Versos - EL COYOTE Netamente americano, de la América del norte y central y es por su porte de los lobos casi hermano, pero algo menos robusto y también con menos peso y justamente por eso no produce tanto susto, si bien tiesas se las tiene con un tal correcaminos, porque los dos son vecinos, pero ninguno se aviene a esa vecindad forzosa y a la greña siempre están, porque uno y otro se dan, aunque sea por cualquier cosa, una tremenda carrera, pareciendo que el coyote va corriendo, pero al trote aunque con la lengua afuera, pues si se la comparase con la del correcaminos, otros fueran los destinos de los dos, pues se acabase la carrera y es probable que uno y otro regañaran y ya no nos enseñaran de manera inigualable, que aquel que más corre, gana e indemne por tanto sale, que en definitiva vale para mostrar que en la humana manera de comportarse, siempre hay que tener en cuenta que yendo en carrera lenta es difícil destacarse. Tiene un bonito perfil el coyote cuando aúlla, estampa que es sólo suya y diferente entre mil, ya que no existe ninguna igual, aunque es parecida la del lobo y compartida entre los dos y la luna. No es en cómics solamente donde el coyote interviene, pues también su puesto tiene en novelas que la gente degustaba con fruición entre los cuales me encuentro, pues fue mucho tiempo el centro de una inmensa devoción que guardaba al personaje en mis años juveniles y en mis muy pocos abriles hiciera perfecto encaje. Incluso estoy recordando lo que ya el tiempo me deja, que disparaba a la oreja del que estaba peleando con él y fuera la marca que dejaba al contrincante y éste cogía el portante por tener miedo a la parca y así desaparecía por si acaso el tiro falla y tiraba la toalla, mostrando su cobardía. Cristino Vidal Benavente.
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