El Carpio de Tajo - Toledo

Aquí CLM


El Partido Popular se ha apuntado a dar la puntilla al toro antes de que se levante. Una estrategia que debe de venir de fuera de la región a la que se suman con entusiasmo dirigentes del PP castellano-manchego de provincias, como Guadalajara, en la que CCM no goza de la misma implantación que en el resto.

Ni la disciplina de partido está acallando el malestar interno que en el PP se está produciendo por la estrategia de tierra quemada que sigue, utilizando como instrumento a CCM, para deteriorar la imagen de José María Barreda.

A estas alturas pocos se engañan y la mayoría sabe que la absorción de CCM por Unicaja es una operación política encaminada a despejar de incertidumbre a CCM. La estrategia de los directivos de la entidad en estos últimos años, con una apuesta desmedida por el sector inmobiliario, la ha puesto, con la llegada de la crisis, en riesgo, agudizado por una rumorología y unas filtraciones informativas que desde dentro no han sabido atajarse.

Nadie es desconocedor ya de los problemas de las entidades financieras; pero mientras algunos, como por ejemplo el Banco de Santander, salta en información negativa cuando ellos mismos deciden suspender por dos años los fondos en inversión inmobiliaria, días antes sólo se hablaba de los enormes beneficios que este banco había tenido, a CCM le llovían esas noticias negativas sin saber ni cómo ni de dónde, lo que evidentemente dañaba su liquidez porque eran muchos los que retiraban sus depósitos.

Actuar para dar confianza se hacía necesario. Actuar para provocar desconfianza es miserable. No es a cuatro directivos y a algún político a los que se perjudica, es a la economía de Castilla-La Mancha. Añadir deterioro al deterioro y abrir nuevas vías de agua cuando se tapan otras es hundir el barco y a una parte de la economía regional con él.

El sorprendente cambio de actitud del PP en menos de un mes en torno a CCM resulta inexplicable. El martes, la dirección regional pedía a sus consejeros en la entidad que dimitieran porque, decían, no se habían enterado de las intenciones de fusión; pero lo cierto es que días antes de eso ya habían formulado sospechas sobre la situación de CCM y habían pedido la comparecencia del presidente Barreda en las Cortes para hablar de la entidad.

Proponer la dimisión y decir que no se enteraban de lo que ocurría es doblemente lamentable. Hay que estar en los momentos buenos, cuando se recorrían medio mundo a costa de la Caja, y en los momentos delicados cuando se necesita arrimar el hombro para pagar la factura de aquellos viajes.

Decir que no se enteran cuando su diputado por Toledo, Arturo García Tizón, era el presidente de la Comisión del Buen Gobierno, cuando el secretario regional, Vicente Tirado, era vocal de esa misma comisión.

Cuando en el Comité de Auditoría están, por representación del PP, Germán Chamón Arribas y Tomás Martín Peñato, el hombre que presidió en su día CCM cuando el PP tuvo posibilidad de elegir al presidente, decir que no sabían cuándo en la comisión de control de CCM está el secretario del PP por Toledo, Jesús Labrador Encinas, y lo primero le ha dado méritos para lo segundo, resulta paradójico.

Da la impresión de que en las reuniones las cosas importantes les pillaba siempre mirando para otro lado.

Es increíble decir que no sabían cuando en la Asamblea General de CCM del 19 de diciembre de 2008 se acordaba y transcribo literalmente parte de la nota que todo el mundo sin excepción puede leer entrando en la página www.cnmv.es, la página de la Comsión Nacional del Mercado de Valores, por la cual, a propuesta del Consejo de Administración de CCM, se acuerda: “Delegar en el Consejo de Administración las facultades previstas en el apartado 10 del artículo 22 de los Estatutos de la Caja para que, en los términos y condiciones que estime convenientes, acuerde la emisión de valores negociables de todas clases, computables o no, como recursos propios de la Caja, por el importe máximo de 12.000 millones de euros”, y la asamblea acordaba además que esas facultades pudieran ser delegadas en la Comisión Ejecutiva, en el Presidente e incluso en el Director General.

Entonces, ese 19 de diciembre, el PP no se opuso a que la Caja pudiera ponerse en venta, que en esencia es lo que significa lo anterior, y ahora boicotea la integración con Unicaja, medida que en principio parece más acorde con la defensa del interés público.

Está bien que la oposición busque deteriorar la imagen del Presidente del Gobierno; pero sería bueno que lo hiciera sin deteriorar aún más la hucha de los castellano-manchegos

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Cuando el PP está acorralado, trata de extender una maligna duda sobre las instituciones del Estado de Derecho. Lo hace siempre ... Ahora, en su culposa carrera hacia ninguna parte ...