Tormón - Teruel

III RONDA SENDERISTA DE LA A. CULTURAL DE TORMÓN.

Recorrido aproximado: 12 Km., Señalizado con trazo negro.
Fecha: 30 de Marzo de 2.013
Horarios:
Leche/café con leche y pasta: 8.15 a 8.45 H.
Marcha sendero: 9 H.
Inscripciones a los teléfonos: 978.600.030/934.487.585/650.694.769 y
630.926.105 – E-mail: tormon.ac@gmail.com

El sendero este año empieza en la plaza de Tormón. Antes habremos tomado un café con leche y una pasta para que tengamos fuerzas hasta llegar el momento del almuerzo. La salida se hará por la Fuente, camino de la Erilla siguiendo el camino viejo que iba al Cuervo, por el Caracol, donde hay buenos ejemplares de ellos fosilizados fácilmente localizables si se buscan entre las piedras. Bajaremos al Barranco la Horca, en este lugar hay una bifurcación: un camino que va por las Marinas y otro por la Umbría los Corrales. Cogeremos el de la izquierda por la Umbría los Corrales, por el Camamulion a las Tablas de la Mora (si alguien tiene la historia del porqué se llama así, que la cuente), pasaremos por el Collado las Salegas, lugar donde se les daba la sal a los ganados. En la Caseta saldremos a la Carretera de Tormón a la Cuesta del Rato, pasaremos por la Hoya del Rato, y repostaremos en el hermoso Pozo de Tormón, (espero que alguien haya estudiado quienes lo construyeron, árabes o romanos, y qué conocimientos tenían para determinar con tanta precisión dónde se encontraba el agua). Después de tener las barriguitas llenas cogeremos una pista por la Umbría el Barranco el Puerco hasta la Gozuela, fuente que nunca se ha secado pero está abandonada. Desde este lugar hay que hacer camino, no sé si al andar o pasando por él, hay una vieja senda que iba de la fuente a unas fincas que se llaman las Tajugueras, la intentaremos rehabilitar; pasaremos por delante” El Tranco las Zorras”, han tenido mala suerte, se han caído los ceñajos donde tenían las madrigueras, ya olvidada la antigua senda de las Tajugueras, cogeremos un espolón que nos colocará encima del Ceñajo Emilia, lugar para visualizar con mucha tranquilidad el mundo a sus pies, y con mucho cuidado caeremos después al Cañamar. Desde el Cañamar, por el Sendero del Rio Ebrón hasta Tormón, donde finalizaremos la ruta. Antes, habremos pasado por las parideras del Molinero, donde en sus alrededores, observaremos una sabina con diferentes brazos alzados hacia el cielo, especie de candelabro israelita.

Pasaremos también por:

La Herrería:

En tiempos no muy lejanos, 1808 hasta 1900, hubo una fundición, lavadero y laminados de hierro en este lugar donde se fabricaban armas y aperos de labranza, todos de gran calidad y muy apreciados en su tiempo. Para ello, utilizaban el hierro que se extraía de una mina situada en los alrededores de Tormón. Todavía se conservan algunos restos de aquella fundición. Ésta, se cerró por falta de combustible, (Carbón) es con lo que funcionaba. Se esquilmatizó todos los alrededores de leña, hasta acabar por cerrar. Hay mayores que dicen que toda la maquinaria de aquella fundición está enterrada en lo que fue la herrería; después se hicieron encima huertos. Para hacer funcionar el lavadero se construyó una presa en el rio, cuyos restos, aún están bien visibles.

La viña de Valero:

Situada encima del Ceñajo el Verde y las Azaderas ambos lugares están junto al rio. Eran unas viñas propiedad del Sr. Valero y están entre los puentes de la Fonseca y el Ceñajo el Verde; solo podían entrar las cabras por el rio, dejaban algunas apartadas de las demás por las razones que tuvieran y no podían salir, este Ceñajo se llama así, porque tiene una extensión de media hectárea aproximadamente, con una hierba muy verde a causa del microclima que se forma por la humedad del rio y un recodo que hace, donde apenas pueden penetrar los vientos. También hay unas cuevas donde se escondieron los soldados del pueblo que, viendo la guerra ya terminada, estuvieron una temporada para no permanecer en los frentes.

Puentes de la Fonseca (Ponseca):

Su interés, radica en la variedad litológica, edáfica y orográfica. Espectaculares formaciones tobaceas que nos recrean un paisaje de singular belleza, su interés se multiplica por la variedad de escenarios como terrazas y meandros que se alternan con las calizas, dolomías, calcarenitas y las margas del Triásico Superior con formaciones tobaceas del cuaternario, todo ello en un espacio intensamente afectado por los movimientos tectónicos. El puente en sí, es un trozo de esas formaciones tobaceas que las aguas a su paso de tantos siglos han dejado en tosca, y al ser una terraza más fuerte quedó incrustado entre las calizas que forman los estrechos, piedra mucho más dura que la tobacea. Cuando la erosión perforó bajo esa tosca más fuerte, quedó el puente y ahora está a una altura de 70 metros del río. Para que no le falte belleza al lugar, en tiempos de abundantes lluvias salen unos caños de agua que por la fuerza de la presión son proyectados hasta en medio del rio. Salen a la altura del puente en la parte norte. Como mínimo tienen tres colores, uno es agua cristalina, otro naranja oscuro o chocolate y el otro amarillo viejo, esto indica de las zonas que viene el agua cuando están en plena ebullición. No te lo pierdas, porque todas estas circunstancias crean un microclima que prosperan líquenes, helechos y muchas más variedades de plantas.


Precios no socios 10 €
Socios 8 €
Niños hasta 11 años 5 €


A.C. DE TORMÓN

Es un mensaje precioso. Enhorabuena a quien lo haya escrito. Me ha encantado.