Chozas de Canales - Toledo

El Gobierno prevé aprobar HOY en el Consejo de Ministros la reforma de los convenios tras el fracaso de las negociaciones entre patronal y sindicatos. El borrador de la reforma, que se ha filtrado a los medios, no contenta ni a los empresarios ni a las centrales sindicales.

Existen varios puntos 'calientes' en la reforma sobre los que patronal y sindicatos mantienen posturas contrapuestas. El texto del Gobierno no soluciona, sin embargo, estas discrepancias, ya que deja en manos de un árbitro externo la resolución última de los conflictos.

'Ultraactividad' de los conveniosLa ultraactividad, que funciona actualmente en los convenios, determina la prórroga indefinida de éstos cuando caduquen y mientras no se firme un nuevo acuerdo.

La eliminación de esta cláusula era una de las principales demandas de la CEOE, que no quiere que los convenios caducados se eternicen porque no se llega a un acuerdo sobre uno nuevo. Los sindicatos, en cambio, exigían su mantenimiento.

La reforma del Gobierno establece un plazo de negociación. Tres meses antes de que expire el convenio, habrá que comunicar esa próxima caducidad y se establecerá entonces un periodo de 20 meses para negociar un nuevo acuerdo. En caso de que no se logre, las discrepancias entre el empresario y los sindicatos serán resueltas por un "arbitraje vinculante", que tendrá la misma eficacia jurídica que los convenios.

Pero si, aún así, sigue sin haber acuerdo, el texto establece que el convenio anterior seguirá vigente, lo que supone un triunfo para los sindicatos.

Flexibilidad interna
Es una de las antiguas demandas de los empresarios, y consiste en poder disponer de un amplio margen para reorganizar los puestos y las jornadas de trabajo, a pesar de que haya un convenio vigente, con el fin de adaptarse a los descensos de actividad y no tener que recurrir a despidos masivos.

El texto del Gobierno no define en qué casos, bajo qué condiciones y a través de qué procedimientos se podrían aplicar estas "reorganizaciones" internas, sino que las deja en un plano de negociación particular entre la empresa y los agentes sociales.

Si no existe acuerdo, se recurrirá a la comisión paritaria, compuesta por patronal y sindicatos, que deberá dar su dictamen en una semana. Si tampoco aquí hay acuerdo, la reforma del Gobierno vuelve a introducir en este punto la figura del árbitro, cuyo laudo habrá que cumplir porque será vinculante.

'Descuelgue' de los convenios
Es otra demanda fundamental de la patronal. Consiste en la posibilidad, en empresas con dificultades económicas, de negociar con los representantes sindicales la eliminación de las condiciones que marca el convenio colectivo sectorial (sobre todo en cuanto a referencias salariales) para evitar que su cumplimiento pueda poner en peligro la viabilidad de la empresa.

La reforma del Gobierno permite a las empresas apartarse de los convenios sectoriales cuando las dificultades de éstas "afecten a las posibilidades de mantenimiento de empleo".

El acuerdo, que deberá ser negociado entre los representantes sindicales y la empresa, "deberá determinar con exactitud la retribución" y establecer la fecha de la vuelta al convenio. En ningún caso se podrá exceder más de tres años.

Si no hay acuerdo, la reforma vuelve a introducir la comisión partitaria, y en último caso, el laudo arbitral.

¿Convenio sectorial o de empresa?
En este punto ha ganado la CEOE, que demandaba prioridad del convenio de empresa frente al del sector. El texto del Gobierno establece que el Gobierno de empresa tendrá "prioridad aplicativa" respecto al sectorial en seis materias fundamentales: salarios, hoars extras, horario de trabajo clasificación profesional, modalidades de contrato y conciliación de la vida laboral y personal.

Este cambio se aplicará de forma inmediata, y supondrá una modficación importante, ya que ahora mismo, en torno al 70% de los convenios están cubiertos por el marco provincial.

Tras la reforma, se facilitará que las compañías puedan negociar salarios, jornada o movilidad funcional y geográfica, independientemente de lo que diga el pacto del sector.

Sin embargo, lo que no le gusta a la patronal y sí a los sindicatos es que la reforma del Gobierno tratará de que la negociación colectiva se extienda por la mediana y pequeña empresa, hasta llegar a los empresarios que tienen menos de diez trabajadores. Así, la modificación sobre el convenio de empresa puede facilitar la penetración de los sindicatos en sectores donde abunda la microempresa


FUENTE: EL MUNDO