VERSOS - MÁXIMAS IX Yo me muestro siempre igual, soy sincero al cien por cien a algunos les caigo bien y a otros les caigo fatal. El hecho de que así sea es debido a que la gente mira y me ve diferente por más que lo mismo vea. Aconsejo al que murmulla se cuide de su palabra, pues cuando la boca abra la palabra ya no es suya. Hay que ver cuántas razones encuentra el que se equivoca que a todos calla la boca diciendo sus opiniones. Al menos es una suerte el que toda la maldad la conviertan en bondad cuando te llega la muerte. . Qué bueno era aquel vecino al que nadie conocía, mas la gente así decía cuando la muerte le vino. Yo no quisiera esperar a que la muerte me venga por muchas ganas que tenga que me lleguen a halagar. Ganar es asunto serio, mas no para retener que si lo haces vas a ser el rico del cementerio. No le cuesta pergeñar al poeta su poesía, que la siente cada día en el sufrir y el gozar. Si te dicen que camines y no quieres caminar di que vas a realizar lo que libre determines Si en el camino te paran y tú deseas continuar, prosigue tu caminar por más que te amenazaran. Si te hacen preguntas necias y con segundo sentido, responde que no has oído y con eso les desprecias. Si faltan a la verdad y te achacan algo malo, mejor que emplear el palo es mostrar la realidad. “Ladran, luego cabalgamos” qué refrán tan contundente, es la envidia de la gente cuando con éxito vamos. No somos todos iguales, pues los hay malos y buenos, por desgracia de éstos menos y de aquéllos a raudales. De bienes, una hemorragia se te llena el corazón cuando vives la ilusión que te prodiga la magia. Si eres tonto, aunque seas bueno o eres malo, aunque seas listo, deja ya de darte pisto, pues ya ves que no eres pleno. Aquel hombre no vivía pensando que su enemigo jamás recibía un castigo porque no lo merecía. No seas esclavo de nada y mucho menos del odio, ni solo ni en monipodio aunque creas tener coartada. No es nada malo el juzgar, tampoco lo es ser juzgado, pero sí es ser condenado incluso antes de acusar. Los tiempos que nos dejaron no fueron malos ni buenos, pues los tiempos son ajenos a las cosas que pasaron. El pancista, acomodado, no es una persona seria, se va con los de la feria, vuelve con los del mercado. Cada español es un juez, pero un juez inquisidor que condena con furor a todo el mundo a la vez. ¿Por qué lo bueno de aquí que todo el mundo conoce enfrente nadie lo goce sólo por estar allí?. Cristino Vidal Benavente. https://ristino-poesia.spaces.live.com/
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