Miércoles 23 de abril "DÍA del LIBRO" . Miércoles 23 de abril, "DÍA DEL LIBRO” La palabra libro puede abarcar varias acepciones o significados. En el diccionario académico encontramos “Conjunto de hojas manuscritas e impresas, reunidas y formando un volumen”. Esta definición puede ser en el aspecto puramente hojaresco-otoñal y que así lo puede percibir quien nunca se acerca a él. Si lo miramos con cristales de varios colores, veremos otros aspectos o percepciones mucho más interesantes, entre las visiones que se pueden tener de lo que es un libro se pueden resaltar las siguientes: Metafísicamente, “Un libro es un ser, pues existe desde el momento en que está realizando”. Como tal: a.- Nace físicamente al convertirse en soporte material de contenidos y da a luz al estar en las manos del lector, pues son los que le dan vida. b.- Biológicamente, crece mediante las personas que le alimentan por el mero hecho de ser leído. c- Se reproduce, ya que desde el momento de la lectura te ha enganchado para que cojas otro o están dando los gérmenes para crear otro propio, más personal, el tuyo. Podemos decir que se, reconvierte, se clona, dando lugar a otro vástago de parecidas características, pero mejorado, por alguna mutación que introduce el lector. d.-Un libro nunca muere, en el sentido sobrenatural; su alma, se queda entre nosotros a través de sus descendientes o sus protectores, lector o cultura oficial. Se queda en nuestra mentes, se inmortaliza para vivir como TOTEM sagrado y es de obligada referencia secular, ya que es el soporte del progreso de la humanidad. Psicológicamente, como ser, tiene necesidad de relacionarse, en este caso con los interlocutores válidos, el lector y los protectores, bibliotecas, librerías, museos…etc., que le dan vida. Tiene los mismos enemigos que le hombre: la suciedad, la humedad, el tiempo, el fuego y su propio contenido. El libro es un cerebro que nos habla, un amigo, que nos espera a que le abramos, un alma que perdona nuestros olvidos. La historia y el hecho social nos demuestra el dicho de HEINE: “Donde se ama a los libros, se quiere a los hombres”. Lo mismo que ocurre en la relación con personas “ Cuanto menos se lee un libro, más daño hace lo que se lee”. Amistosamente, es igual que el perro, fiel aliado y amigo del hombre. Es rotundo, sincero y claro, pues ya la frase nos lo dice: “Habla como un libro abierto”. Eso si, porque el que tiene un libro cerrado, es como la persona que no siente aprecio por otra, el mayor desprecio. Amorosamente, lo tenemos también en el mudo de Cupido. El lector es un amante con el cual se establece un diálogo incesante, de un tira y afloja; se acercan, descubren, conquistan, dominan y el coqueteo, del cual salen enriquecidos recíprocamente, dando a conocer a sus amigos, ampliando el circulo de influencia y aceptación social Fisiológicamente, está incardinado en el acerbo cultural greco-romano: “Mens sana in córpore sano”. Moralmente, nos enseña y nos transmite los buenos amigos y las buenas costumbres del ser humano y las influencias en el mundo de la civilización. Intelectualmente, nos ayuda a pensar y a meditar sobre el autor, época, realidad y civilización. Religiosamente, nos relaciona con el más allá y la huella de Dios, como así lo demuestra el libro por antonomasia “La Biblia”. Ya San Juan de Dios lo decía: “Buscad leyendo y hallaréis meditando”. Turísticamente, un libro es un viaje que comienza con numerosos interrogantes , inquietudes con sus posibles desarrollos, rutas, aventuras y que, al final del viaje, nos causa melancolía, nostalgia o tristeza, pero nos deja la respuesta para llenar ese vacío con otros saberes y mundos, a los que te invita a viajar y del que resultan todavía más. Culturalmente, establece una dualidad real y consubtancial para con el lector tales como: “ frasco-esencia; cuerpo-alma; causa-efecto; balanza-peso; fruto-flor; madre-hijo y sobre todo, una, la incógnita muy bien resuelta, la de la coexistencia del huevo- gallina. Ideológicamente, empleado en su acepción más sana, “Un libro debe ser un agente revolucionario, un hacha que rompa nuestra mar congelada; (ácido), que con la cultura,(base), representa un equilibrio químicamente perfecto. Siendo muy necesario para diluir radicalmente esa caspa social o seborrea, incrustada en el fluir de nuestra civilización y que está representada por un hollín llamado incultura. El libro nos quita la caperuza de nuestra ignorancia, ese muro construido con ladrillos de oquedad, confundido en cimiento de una cultura mal transmitida y que está fraguada en ese hormigón llamado prejuicio, el cual, a su vez, está conformado en la estructura infernal y racial llamada INCULTURA. Y como colofón, apuntaré dos cosas: primera, mi homenaje a los insignes escritores que poetizaron sobre el libro (Estébanez Calderón-- Fernández Shaws--Felix Grande...etc); segunda, el recuerdo de mi tío Roldán, que, siendo yo muy pequeño, me decía: “Muchacho, ¿qué haces con ese trasto siempre entre las manos?, a lo cual, yo respondí: “No solamente es un trasto, si no que es el trastorno más placentero que conozco” S A L A D I N O |