El Carpio de Tajo - Toledo

Imagen: La Luna. Inalcanzable, siempre cambiando, desapareciendo y volviendo a aparecer. La miramos, la imaginamos, nos maravillamos de ella y languidecemos - nunca resulta familiar, es una provocadora continua de sueños - no ofrezcamos lo obvio, prometamos la luna. Pues eso.

En el día de la Expiación, el sumo sacerdote lleva el chivo al templo, le coloca las manos sobre la cabeza y confiesa los pecados del pueblo transfiriendo la culpa al animal sin culpa, que es entonces llevado al desierto y abandonado, despareciendo con él los pecados y la culpa del pueblo.

No es necio el que hace la necedad, sino el que, una vez hecha, no la sabe encubrir. Todos los hombres cometen errores, pero con esta diferencia: los sabios disimulan los ya hechos, pero los necios mencionan hasta los que harán. (Baltasar Gracian 1601-165

Al mirar las acciones humanas desde las nubes ven con antelación el final de todos los grandees sueños que conducen al desastre y a la tragedia. Y se rien de nuestra incapacidad para ver más allá del momento y de la forma en que nos engañamos a nosotros mismos.

¡Cuanto más fácil es siempre entrar que salir una vez que se está dentro! Deberíamos actuar al contrario de la caña que, como emerge al principio, arroja un brote largo y recto, pero después, como si estuviera cansada... forma varios nudos densos, indicando que ya no tiene el vigor y empuje originales. En sus inicios somos nosotros los que guiamos los asuntos y los que los mantenemos en nuestro poder; pero también a menudo, una vez que se ha puesto en movimieto, son ellos los que nos guían a nosotros y nos arrastran. (Montaigne, 1533-1592)