VERSOS - SÍ ME MUEVEN, MI DIOS, PARA QUERERLA Sí me mueven, mi Dios, para quererla los dones que la has dado con holgura como son la bondad, con la dulzura y la belleza. Gracias por tenerla, que en el mundo jamás hubo una perla tal cual ella, blancura entre la albura, sabrosa como fruta bien madura, que todo está a la vista, no más verla. Rara avis, pues nunca ha presumido de esas ciertas virtudes que atesora, lo cual hace más grande el contenido de todo lo que alberga. Bien le aflora por cada poro cuánto le ha metido Dios en el corazón a mi señora. Comparable a la aurora que viene acompañando a un nuevo día, así voy de su mano, que me guía. Cristino Vidal Benavente. https://ristino-poesia.spaces.live.com/
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