VERSOS - MÁXIMAS II No digas qué vas a hacer, mejor di que ya lo has hecho, pues lo que empieza derecho luego se puede torcer. No pongas sólo el lenguaje si adquieres un compromiso; la perdiz hace buen guiso, pero se tira el plumaje. Aquel que en ofender piensa dos veces lo ha de pensar, por si tiene que tragar el veneno de la ofensa. No es justo sientas envidia de que otro pueda tener, pues no lograste tu hacer lo mismo por tu desidia. Oído sordo a los halagos que es fácil caer en ellos, cuanto más grandes y bellos, más grandes son sus estragos. No hay enemigo pequeño y si te apunta una espada inicia la retirada, pues detrás está su dueño. Prefiere digan de ti que de este lugar te fuiste que no que ya no pudiste quedándote, pues, aquí. Nunca pierdas la esperanza de conseguir lo que quieras si con paciencia lo esperas y lo pides con templanza. Tiende la mano al vencido y con eso ganarás; vuelve la vista y verás que el odio ya se le ha ido. No pierdas tu independencia por un plato de lentejas; es mejor que la protejas o llorarás por su ausencia. No vayas a prometer lo que no puedas cumplir, pues se echarán a reír cuando lo vuelvas a hacer. Que en algo alguien se equivoque no se lo tomes en cuenta, para no sufrir la afrenta el día que a ti te toque. Ser bueno nos cuesta igual que ser malo y hasta menos; es mejor nos conjuremos para erradicar el mal. No sé si podré aguantar que lejos estés de mí; si igual te sucede a ti de separarnos, ni hablar. ¡Ay, qué solo me he quedado! No sufras por eso, bolo, preferible es estar solo a estar mal acompañado “Quien no tiene un enemigo es que no vale gran cosa”; la sentencia es asombrosa y entenderla no consigo. No critiques sin motivo, ni siquiera si lo tienes; mejor será que te frenes y te muestres comprensivo. Lo mejor de los consejos, ninguna duda te quepa, es que son de buena cepa cuando vienen de los viejos. Si en algún ataque piensas, antes de llevarlo a cabo mira si el otro es muy bravo y cuáles son sus defensas. El refrán no tiene yerro y por eso es que es tan bueno: quien da pan a perro ajeno, pierda pan y pierde perro. Quien tropieza una y diez veces se merece tropezar, porque no sabe mirar por culpa de sus sandeces. Haz a lo pequeño caso, que todo importancia tiene; ya ves que si a mano viene una gota colma el vaso. Cristino Vidal Benavente. https://ristino-poesia.spaces.live.com/
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