La chica del super No puedo mantenerme lejos de ella desde aquel día. A Rita la conocí hace unas semanas en el supermercado de la esquina de casa. Ella, atiende la caja número 3 vestidita con su uniforme blanco y azul gastado en salitres congeladas en sudor, derrochando tristezas liberadas y dibujando en el paisaje un voraz aire sensual. Me llamaba la atención, especialmente, el arte que emanaba de su mirada que con ingenio apura a ser abordada sin saber por qué. Me gustaba mucho. Por momentos sentía su espíritu palpable meditando en mi piel. Me hacía vibrar en un juego sin atajos alborotando mis sentidos vulnerables. Pero lo que más me deleitaba de ella era su carita angelical, precoz, enlazando en su poesía, cielos lejos de mi alcance, cautivos. Hoy me levanté retemprano, tipo siete, y se me antojó desayunar tortitas negras con dulce de leche y crema, fui entonces al super. Al entrar la busqué con mis ojitos desvelados y noté que Rita dejaba caer, como llovizna inusual, una lágrima que a la vista y con astucia se evaporaba sin pudor en medio de la gente. No resistí acercarme y preguntarle que pasaba por su cabecita colegial... - La credencial en tu uniforme me dice que te llamás Rita, perdoná nenita ¿te pasa algo?.. - No, nada señorita, me dijo, nada en principio que usted pueda hacer.. - Me llamo Patri, linda, contame, dale, quizás te haga bien.. - Nada Patri, de verdad, es sólo una ráfaga de melancolía.. Mi interior insistía que siguiera el recorrido de esa lágrima sin vacilar y embrollarme en un nuevo lío, ella es muy linda y su pena era una excusa para conocerla mejor. - ¿Querés ir a tomar un café más tarde, sin un juzgado de ojos y oídos que nos aprisionen, así me contás?.. - Uy que dulce que sos Patri, acepto dale... umm, pero tengo mucha ropa para lavar ¿querés venir a casa, así te cuento?.. - Si, claro, dame la dirección, a las seis estoy allí.. Como la despistada que soy me fui sin comprar nada y pensando sólo en ella, en su boca. Como es mi costumbre, fui impuntual y llegué diez minutos tarde. Rita abre la puerta y me recibe con una taza de café.. - Uy uy que atención nenita, vaya vaya... que distinta parecés sin tu uniforme.. - Y si, viste Patri, en casa reservo partes menos aburridas de mí.. - Ay disculpá Rita, no te saludé como corresponde.. Rita dejó, entonces, sus labios quietos y sin fraude para que los míos dieran el primer paso. Fue rápido, mucho más de lo que imaginaba en un principio, la niña angelical me anunciaba en su boca sin nieblas una nueva y roja felicidad . Hemos puesto en marcha el tiempo en un singular beso. Una vez dentro de su casa, Rita tiende nuevamente sus labios de manera suave, poso mi mano sobre su mejilla y la acaricio sin descuido y la beso enlazando su lengua al temblor de mi boca. De repente, vuelco mi cabeza sobre su hombro izquierdo... - ¿Pasa algo Patri?.. - No, no, nada, es sólo que.. - ¿Es sólo qué?.. - Nada, sólo que no pensé que eras.. - ¿Lesbiana?.. - Si nenita, no sé, creo que me gustás demasiado.. - No te creo Patri. Me dejé envolver en la duda de sus palabras que al fin y conociéndome podrían ser ciertas. Yo me aprisiono, a veces, en un fugaz y apasionado beso y sus incertidumbres pasajeras. Rita adorna mi cuerpo con una mirada perversa. Pasó sus brazos alrededor de mí y tendí mi cuerpo en un gentil sofá verde anidado en una de las esquinas confundidas del living, en su pasión. Se acuesta sobre mí y suelta su cinturón sin recelo dejando un espacio sin límites para que juegue con sus ganas. Es el momento que más prefiero, el descubrimiento de la libertad en otra mujer. Reconozco que soy una chica que normalmente confía en hacerse cargo de la situación, en el dominio descuidado y antojadizo de lo inusitado... Pero aquí no lo sé, no he podido, sentí perder todos mis medios, había un control sobre mí que nadie más había podido provocar en mis anteriores desconciertos. Sentí sus manos dibujarse en mis jeans, yo miraba su calor a través de sus labios traspasar mis cuencas, había un pequeño salto que no podía controlar. Ella acaricia el desorden sereno de mis piernas y besa mi cuello indefenso, suspira perezosa, desagua su sudor haciéndome notar que hay más de ella, de su frescura provocativa debajo de la almohada y que yo, sólo debía a atreverme a exteriorizar la realidad. Rita se levanta, me toma de la mano, la sigo. No hubo palabra alguna, sólo una mirada fija acomodando el placer. Me lleva por un estrecho pasillo que conduce a su habitación, por primera vez me siento una ofrenda aplacando el deseo sombrío de otra mujer. Antes de indagar su cama, me aprisiona contra la pared, temblaba, con sutileza decortés me quita la blusa, un hilo delgado de su saliva cae elegante hasta mi cintura... - Te amo Patri.. - No te creo, linda.. - Estamos a mano entonces.. - Si dulce, mejor dejemos que la duda negocie con el destino y nuestros cuerpos con esta realidad.. Sella su lengua en la mía y sin censuras a la vista quedamos expuestas a la sola atención de nuestras pieles sobre su cama. Sus manos como garras adictas y puras horadaron cada espacio de mi galería de deseos. Endeble en mis sentidos sentía la necesidad de poseerla por siempre, mientras, curiosas sensaciones reaccionaban sin aliento en mi corazón. - ¿Si digo que siento que te necesito, me creerías Rita? - Tampoco mi amor. Sólo espero que me tengas, me poseas cuando lo desees, juegues con mis sabores, con el tiempo que nos toque compartir juntas, sólo espero que me extrañes cuando te vayas... Como hábito en mí después de hacer el amor con otra chica, pienso en mi novia y me confronto a la trabajosa duda de pensar si Yani me lo perdonaría si le cuento que tan amable es mi cuerpo cuando el placer del amor se presenta ante mí y me sujeto sin control a los atentos sudores sin permisos fieles. No sé, Rita me gustaba y no suelo poner atención al grillete de la moralina cuando el deseo se presenta. - Carajo... ya son las ocho... - ¿ Y qué Patri?.. - Debo irme Rita, mi novia se debe estar preguntando dónde me metí.. - ¿Tenés novia?.. - Si, claro, pensé que lo sabías, varias veces fui al super con ella.. - Ah, es cierto, te vi con una chica, pero no sabía que ella era tu novia.. - ¿Estás enojada Rita?.. - No, no, para nada... sólo un poco confundida.. Luego de entibiar la conversación, desciendo mis dedos por sus pechos aún descubiertos e insurgentes fatigando aún más nuestro último instante juntas. Un adios, un prolongado beso casi infantil y me fui a casa llevándome en mi piel el brasero armonioso del momento que la niña angelical me había obsequiado y sin preguntarle, el porqué de sus lágrimas, ni concretar, tampoco, una nueva cita. Tres cuadras me separaban de Yani. Llegué al toque y transpirada. - Hola mi amor.. - Hola Yani, disculpá que llego un poco tarde, es que, fui a tomar algo con una amiga.. - Todo bien dulce ¿sabías que te amo? - Claro, mmm yo tambiénnnnn.. - Vení, abrazame, dame besos, dale Patri.. - Si si, mi amor... te amo Yani.. - Tomemos un café, haceme unos mimitos rápido, porque debo irme en un ratito.. - Claro ¿y a dónde vas?.. - En fin, voy a hacer mi obra de bien diaria, pero vuelvo en una hora mas o menos, no te asustes mi amor que nadie podrá seducirme, comé algo y esperame en la cama con ese calor inquieto que tanto extraño.. - Umm si, allí te estaré esperando amorcito... pero dale contame algo Yani.. - Resulta que hoy al mediodía fui al super a comprar helado de vainilla y al entrar vi a esa chica que es un angelito... esa chiquilina de la caja 3 Patri, uyyy pobrecita estaba llorando, me le acerqué, le pregunté que le pasaba, me dijo que nada, que era sólo tristeza que la invadía sin juicio alguno y su timidez no le permitía hablar delante de tanta gente. Le pregunté si cuando salía quería ir a tomar un café o una copa, que se yo, y me dijo que tenía muchas cosas que hacer, limpiar, lavar, no recuerdo que más, y si yo quería pasar a conversar por su casa, le haría muy bien, ya que está resolita... ummm me dió tanta pena que le dije que si, me pidió que pase después de las nueve... Que carita Patri, no me digas que te pusiste celosa.. - No, claro, mi amor... no, para nada.. - Uy quedate tranqui dulce, es un ángel esa chica, seguramente ella es "normal" y no como nosotras y además yo te amo a vos Patri... - Si Yani, lo sé mi amor, lo sé... yo también te amo y seguramente ella, no sea como nosotras...
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