VERSOS - MÁXIMAS XII No riendas culto a la suerte, tus propios conocimientos son los mejores cimientos con los que poder valerte. No es más hombre el que blasfema, ni el que usa la zafiedad en toda su variedad como bandera y emblema. Es mejor mantener dudas si vienen muy efusivos, que en el mundo hay muchos vivos que dan el beso de Judas. Yo nunca pongo ni quito, como aquello de los reyes, en lo referente a leyes, pues nunca las necesito. Mi patria es donde yo esté y a la que tenga respeto, lo demás es obsoleto y a veces ya ni se ve. Cada poeta es un loco de los que no tienen cura, pues de poesía y locura van cargados, y no poco. Si no quieres escuchar es tuyo ese privilegio, que aunque no resulte regio nadie te puede quitar. Si lo oyes, pero no escuchas, si miras, pero no ves por muy alerta que estés te colarán paparruchas. Si quieres llegar muy lejos, que tus pasos fieles sigan el camino que te digan los sabios y más si viejos. No hay virtud que no te haga desechar algo goloso y aunque lo hagas, algún poso seguro queda a la zaga. Tus virtudes no ponderes, que eso es cosa de los otros; si lo hacemos de nosotros contarás las que no hubieres. La vida que estás haciendo es de luz y mariposa y recuerda que la cosa terminó con ésta ardiendo. Quería quitarse con maña el gran problema que tiene, pero junto a él va y viene, como can que le acompaña. A veces resultas listo, pero no te lo creas tanto que un hombre bueno no es santo y, además, no se da pisto. Desde que el hombre surgió hubo guerras en el mundo, pero el tiempo más fecundo fue cuando la paz reinó. Más bien parece un chanza que el Señor al hombre hiciera y encima le concediera Su imagen y semejanza. Merecería desprecio el que a los demás critica y sus críticas no explica, por miserable y por necio. Cristino Vidal Benavente. https://ristino-poesia.spaces.live.com/
|