23-06-09 13:00 | #2557572 |
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UN PARTIDO SERIO IGOR SOSA MAYOR INVESTIGADOR DEL INSTITUTO UNIVERSITARIO EUROPEO DE FLORENCIA Entre el fragor de las interpretaciones en clave nacional que han suscitado las últimas elecciones europeas, el ciudadano atento a la prensa y los resultados habrá advertido que hay indicios de la consolidación de uno de los fenómenos más novedosos en nuestro panorama electoral desde el hundimiento de la UCD: la implantación silenciosa pero paulatina de Unión, Progreso y Democracia, el partido con el que Rosa Díez y un puñado de ciudadanos se lanzaron al ruedo político nacional hace menos de dos años. Las reflexiones en los medios sobre este fenómeno han eludido la comparación con otras democracias occidentales, a pesar de que una mirada a nuestros vecinos nos revela interesantes similitudes (y, sin duda, diferencias) con el periplo, por ejemplo, de Los Verdes alemanes. Al igual que en la España de principios del siglo XXI, también en la Alemania de los años setenta, la tarta electoral parecía estar inamoviblemente fijada: socialdemócratas, democristianos y liberales se repartían con religiosa letanía los escaños parlamentarios. Pero aquella foto fija ocultaba el bullir de una sociedad cívica que se organizaba en diferentes movimientos locales que después de algunos vaivenes y debates internos acabarían solidificándose en el partido político bautizado como Los Verdes. Aunque los tiempos han cambiado (no estamos en los movidos años setenta), también entre nosotros UPyD amaneció al calor de fundaciones cívicas como Basta Ya en el territorio sin ley que en gran medida aún sigue siendo el País Vasco. Y si el partido germano contaba en sus primeras lides con el apoyo público de intelectuales como Heinrich Böll, al nuevo partido hispano le insuflan su aliento gentes como Savater, Boadella o Vargas Llosa. Los Verdes entraban en la lucha política ayunos de apoyos mediáticos, cuando no claramente manipulados para las luchas intestinas de los partidos existentes. Al igual que ocurre ahora con UPyD, los analistas políticos, superado el amable ninguneo, los recibieron o bien con la sonrisa condescendiente dispensada a quienes defienden causas ideales por las que no damos un euro, o bien con la irritada displicencia reservada para quienes revuelven unas aguas que se consideran justamente estancadas. No olvidemos que la aparición de Los Verdes trastocaba la estabulación del electorado en derechas e izquierdas, pues recogía, como parece hacerlo UPyD, votos transversales del espectro electoral. A pesar de los augurios de profetas y mercenarios de la pluma, el ascenso de Los Verdes fue imparable: en 1983 entraban en el Parlamento federal y pronto en varios gobiernos autonómicos, para convertirse sólo quince años después en partido de Gobierno y situar a Joschka Fischer en la vicecancillería de la República Federal de Alemania. El tiempo dirá si el partido de Rosa Díez tendrá una evolución similar. Sea como fuere, en escasos veinte meses y ante la miopía de los analistas, se ha convertido en la tercera fuerza en 32 capitales de provincia, algunas tan significativas como Madrid o Sevilla. En Asturias, ese resultado se repite en la capital, donde un 6,7% de ovetenses ha optado por la papeleta de UPyD, mientras en Gijón se sitúa a la par de la tercera fuerza política. Si el voto urbano anticipa generalmente tendencias a medio plazo, es probable que los próximos diez años nos deparen sorpresas en el apergaminado panorama electoral español. | |
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Porque Voto a PACMA ? (Partido Animalista Contra El Maltrato Animal) Por: -USUARIO- | 15-05-15 07:15 caballero 10 | 14 |
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