NO INUTILMENTE Contemplo yo a mi vez la diferencia entre el hombre y su sueño de más vida, la solidez gremial de la injusticia, la candidez azul de las palabras. No hemos llegado lejos, pues con razón me dices que no son suficientes las palabras para hacernos más libres. Te respondo que todavía no sabemos hasta cuándo o hasta dónde puede llegar una palabra, quién la recogerá ni de qué boca con suficiente fe para darle su forma verdadera. Haber llevado el fuego un solo instante razón nos da de la esperanza. Pues más allá de nuestro sueño las palabras, que no nos pertenecen, se asocian como nubes que un día el viento precipita sobre la tierra para cambiar, no inútilmente, el mundo.
|