Ráfales - Teruel

Porque nos ultrajan
Martes, 28 de Mayo de 2013 00:00 José Manuel Insa - Alcalde de La Cañada de Verich
Es detestable lo que está haciendo Cataluña y los catalanistas aragoneses. Una falta de respeto a la territorialidad y a nuestro derecho a decidir. El "imperialismo" del nacionalismo catalán, con un aparato mediático impresionante, que ejecuta a la perfección las once leyes de la propaganda de Goebbels, ante su desespero por la aprobación de la ley que reconoce que en Aragón se hablan dos lenguas: castellano y aragonés y que esta última, tiene dos áreas dialectales diferenciadas, la zona septentrional y la zona oriental, inventando nomenclaturas absurdas (Lapao y Lapapyp), han intentado poner en ridículo a la mayoría de los representantes políticos elegidos demócratamente por los aragoneses y a los ciudadanos bajoaragoneses que la hemos promovido y apoyado.
Lo más triste es que desde el Bajo Aragón algunos, tengo el convencimiento de que inconscientemente, les han seguido el juego, como se refleja en la información publicada en el periódico La COMARCA en la que se puede leer claramente la ofensiva catalanista de desprestigio a la a la soberanía de Aragón, utilizando rebuscados y aparentes acrónimos en el Capítulo V "(apartado b: Una zona de utilización histórica predominante de la lengua aragonesa propia del área oriental de la Comunidad Autónoma, con sus modalidades lingüísticas) como "el lapao" (que se le cambia el género), para ridiculizar la defensa que hace la nueva ley de nuestra identidad cultural y nuestras lenguas. Además la califican de "engendro" y resaltan las opiniones de aragoneses, presuntos paniaguados catalanistas, que no tienen el mínimo decoro en insultar a la mayoría de los bajoaragoneses que opinamos diferente a ellos en la defensa nuestra identidad cultural. También se hacen afirmaciones que no son ciertas, como que hay un "artículo que da autonomía a dos tercios de un pleno para aprobar el nombre de la lengua que se habla en cada municipio", cuando la ley en una disposición transitoria, (no en un artículo), dice: "El Gobierno de Aragón podrá determinar reglamentariamente el procedimiento para denominar las lenguas y modalidades lingüísticas propias de Aragón en los municipios de utilización histórica predominante, de forma coherente con su gentilicio local o nombre histórico o tradicional. El procedimiento deberá establecer la acreditación objetiva suficiente de participación de los ciudadanos y entidades locales afectadas y de las denominaciones que se propongan".
Se asevera que "la ley actual no difiere sustancialmente de la anterior de no ser por la creación de dos nuevos idiomas", cuando la realidad es que la nueva ley suprime la Academia Aragonesa del Catalán y se crea la Academia Aragonesa de la Lengua como institución científica oficial en el ámbito de las lenguas y modalidades lingüísticas propias y también elimina la obligación de las administraciones del área de influencia a traducir todo al catalán, con el gasto innecesario que esto supondría en traductores, especialmente para los ayuntamientos. Se afirma que: "Ya es oficial. En Aragón se habla "lapao" y "lapapyp" frente al asombro de la mayoría de aragoneses". Pese a lo desafortunado de la pregunta: "¿Está a favor o en contra de la nueva legislación lingüística y la denominación LAPAO?", en la encuesta de este periódico se aprecia claramente que hay una mayoría de bajoaragoneses que estamos de acuerdo con la nueva Ley y por lo tanto en contra de sus sátiras y mofas y que ésta satisface la gran mayoría de pueblos afectados.
En la Carta Europea de las Lenguas se dice que «no se podrá imponer una determinada lengua a sus supuestos hablantes si estos no quieren». En el caso de Aragón está claro que los hablantes de la zona oriental no quieren hablar catalán si no su aragonés oriental con sus diversas modalidades como han hecho toda la vida. En el caso de la fabla es parecido. Los hablantes patrimoniales del aragonés del norte no quieren hablar una lengua inventada en Zaragoza en los años 70 de la que CHA ha hecho bandera. Quieren hablar aragonés.
En la Edad Media, el concepto actual de Cataluña no existía. La manipulación de la historia de los catalanes niega que el actual catalán sea la evolución a lengua de un dialecto occitano que ellos mismos en aquella época llamaban lemosín. Lengua arcaica que hablaban una parte de los repobladores del Bajo Aragón tras su conquista a los musulmanes por La Corona de Aragón y que aquella lengua ha evolucionado al "chapurriau" en las distintas modalidades que hablamos en la actualidad. Braulio Foz, reconocido defensor del Catalán, que era natural de Fórnoles, escribió: "No sé hablar el catalán pero lo entiendo perfectamente, porque en mi tierra (la que llamamos Bajo Aragón) hay pueblos donde se confunden todas las que se han hablado en España, dominando empero la lemosina con un dialecto casi de ella en cada pueblo, así que los naturales de ellos tienen mucha facilidad para entender a los valencianos y a los catalanes".
Quiero manifestar mi satisfacción y orgullo por tener en Aragón un rico patrimonio lingüístico, así como el reconocimiento a los aragoneses que durante siglos han crecido y vivido en las zonas de utilización predominante de nuestras lenguas propias (del Norte y Este de la Comunidad) sabiendo convivir con naturalidad y en paz con el uso dichas lenguas y el español e incluso, en muchos casos, teniendo que hacer un esfuerzo añadido para demostrar nuestra identidad aragonesa.
Apoyo la Ley de uso, protección y promoción de las lenguas y modalidades lingüísticas propias de Aragón aprobada en por Las Cortes de Aragón porque protege nuestra soberanía, independencia, cultura e identidad, amparando nuestro derecho a conservar nuestras variedades lingüísticas del aragonés protegiéndolas de la del imposición del catalán, porque el Bajo Aragón no es una colonia de nadie, y menos aún, de un territorio que durante siglos estuvo subordinado al Reino de Aragón.