Corral de Almaguer - Toledo

Fue un hito en la larga marcha que desde 1992 llevaron a cabo demócratas del país,los gestores: Alejandro toledo a la cabeza y los jovenes dirigentes universitarios:Cecilia Quijano Carbajal(peru posible),Javier Moran (Apra),Juan Paz (Universidad Mayor de San Marcos),Crhistian Pardo (A la cabeza de la Universidad San Martin de Porras) que se expusieron por momentos casi solitarios contra un régimen usurpador, que en aquel momento amenazaba por eternizarce bajo la sombra del poder oscuro y de la corrupción.

Los sucesos que se vivieron semanas después, hasta la victoria de la democracia, son la consecuencia de esa colosal tensión de fuerzas que le ofreció al Perú y al mundo la imagen de una ciudadanía activa, democrática y plural. Esa gesta y otras anteriores le devolvió al Perú la esperanza y el alma, a esos miles de mujeres y hombres quiero rendir homenaje hoy día, en especial a la mujer y hombre anónimo, a esa humanidad que, como el poema de César Vallejo, se abrazó a sí mismo y se echó a andar.

También quiero rendir tributo a las 6 vidas que en aquella jornada histórica fueron sacrificadas cruelmente por la dictadura en la sede del Banco de la nación, por las cuales les pido me acompañen a guardar un minuto de silencio... Muchas Gracias.
El recuerdo de esta gesta no puede hacernos olvidar otros que libraron durante la década de oprobio, otros amantes de la democracia. En mi memoria está fresca la valentía de los miembros del Tribunal Constitucional, que se resistieron a convalidar la trama jurídica de la ilegal reelección.

Por mi memoria también transitan los miembros de esa minoría digna del Congreso entre 1993 y el año 2000, que siendo minoría numérica supieron constituir una gran hegemonía política y social contra el autoritarismo, lo hicieron en el Congreso y fuera de él. A esos parlamentarios y a esos políticos va mi profundo homenaje.

En mi recuerdo también están presentes los jóvenes con sus manos blancas, las mujeres, los trabajadores y los artistas que supieron poner todo el corazón a la demanda de la libertad.

Hoy vivimos en democracia y en cada tramo del camino nos damos cuenta de su valor y de sus imperfecciones, no obstante, ahora en democracia, podemos acometer desafíos como la Reforma del estado, la descentralización, la verdad y la reconciliación, la reforma de las Fuerzas Armadas y policiales y un agresivo relanzamiento de las políticas sociales. No me imagino ni por un solo minuto que esta agenda podría desarrollarse exitosamente en el marco de la dictadura.
Fernando Belaúnde Terry constituye un ejemplo de hombre de derecho y demócrata a carta cabal. Él refleja la firme defensa de la constitucionalidad hasta en las circunstancias más difíciles para el país y para él personalmente. Él nos ha dejado lecciones de democracia con humildad, con honestidad. Él como Víctor Raúl Haya de la Torre nos enseñó que el Perú sólo puede caminar junto a través del diálogo y la concertación. La voluntad popular lo elevó a la más lata investidura del Estado en dos oportunidades y él supo responder a estas responsabilidades con dedicación y honestidad.

Rindo homenaje a estos dos peruanos ejemplares y compartir con ellos el alto galardón con el cual hoy nos honra el tribunal Constitucional, me compromete a dar lo mejor de mí por la causa de la democracia y por los pobres del Perú.

Señoras y señores, al agradecer en nombre de los compatriotas que enarbolaron la bandera de la democracia en la marcha de los cuatro suyos en el año 2000, quiero decirle a los peruanos de esa marcha y quiero decirle a las mujeres y hombres del Perú que esa marcha no se ha detenido, que seguimos marchando hacia los objetivos de la consolidación de la democracia y el fortalecimiento de sus instituciones, que seguimos marchando hacia la defensa y promoción de los derechos humanos y de la irrestricta libertad de expresión, que seguimos marchando hacia la reconciliación de todos los peruanos y, sobre todo, seguimos marchando hacia la erradicación de la pobreza y de la injusticia social.

Por este enorme privilegio mil gracias, que Dios bendiga nuestra Nación.