región y en el resto del Estado, que para eso es presidenta regional y secretaria nacional del PP. Es el caso de las Cajas de Ahorro. A nivel nacional pide que se modifique le Ley de Cajas y que se elimine el veto que imponen algunas comunidades a las fusiones. Pacta con el Gobierno del Estado para apoyar esas fusiones y, sin embargo, en CLM vuelve a negar más pan y más sal, en este caso a Caja CLM, entidad a la que puso en los mayores aprietos, a través de sus decisiones políticas, en su peor momento de crisis.

En Castilla-La Mancha ya conocemos su afición por tirar la piedra, esconder la mano y decir a la seño: “Ha sido ese”. En el resto del Estado, donde el PP apoya la crisis y niega cualquier tipo de salida porque le interesa políticamente que las cosas empeoren lo más posible, ya la van también conociendo: ¿recuerdan el pasado verano que acusó al Gobierno de practicar escuchas ilegales para tapar el Caso Gürtel?

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