VERSOS - EL ALMENDRO Un almendro había en aquel lindero que flores tenía allá por febrero, que se destacaban del azul del cielo y caían al suelo si se marchitaban, haciendo una alfombra blanca como nieve, cual si fuese sombra de blanco relieve. La almendra después empieza a engordar y vas a mirar, pero no la ves, que es verde igualmente que lo está la hoja, de un verde caliente del que se despoja allá por septiembre en que se varea y luego se emplea llegando diciembre en dulce manjar, postre toledano merced a sacar un buen artesano lo que todos van a usar en la cena de la Nochebuena, que es el mazapán. Toledo ese día en todas las bocas con gran alegría y unas ganas locas de al postre llegar sale a relucir para bendecir su sabor sin par. Cristino Vidal Benavente.
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