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20-12-09 21:57 #4227035
Por:No Registrado
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“Levantando y preparando una Nueva Generación”.


Introducción: una retrospectiva del pueblo de Israel.

...”Y se levantó después de ellos otra generación que no conocía a Jehová, ni la obra que él había hecho por Israel”.
Jue. 2:10.

¿Qué es una generación? Es el intervalo de tiempo entre el nacimiento de los padres y el de sus hijos, que suele establecerse en 30 años. Todos los hijos de una determinada pareja se consideran miembros de una misma generación, aunque presenten una diferencia de edad de bastantes años.
Para poder entender este texto debemos realizar una retrospectiva de la historia del pueblo de Israel.
Israel no era un pueblo común, no era como los otros pueblos, ya que su fundador fue, es y será Dios. La nación israelita nació en la mente y el corazón de Dios, dentro de sus planes y de su voluntad, ya que Dios tenía un propósito con el pueblo.

“Porque eres pueblo santo a Jehová tu Dios, y Jehová te ha escogido para que le seas un pueblo único de entre todos los pueblos que están sobre la tierra”.
Dt. 14:2.

Compárese con:

“Y Jehová ha declarado hoy que tú eres pueblo suyo, de su exclusiva posesión, como te lo ha prometido, para que guardes todos sus mandamientos;
a fin de exaltarte sobre todas las naciones que hizo, para loor y fama y gloria, y para que seas un pueblo santo a Jehová tu Dios, como él ha dicho”.
Dt. 26:18-19.

Dios fundó la nación israelita con un hombre anciano y una mujer estéril; fundo el pueblo por milagro y dio una palabra contundente y poderosa:

“Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición”.
Gn. 12:2.

Esta es parte de la palabra dada a Abraham, el padre de nación israelita, en la cual anunciaba el futuro de gloria de la nación.
Dios llegado el tiempo del cumplimiento empezó a poner por obra su palabra; y nació Isaac y Jacob; y de Jacob, que es Israel nacieron los doce patriarcas que dieron lugar a las doce tribus de Israel.
Dentro del plan de Dios José fue vendido por sus hermanos a Egipto en donde por la mano e intervención de Dios llegó a ser el segundo hombre de la nación; y ese reino insignificante se transformó en uno de los imperios más grande y floreciente de toda la tierra.
Pasado el tiempo, el resto de la familia descendió a Egipto en busca de comida y se quedaron allí por 450 años, pues Dios bendijo a Egipto para preservar a su pueblo, por eso José fue enviado allí, incluso allí se menciona la promesa de Dios a Abraham, ya que cuando Jacob bendice a José suelta una palabra poderosa:

...”el Angel que me liberta de todo mal, bendiga a estos jóvenes; y sea perpetuado en ellos mi nombre, y el nombre de mis padres Abraham e Isaac, y multiplíquense en gran manera en medio de la tierra”.
Gn. 48:16.

Hagamos un párate y analicemos este pasaje, ya que es muy importante y lleno de una gran riqueza.
Una de las cosas que menciona, entre otras muy profundas, es lo tocante a la identidad, Jacob dice que ellos debía ser perpetuado su nombre y el de sus padres, ya que ellos eran los receptores de las promesas de Dios para la formación de una nación diferente a todas las demás, y quien iban a ser benditas todas las naciones de la tierra.
Otro punto que menciona es una orden, la de multiplicarse en medio de la tierra, la de abarcar el territorio, no dejar espacio sino conquistar y poseer, ya que un espacio vacío puede ser motivo para la derrota.

“Rama fructífera es José,
Rama fructífera junto a una fuete,
Cuyos vástagos se extienden sobre el muro...
Las bendiciones de tu padre
Fueron mayores que las bendiciones de mis progenitores;
Hasta el termino de los collados eternos
Serán sobre la cabeza de José,
Y sobre la frente del que fue apartado de entre sus hermanos”.
Gn. 49:22, 26.

Compárese con:

“A José dijo:
Bendita de Jehová sea tu tierra,
Con lo mejor de los cielos, con el rocío.
Y con el abismo que está abajo.
Con los más escogidos frutos del sol,
Con el rico producto de la luna,
Con el fruto más fino de los montes antiguos,
Con la abundancia de los collados eternos,
Y con las mejores dádivas de la tierra y su plenitud;
Y la gracia del que habitó en la zarza
Venga sobre la cabeza de José,
Y sobre la frente de aquel que príncipe entre sus hermanos.
Como el primogénito de su toro es su gloria,
Y sus astas como astas de búfalo;
Con ellas acorneará a los pueblos juntos hasta los fines de la tierra;
Ellos son los diez millares de Efraín,
Y ellos son los millares de Manasés”.
Dt. 33:13-17.

Podemos decir que estos dos pasajes hablan del futuro de superabundancia para la generación venidera, ya que si nos podemos a analizar cada uno de los puntos que mencionan no podríamos terminar, ya que son grandes promesas un mayor contenido.
Nótese que estos pasajes hablan y hacen mención a las generaciones, de las bendiciones que debían transmitir una generación a otra, ya que se debía tener en claro aquello que Dios había dicho acerca de crear de ellos una nación grande.
Luego del período de José, sobreviene el tiempo de esclavitud; y Dios levanta a Moisés como el libertador del pueblo, y por medio de él lo saca de Egipto, con mano poderosa, se inicia el periodo de la independencia.
Todo esto lo podemos ver en el libro de Exodo, que nos narra todos estos acontecimientos.
Pero el pueblo estaba contaminado con Egipto y Dios tenía que sacarlo de su corazón; ya que cuando llegaron al límite con la tierra prometida no pudieron entrar porque esa generación no estaba lista, ya que no se había descontaminado de Egipto y tuvieron que estar 40 años vagando por el desierto hasta que toda esa generación murió, pues no podían heredar la tierra con un corazón intoxicado.
Si vemos con atención el Libro de Números es el libro de las quejas del pueblo; y esto hizo que se quedarán en el camino, y una generación hizo que otra se viera atrasada en el cumplimiento de las promesas de Dios.

“Entonces toda la congregación gritó, y dio voces; y el pueblo lloró aquella noche.
Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel; y les dijo toda la multitud: ¡Ojalá muriéramos en la tierra de Egipto; o en este desierto ojalá muriéramos!
¿Y por qué nos trae Jehová a esta tierra para caer a espada, y que nuestras mujeres y nuestros niños sean por presa’ ¿No nos sería mejor volvernos a Egipto?
Y decían el uno al otro: Designemos un capitán, y volvámonos a Egipto...
Mas tan ciertamente como vivo yo, y mi gloria llena toda la tierra,
todos los que vieron mi gloria y mis señales que he hecho en Egipto y en el desierto, y me han tentado ya diez veces, y no han oído mi voz,
no verán la tierra de la cual juré a sus padres; no, ninguno de los que me han irritado la verá.
Pero a mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu, y decidió ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra donde entró, y su descendencia la tendrá en posesión...
En este desierto caerán vuestros cuerpos; todo el número de los que fueron contados de entre vosotros, de veinte años arriba, los cuales han murmurado contra mí.
Vosotros a la verdad no entrareis en la tierra, por la cual alcé mi mano y juré que os haría habitar en ella; exceptuando Caleb hijo de Jefone, y Josué hijo de Num.
Pero a vuestros niños, de los cuales dijisteis que serían por presa, yo los introduciré, y ellos conocerán la tierra que vosotros despreciasteis.
En cuanto a vosotros, vuestros cuerpos caerán en el desierto.
Y vuestros hijos andarán pastoreando en el desierto cuarenta años,
Y ellos llevarán vuestras rebeldías, hasta que vuestros cuerpos sean consumidos en el desierto.
Conforme al número de los días, de los cuarenta días en que reconocisteis la tierra, llevareis vuestras iniquidades cuarenta años, una años por cada día; y conoceréis mi castigo.
Yo Jehová he hablado; así haré a toda esta multitud perversa que se ha juntado contra mí; en este desierto serán consumidos, y ahí morirán”.
Nm. 14:1-4, 21-24, 29-35.

Considero a estos hechos como uno de los más oscuros de la historia de Israel, pongámonos por un momento en la situación, estaban por entrar a la tierra, enviaron a los espías que trajeron las pruebas de que la tierra muy buena, pero en vez de atender a las promesas de Dios se dejaron intimidar, y no sólo esto sino que esto los llevo maldecir a sus hijos; y por ellos sus hijos se vieron privados de disfrutar la buena tierra que Dios ponía en sus manos.
Dios viendo que esta generación no estaba lista ni iba a estarlo tuvo que tomar una decisión muy dura, la de esperar que cada uno de ello muriera para que sus hijos, luego de cuarenta años pudieran entrar a la tierra bajo el liderazgo de Josué(c/ Dt. 1:34-40).
Cuando pasaron los cuarenta años la nueva generación es introducida en la tierra, pero antes Moisés realiza la recapitulación de la Ley y las Promesas de Dios para que la nueva generación sepa cual es su destino; ya que tenía que saber que ellos habían sido formados por Dios dentro de su voluntad y planes para crear una nación santa y especial sobre todas las naciones de la tierra.
Luego de que el pueblo cruza el Jordán se produce un hecho sumamente importante en la historia del pueblo:

“En aquel tiempo Jehová dijo a Josué: Hazte cuchillos afilados, y vuelve a circuncidar la segunda vez a los hijos de Israel.
Y Josué se hizo cuchillo afilados, y circuncidó a los hijos de Israel en el collado de Aralot.
Esta es la causa por la cual Josué los circuncidó: Todo el pueblo que había salido de Egipto, los varones, todos los hombres de guerra habían muerto en el desierto, por el camino, después que salieron de Egipto.
Pues todos los del pueblo que habían salido, estaban circuncidados; mas todo el pueblo que había nacido en el desierto, por el camino, después que hubieron salido de Egipto, no estaba circuncidado.
Porque los hijos de Israel anduvieron por el desierto cuarenta años, hasta que todos los hombres de guerra que habían salido de Egipto fueron consumidos, por cuanto no obedecieron a la voz de Jehová; por lo cual Jehová les juró que no les dejaría ver la tierra de la cual Jehová había jurado a sus padres que nos la daría, tierra que fluye leche y miel.
A los hijos de ellos, que él había hecho suceder en su lugar, Josué los circuncidó; pues eran incircuncisos, porque no habían sido circuncidado por el camino.
Y cuando acabaron de circuncidar a toda la gente, se quedaron en el mismo lugar en el campamento, hasta que sanaron.
Y Jehová dijo a Josué: Hoy he quitado de vosotros el oprobio de Egipto; por lo cual el nombre de aquel lugar fue llamado Gilgal(Heb. “galal”, rodar), hasta hoy.
Y los hijos de Israel acamparon en Gilgal, y celebraron la pascua a los catorce días del mes, por la tarde, en los llanos de Jericó.
Al otro día de la pascua comieron del fruto de la tierra, los panes sin levadura, y el mismo día espigas nuevas tostadas.
Y el maná cesó el día siguiente desde que comenzaron a comer del fruto de la tierra; y los hijos de Israel nunca más tuvieron maná, sino que comieron de los frutos de la tierra de Canaán aquel años(c/Ex. 16:35)”.
Jos. 5:2-12.

¿Qué es la circuncisión? Es una operación quirúrgica para extirpar todo o parte del prepucio del varón humano. La circuncisión de los varones ha sido una práctica muy extendida como rito religioso desde épocas remotas. Rito iniciático del judaísmo, la circuncisión también la practican los musulmanes, para los que representa una purificación espiritual. Aunque sus orígenes no se conocen, la más temprana evidencia de la práctica data del antiguo Egipto (2300 a.C.), donde se cree que fue utilizada originalmente para diferenciar a los esclavos varones. En la época de la conquista romana de Egipto (30 a.C.), esta práctica tenía un significado simbólico y sólo sacerdotes circuncidados podían oficiar ciertos servicios religiosos.
En la tradición religiosa judía, la circuncisión de niños varones se requiere como parte de la alianza de Abraham con Dios. Según la ley levítica, cada varón judío tenía que ser circuncidado el octavo día después de su nacimiento bajo pena de ostracismo por parte de la congregación de Israel. Los judíos emplean un mohel, un hombre que tiene la necesaria experiencia quirúrgica y el conocimiento religioso. Después de una oración ritual, el mohel circuncida al niño dándole un nombre y bendiciéndolo.
Esto es una purificación, es la señal de la alianza entre Dios y su pueblo, Dios querían un pueblo distinto y libre.
Dios tuvo que sacar el oprobio de Egipto, tuvo que descontaminar el corazón de toda esa nueva generación para que no cometan el error de sus padres. Eso fue los primero que hizo antes de empezar la campaña de conquista y posesión de la tierra.
Es interesante destacar que luego de esta purificación viene la celebración de la pascua y el disfrute de los frutos de la tierra.
Si examinamos la Biblia notaremos que en el pasado hubo también otras purificaciones del pueblo como requisito para acercarse a Dios véase: Gn. 35:1-5 c/ 31:19, 30, 32, 34-35; Ex. 19: 10-11, 14-17.
Luego de todos estos eventos podemos ver una gran campaña de conquista y posesión, hasta que llegamos al periodo de los Jueces, que según algunos estudiosos de la Biblia es el período de apostasía de Israel.


El error de Josué: No ocuparse de la generación futura.

Pero es interesante destacar que el periodo de decadencia que se visualiza en el libro de los Jueces se inicia mucho antes en el tiempo, en la generación de Josué.
No podemos negar que Josué es un gran hombre de Dios, desde su juventud fue siervo intimo de Moisés, llamado y delegado por Dios a ocupar el cargo de líder y guía del pueblo y con la misión de introducir a la tierra la nueva generación de israelitas.
Pero Josué cometió un error fatal a lo mejor no para él ni para su generación, ya que perdió la visión en los últimos días de su ministerio; ya que olvido que Dios le había puesto por líder y guía de la nación.
Pero los problemas se iniciaron antes de esto, compare los siguientes textos:

“Mas a los jebuseos que habitaban en Jerusalén, los hijos de Judá no pudieron arrojarlos; y ha quedado el jebuseo en Jerusalén con los hijos de Judá hasta hoy”.
Jos. 15:63(c/ Jue. 1:17-21).
“Pero no arrojaron al cananeo que habitaba en Gezer; antes quedó el cananeo en medio de Efraín hasta hoy, y fue tributario”.
Jos. 16:10(c/ Jue. 1:29).
“Mas los hijos de Manasés no pudieron arrojar a los de aquellas ciudades; y el cananeo persistió en habitar en aquella tierra.
Pero cuando los hijos de Israel fueron lo suficientemente fuertes, hicieron tributario al cananeo, mas no lo arrojaron”.
Jos. 17:12-13(c/ Jue. 1:27-2Chulillo.

Nótese que algo que se repite es que el pueblo no arrojó al habitante de aquella tierra, siendo que el mandato de Dios con respecto a estos era contundente, no podían habitar con ellos, ya que los contaminarían con sus costumbres y pecados; y Dios los quería santos porque deseaba hacer de ellos una nación grande, santa y bendecida.
Si apreciamos el primer pasaje veremos que se menciona a los jebuseos, estos eran los habitaban en lo que era Jerusalén; y que los hijos de Israel no pudieron expulsar, es interesante apreciar que ellos perduraron hasta los días del rey David, quien en definitiva los derroto y los expulso definitivamente del territorio de la nación, ya que ellos con sus costumbres, ídolos y pecados estaban enquistados en medio del pueblo como un tumor maligno(c/ 2ªSa. 5:6-10, 1ªCro. 14:1-2).
Lamentablemente todas estas eran victorias a medias que traerían consecuencias terribles sobre la nación; y esta generación a la que Josué pertenecía y de la cual era líder no se dio cuenta.
Si avanzamos y vemos el libro de los Jueces veremos que Dios tiene que llamarle la atención al pueblo y decirles que se había desviado de su camino por no haber echado al morador de la tierra(Jue. 1:30-36, 2:1-5).
Pero algo interesante este pasaje:

...”pero dejaron ir a aquel hombre con toda su familia.
Y se fue el hombre a la tierra de los heteos, y edifico una ciudad a la cual llamó Luz; y este es su nombre hasta hoy”.
Jue. 1:25ª-26.

Ellos dejaron sólo un hombre y este fundó una ciudad, esto es muy interesante, porque si se deja un solo enemigo en pie, este irá y se encargará de reorganizar sus fuerzas y contaminar todo de nuevo.
Pero regresemos a Josué, pues el punto que terminó de desencadenar la decadencia fue que él perdió la visión de guiar y dirigir a la nación:

“Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quien sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová”.
Jue. 24:15.

Y esto que parece todo una lección de vida; es una media verdad, que como toda media verdad es peor que la mentira, Dios no puso a Josué sólo delante de su familia, lo puso como líder y guía del pueblo, tenía la misión de llevarlo y conducirlo en el camino correcto para que pudiera lograr el objetivo para el cual Dios había fundado la nación, pero Josué se desvió, ya que literalmente lo que le dijo al pueblo fue: “no me importa lo que ustedes hagan, si siguen a Dios o no, pero yo si lo voy a hacer”. Este fue el peor error de Josué, olvido su rol, por lo cual fue llamado y escogido por Dios.
Es interesante destacar que Moisés se dedico a guiar y ministrar a la nueva generación recapitulando la ley para que ellos, que no habían visto todo lo que los que habían salido de Egipto había visto pudieran saber para lo cual Dios los había formado; pero no vemos esto en el ministerio de Josué, ya que el no ministró a la nueva generación, ni él ni sus pares y esto trajo serios problemas en el futuro.


Una generación que no conocía a Dios.

Luego el se retira y muere al igual que sus contemporáneos; y es entonces que sucede lo que leemos al principio:

...”Y se levantó después de ellos otra generación que no conocía a Jehová, ni la obra que él había hecho por Israel”.
Jue. 2:10.

Y esto es algo terrible, pues nos habla de la pero de las ignorancias, ya que se levantó una generación que no conocía nada acerca de Dios, y no se está hablado de una nación pagana, sino del pueblo que Dios había fundado para sus propósitos, ¿Qué es lo que paso?
¿Dónde estaban los líderes de la nación, los sacerdotes, levitas, incluso en dónde estaban los padres que no guiaron a sus hijos en la Ley de Dios?

“Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé.
Por tanto, derramé sobre ello mi ira; con el ardor de mi ira los consumí; hice volver el camino de ellos sobre su propia cabeza, dice Jehová el Señor”.
Ez. 22:30.

Este es un estado terrible y nosotros también estamos en peligro de caer en el, ya que sino guiamos a la nueva generación esta puede torcer y errar el camino y desviarse.
No hablamos tan sólo de una generación en edad, sino también de una generación espiritual.
Compárese con:

“Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondía yo: Heme aquí, envíame a mí”.
Is. 6:8.

Somos responsables de la nueva generación; ¿Qué estamos haciendo para que no ocurra lo que nos cuenta el libro de Jueces? No podemos eludir nuestra responsabilidad, no podemos escapar a ellas, ni jóvenes ni mayores, todos somos responsables. Cuando vemos el fracaso en vez de juzgar y excusarnos tenemos que preguntarnos ¿Qué hice yo para que eso no sucediera(si es que hice algo)?
La falta de conocimiento es el motivo de la ruina del pueblo de Dios:

“Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos”.
Os. 4:6.

El pueblo al no tener una identidad y una mentalidad clara como nación se desvió y fue contaminada por lo que pasaba a su alrededor, se intoxico.
Pero ¿Cómo era esta nueva generación que se había levantado?
Y lamentablemente muy lejana a lo que Dios había planeado; ya que se encontraba en la miseria, empobrecida, saqueada, oprimida, despojada, sumida en la oscuridad de la idolatría y el dolor; haciendo lo que bien le parecía.
Era una generación que no conocía a Dios ni su obra.

...”Y se levantó después de ellos otra generación que no conocía a Jehová, ni la obra que él había hecho por Israel”.
Jue. 2:10.

Era una generación alejada de Dios.

“Después los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová, y sirvieron a los baales.
Dejaron a Jehová el dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, y se fueron tras otros dioses, los dioses de los pueblos que estaban en sus alrededores, a los cuales adoraron; y provocaron a ira a Jehová.
Y dejaron a Jehová, y adoraron a Baal y a Astarot”.
Jue. 2:11-13.

Empobrecida y robada por el enemigo.

“Y se encendió contra Israel el furor de Jehová, el cual los entregó en manos de robadores que los despojaron, y los vendió en mano de sus enemigos de alrededor; y no pudieron ya hacer frente a sus enemigos.
Pues sucedía que cuando Israel había sembrado, subían los madianitas y amalecitas y los hijos del oriente contra ellos; subían y los atacaban.
Y acampando contra ellos destruían los frutos de la tierra, hasta llegar a Gaza; y no dejaban qué comer en Israel, ni ovejas, ni bueyes, ni asnos.
Porque subían ellos y sus ganados, y venían con sus tiendas en grande multitud como langostas; ellos y sus camellos eran innumerables; así venían a la tierra para devastarla.
De este modo empobrecía Israel en gran manera por causa de Madian...”.
Jue. 2:14, 6:3-6ª.

Derrotada.

“Por donde quiera que salían, la mano de Jehová estaba contra ellos para mal, como Jehová había dicho, y como Jehová se lo había jurado; y tuvieron gran aflicción”.
Jue. 2:15.

Oprimida y afligida.

“Entonces los hijos de Israel clamaron a Jehová, porque aquél tenía novecientos carros herrados, y había oprimido con crueldad a los hijos de Israel por veinte años.
Pero los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová, y sirvieron a los baales y a Astarot, a los dioses de Siria, a los dioses de Sidón, a los dioses de Moab, a los dioses de los hijos de Amón a los dioses de los filisteos; y dejaron a Jehová, y no le sirvieron.
Y se encendió la ira de Jehová contra Israel, y los entregó en mano de los filisteos, y en mano de los hijos de Amón;
Los cuales oprimieron y quebrantaron a los hijos de Israel en aquel tiempo dieciocho años, a todos los hijos de Israel que estaban al otro lado del Jordán en la tierra del amorreo, que está en Galaad.
Y los hijos de Amón pasaron el Jordán para hacer también guerra contra Benjamín y la casa de Efraín, y fue afligido Israel en gran manera”.
Jue. 4:3, 10:6-9.

Ingrata.

“ni se mostraron agradecidos con la casa de Jerobaal, el cual es Gedeón, conforme a todo el bien que él había hecho a Israel”.
Ahora, pues, si con verdad y con integridad habéis procedido en hacer rey a Abimelec, y si habéis actuado bien con Jerobaal y con su casa, y si le habéis pagado conforme a la obra de sus manos
(porque mi padre peleó por vosotros, y expuso su vida al peligro para libraros de mano de Madián,
y vosotros os habéis levantado hoy contra la casa de mi padre, y habéis matado a sus hijos, setenta varones sobre una misma piedra; y habéis puesto por rey sobre los hijos de Siquem a Abimelec hijo de su criada, por cuanto es vuestro hermano)”....
Jue. 8:35, 9:16-18.

Haciendo lo que mejor le parece. Y esto fue consecuencia de la actitud de Josué.

“En aquellos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía.
En estos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía”.
Jue. 17:6, 21:25.

Es interesante destacar que esta es la generación de los hijos de Josué, de ese mismo Josué que dijo que ÉL Y SU CASA IBAN A SERVIR A Jehová, ¿Dónde había quedado esta declaración tan sublime(y que a muchos tanto les gusta, y de la cual aún se han escrito canciones), si sus propios hijos era parte de una generación que no conocía a Dios? Porque no dice que los hijos de Josué hayan sido la excepción conociendo a Dios; ya que dice que se levanto una generación que no conocía a Dios; entonces podemos decir que ni los hijos de Josué conocían a Dios ni las obras que él había hecho por Israel.
Esto quiere decir que Josué no se ocupo de la nación ni de su casa.
Todo esto era contrario al plan que Dios tenía para Israel, pero ellos se apartaron de esa palabra, pues él había dicho: “te bendeciré y serás bendición”.
En Deuteronomio Dios había hablado de todo lo que vendría sobre la nación si seguían su plan, pero también los instó a tener en cuenta que si se desviaban tendrían serios y graves problemas; y esto vemos que paso en el tiempo de los Jueces.
Dios quería una generación diferente. Una generación bendecida y prosperada:

“Y por haber oído estos decretos, y haberlos guardado y puestos por obra, Jehová tu Dios guardará contigo el pacto y la misericordia que juró a tus padres.
Y te amará, te bendecirá y te multiplicará, y bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, tu grano, tu mosto, tu aceite, la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas, en la tierra que juró a tus padres que te daría...
Bendito serás en tu entrar, y bendito en tu salir...
Jehová te enviará su bendición sobre tus graneros, y sobre todo aquello en que pusieres tu mano; y te bendecirá en la tierra que Jehová tu Dios te da...
Y te hará Jehová sobreabundar en bienes, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu bestia, y en el fruto de tu tierra, en el país que Jehová juró a tus padres que había de dar.
Te abrirá Jehová su buen tesoro, el cielo, para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás a muchas naciones, y tú no pedirás prestado...
Y te hará Jehová tu Dios abundar en toda obra de tus manos, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu bestia, y el fruto de tu tierra, para bien; porque Jehová volverá a gozarse sobre ti para bien, de la manera que se gozó sobre tus padres”.
Dt. 7:12-13, 28:6, 8, 11-12, 30:9.

Esta generación sería saciada del bien de Dios.

“Yo daré la lluvia de vuestra tierra a su tiempo, la temprana y la tardía; y recogerás tu grano, tu vino y tu aceite.
Daré también hierba en tu campo para tus ganados; y comerás, y te saciarás”.
Dt. 11:14-15.

Sería una generación santa y escogida.

“Porque eres pueblo santo a Jehová tu Dios, y Jehová te ha escogido para que le seas un pueblo único de entre todos los pueblos que están sobre la tierra...
y Jehová ha declarado hoy que tú eres pueblo suyo, se su exclusiva posesión, como te lo ha prometido, para que guardes todos sus mandamientos;
a fin de exaltarte sobre todas las naciones que hizo, para loor y fama y gloria, y para que seas un pueblo santo a Jehová tu Dios, como él ha dicho...
te confirmará Jehová por pueblo santo suyo, como te lo ha jurado, cuando guardares los mandamientos de Jehová tu Dios, y anduvieres en sus caminos”.
Dt. 14:2, 26:18-19, 28:9.

Esta tenía que ser una generación alegre en Dios.

“Y os alegraréis delante de Jehová vuestro Dios, vosotros, vuestros hijos, vuestras hijas, vuestros siervos y vuestras siervas, y el levita que habite en vuestras poblaciones; por cuanto no tiene parte ni heredad con vosotros...
Y te alegrarás delante de Jehová tu Dios, tú, tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva, el levita que habitaré en tus ciudades, y el extranjero, el huérfano y la viuda que estuvieren en medio de ti, en el lugar que Jehová tu Dios hubiere escogido para poner allí su nombre.
Y acuérdate de que fuiste siervo en Egipto; por tanto, guardarás y cumplirás estos estatutos...
Y te alegrarás en tus fiestas solemnes, tú, tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva, y el levita, el extranjero, el huérfano y la viuda que viven en tus poblaciones...
...porque te habrá bendecido Jehová tu Dios en todos tus frutos, y en toda la obra de tus manos, y estarás verdaderamente alegre.
Y te alegrarás en todo el bien que Jehová tu Dios te haya dado a ti y a tu casa, así tú como el levita y el extranjero que está en medio de ti”.
Dt. 13:12, 16:11-12, 14, 15b, 26:11.

El plan de Dios es que esta generación fuera victoriosa.

“Jehová derrotará a tus enemigos que se levantaren contra ti; por un camino saldrán contra ti, y por siete caminos huirán de delante de ti”.
Dt. 28:7.

Dios quería exaltar y poner en alto a esta generación.

“Te pondrá Jehová por cabeza y no por cola; y estarás encima solamente, y no estarás debajo, si obedecieres los mandamientos de Jehová tu Dios, que yo te ordeno hoy, para que los guardes y cumplas,
y si no te apartares de todas las palabras que yo te mando hoy, ni a diestra ni a siniestra, para ir tras dioses ajenos y servirles”.
Dt. 28:13-14.

Esta generación tenía la promesa de que iba a estar bajo la mirada y el cuidado de Dios.

“La tierra a la cual pasáis para tomarla es... tierra de la cual Jehová tu Dios cuida; siempre están sobre ella los ojos de Jehová tu Dios, desde el principio del año hasta el fin”.
Dt. 11:11ª, 12.

Pero lamentablemente ocurrió todo lo contrario. Pero hay una buena noticia, ya que para nosotros aún hay tiempo, y todas estas promesas aún pueden alcanzarnos.
Sólo con Samuel, después de aproximadamente 260 años, se revierte esta situación, ya que es él último de los jueces; y el primer gran profeta del Antiguo Testamento, fundador de la primer escuela de profetas de Israel.
Bajo el liderazgo de Samuel la nación se unifico nuevamente y volvió a los caminos de Dios; empezando por esto un nuevo período de esplendor para la nación que tiene su clímax culminante con el reinado de David, seguido por el de Salmón.
Hoy en día pasa lo mismo.
La iglesia está contaminada con enseñanzas y costumbres impregnadas de argumentos diabólicos; y esto es la herencia de la llamada religión oficial.
Si nosotros queremos ser una generación bendecida, sana y saludable tenemos renunciar a todas estas enseñanzas y argumentos; y para esto tenemos que ir contra la fortaleza que genera estos argumentos.
Nosotros tenemos que preparar el camino para la nueva generación que se levanta, al escribir estas líneas yo aún soy soltero y sin hijos, pero estoy pensando en que herencias espiritual les voy a dejar cuando los tenga, pero además pienso en las vidas que pastoreo, en qué les voy a legar, yo no quiero cometer el error de Josué, yo quiere que la generación que viene sea mejor y más bendecida que la mía.
Yo no quiero que se acostumbren a la presencia de Dios, deseo fervientemente que sea una generación que conozca a Dios y que tenga intimidad con él, que escuche su voz y que haga su voluntad.
Hablando con una persona yo preguntaba en forma retórica que pasó con aquellos cultos de mi niñez, en los, cuales el Espíritu Santo se manifestaba con gloria, no se supieron aprovechar se tomaron como una mera experiencias emotiva y sensitiva, pero hoy en día Dios quiere que la nueva generación valore esto y empiece a caminar tomada de su mano hacia el plan que Él tiene para ella.
Pero esto no es para que los más jóvenes se lancen contra los mayores y les recriminen, pues todos tenemos la responsabilidad de ser parte de la nueva generación; y de preparar en camino para la próxima generación, nuestros hijos y aquellos que están bajo nuestra cobertura pastoral; nosotros somos los responsables de dejarles una herencia bendecida, un legado santo, cuando llegue ese momento ¿Cuál será nuestra herencia cuál será nuestro legado? ¿Qué país le vamos a dejar? ¿Qué iglesia le vamos a legar? Todos tenemos responsabilidad; ya que podemos abrir o cerrar las puertas para la siguiente generación.
Es importante decir que la iglesia en Argentina ha pasado por grandes momentos en los cuales Dios se movió de una manera extraordinaria.
Uno de esto momentos fue en 1954, durante la presidencia de General Juan Domingo Perón, cuando un evangelista norteamericano llamado Tommy Hicks realizó una de las campañas evangelisticas más grandes de la historia en la cancha de Atlanta.
Durante este evento Dios se movió haciendo milagros enormes, pero la iglesia no supo aprovechar este despertar; y el lugar que debió ser ocupado por ella, fue tomado por los hijos del diablo; y lo que siguió en los años subsiguientes fue una desgarradora historia de dolor.
En los años 90 Dios levanta al evangelista Carlos Anacondia, y nuevamente la gloria de Dios se manifiesta, pero otra vez la iglesia se duerme y en vez de avanzar retrocede y se queda estancada; nuevamente el enemigo ocupa el lugar de la iglesia; hoy nuevamente Dios no esta llamando a que tomemos nuestro lugar y no seamos negligentes como antaño, es hora de levantarnos.
Algo parecido ocurrió en Timor oriental; un lugar en que se produjo un gran despertar espiritual, con un impresionante mover del Espíritu Santo; y sobre el cual se escribió un libro llamado “Como un viento recio”, pero hoy vemos a esa nación sumida en el dolor de la guerra, ¿Qué paso? Muy simple la iglesia no supo aprovechar el tiempo que estaba viviendo y no fue sabia para trabajar en pos de lo que Dios estaba haciendo; y vemos por eso una generación que sufre en vez de gozar aquello que Dios había planeado iniciando un gran avivamiento.
No podemos vivir añorando el pasado que ya se fue; pues si seguimos llorando por el no podremos avanzar; y seremos tropiezo para la nueva generación que se está levantando.
Esto paso en los días de Esdras; ya que cuando se colocaban los cimientos del templo el pueblo se gozaba y cantaba, pero allí había sacerdotes, levitas, padres y abuelos que vivían en lo que había sido esa casa en el pasado y lloraban a alta voz, de modo que se hacía un gran alboroto que nadie podía entender; ya que unos estaban tristes y otros alegres; cuando en verdad todos debían estar gozosos por ver que los cimientos del templo eran echados.

“Y cantaban, alabando a Dios y dando gracias a Jehová, y diciendo: Porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia sobre Israel. Y todo el pueblo aclamaba con gran júbilo, alabando a Jehová porque se echaban los cimientos de la casa de Jehová.
Y muchos de los sacerdotes, de los levitas y de los jefes de casa paternas, ancianos que habían visto la casa primera, viendo echar los cimientos de esta casa, lloraban en alta voz, mientras muchos otros daban grandes gritos de alegría.
Y no podía distinguir el pueblo el clamor de los gritos de alegría, de la voz de lloro; porque clamaba el pueblo con gran júbilo, y se oís el ruido hasta lejos”.
Esd. 3:11-13.

Una generación quería en ese día alabar a Dios por su bondad, ya que por esa bondad pudieron llevar a cabo esa obra, pero otros vivían en el pasado.
Es muy interesante ver a dos generaciones con actitudes distintas.
Dios está demandando de nosotros que nos levantemos; que seamos renovados en nuestra mente e identidad; ya que nosotros somos los llamados a transformar la nación en cada área, la política, economía, la educación, las artes, la salud, etc., somos la esperanza de Dios para Argentina, somos una nueva generación de argentinos, lavados y salvados por la sangre de Jesús, con una nueva identidad, y una mentalidad diferente ya que tenemos la mente de Cristo; y él vive en nosotros y para esta hora hemos llegado hasta aquí. Fuimos creados con este propósito.
Es fundamental vivir y entender el concepto de que tenemos la mente de Cristo, ya que esto es muy importante, pues su mente es infinita, su capacidad, creatividad, facultades y pensamientos están en nosotros; y esa mente debe dominar y controlar todos nuestros actos.
Muchos viven atados a problemas y no quieren salir de ellos, porque están influenciados por las fortalezas y sus argumentos los están atando, mucha gente vive atada al dolor de fracasos y pecados pasados y viven mirando hacia atrás, así como el pueblo vivía mirando a Egipto, cuando Dios quería libertarlos y olvidando que en Egipto ellos habían sido esclavos, pero ellos no tomaban la decisión de ser libres y cambiaban la gloria del Dios por el pasado de dolor y fracaso.

“Y la gente extranjera que se mezcló con ellos tuvo un vivo deseo, y los hijos de Israel también volvieron a llorar y dijeron: ¡Quién nos diera a comer carne!
Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto de balde, de los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos;
Y ahora nuestra alma se seca; pues nada sino este maná ven nuestros ojos”.
Nm. 11:4-6.

Dios quiere transformar esta generación y levantarla con poder, así como lo hizo con Esdras, Nehemías, Esther y Mardoqueo y tanto otros.
El quiere cambiar el pasado de dolor de nuestra historia para que podamos ser parte de la nueva generación y para que podamos preparar le camino para la que viene, vemos esto en Jabes, cuyo nombre significa el que sufre, pero el decidió salir de su condición de la realidad y pese que su nombre le implicaba, porque el quería ser trasformado y dejarle una herencia bendecida a sus descendientes.

“Y Jabes era el más ilustre que sus hermanos, al cual su madre llamó Jabes, diciendo: Por cuanto lo di a luz en dolor(Heb. “oseb”, dolor).
E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió”.
1ªCro. 4:9-10.

No hay para un isrelita cosa más importante y significativa que el nombre, ya que estos tenían un significado y se esperaba que aquel que lo poseía viviera de acuerdo con el significado, pero también marcaba el carácter de la persona, Jabes se llamana el que sufre, pero el no se resigno a esta situación; y llegó a ser el más ilustre, el venció la herencia de dolor que lo marcaba.
Si vemos Miriam, la hermana de Moises y Aarón; y María, la madre de Jesús, tienen un njombre que proviene de la raíz “mara”, que quiere decir amargura, ya que mabas nacieron y vivieron bajo la amargura de la esclavitus, la primera del imperio egipcio y la segunda del imperio romano, pero Dios intervinó y cambió y revirtió esto.
Tenemos que romper con toda herencia que nos fue dada e inculcada por la tradición de fracaso y dolor, por pautas de religiosidad, somos parte de la nueva generación que cambiará este país y que lo conducirá a estar en la presencia de Dios.
En este tiempo Dios esta ministrando a su pueblo para que se lavante como parte activa, pero para eso debe romper con aquellas cosas que lo atan y le impiden avanzar, con el pasado de dolor y sufrimiento, hay que renunciar a lo que ha quedado atrás y extenderse a lo que está adelante, ya que ese futuro de gloria que él ha preparado es para nosotros.

“Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está adelante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”.
Fil. 3:13-14.

No desconoscamos nuestro papel dentro de los planes de Dios, ya que el nos ha escogido; y para esta hora hemos llegado hasta aquí.
Dios tiene planes; y está trayendo a su pueblo, está levantando a la generación.

“No temas, porque yo estoy contigo; del oriente traeré tu generación y del occidente te recogeré.
Diré al norte: Da acá; y al sur: No detengas; trae de lejos mis hijos, y a mis hijas de los confines de la tierra,
Todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice”.
Is. 43:5-7.

Somos de estima delante de él, no somos cualquier cosa, Dios nos ha creado para su gloria; se tomo tiempo para formarnos; tenemos que vivir en esta verdad, en esta realidad.
Y no sólo esto, sino que Dios también habla de la generación que vendrá después de nosotros, de nuestra descendencia, tanto en la carne(nuestros hijos)como la descendencia espiritual(nuestras ovejas quienes están bajo nuestro ministerio).

“Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos;
y brotarán entre hierba, como sauces junto a las riberas de las aguas.
Este dirá: Yo soy de Jehová; el otro se llamará del nombre de Jacob, y otro escribirá con su mano: A Jehová, y se apellidará con el nombre de Israel”.
Is. 44:3-5.

Comparese con:

“Y este será mi pacto con ellos, dijo Jehová: El Espíritu mío que está sobre ti, y mis palabras que puse en tu boca, no faltarán de tu boca, ni de la boca de los hijos de tus hijos, dijo Jehová, desde ahora y para siempre”.
Is. 59:21.

Dos pasajes muy interesantes que nos hablan de nosotros y del futuro de los nuestros; puntos que a Dios le interesan; porque involucran el tema que estamos tratando.
Tomemos ejemplo y meditemos en aquellos quienes nos precedieron.

“Mas estas cosas sucedieron como ejemplo para nosotros...
Y estas cosas les acontrecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes ha alcanzado los fines de los siglos”.
1ªCo. 10:6ª, 11.

¿Para qué? Bueno, para que no cometamos los mismos errores; y para que imitemos quello que fue bueno y correcto.
Todo lo que estamos viendo nos lleva a valorar en cómo es y cómo piensa la nueva generación que Dios levanta, ya que esta generación debe ser como Cristo y tener la mente de Cristo, libre de todo pasado; libre de aquellas cosas que han dañado durante tanto tiempo a la iglesia.
Ya que muchas enseñanzas de la religión se infiltraron en el seno de la iglesia y dañaron las vidas de los hijos de Dios y de su generación.
Es por eso que los cristianos viven con una baja autoestima; son ciclicos, hoy están bien, al momento están depresivos.
Estás enseñanzas generaron la creencia de que Dios es severo, que para estar cerca de él hay que estar mal; y muchos se acostumbran a vivir en la derrota; en el dolor y en la tristeza y opreción, siendo que Dios nos llamo a vivir en libertar.
Dios genera un pueblo con una identidad y una mentalidad clara y definida; porque tiene planes para cumplir; el desea que seamos plenamente triunfantes en Cristo; y que llevemos a los nuestros a avanzar y a crecer, porque nosotros cuando llegue el tiempo tendremos que entregarles a ellos el lugar; y serán ellos los que tendrán que seguir con la tarea.
Si bien es cierto estamos ocupando los lugares y poseyendo la tierra; serán los que vengan detrás de nosotros quienes poseerán la tierra y continuarán nuestra tarea.
Ellos serán los que disfrutarán muchas de las cosas por la cuales nosotros estamos batallando; pero es nuestra responsabilidad levantarnos como una nueva generación, pero también de formar a la siguiente generación en la visión y comisión que Dios nos ha dado.
Esto lo podemos ver en David y Salamón; ya que todo el territorio sobre el cual reinó Salomón fue el resultado del trabajo de David; ya que si vemos buien en los tiempos de Salomón no se realizo ninguna camapaña militar, pues todo había seido conquistado y poseeído en lso días del rey David, y su hijo podía ahora disfrutar de la abundancia y prosperidad producida por esa campaña.


Aquello que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue ya...

Este comentario pertenece al pastor del Centro Cristiano Nueva Vida, Guillermo H. Prein; y es parte de la nota “Adivina Adivinador” pag. 11 del períodico Red Vida Noticias Nº 17, © julio 2003.

Dios estará con nosotros, como estuvo con su pueblo en el pasado, pues la Biblia así lo asegura, y además, dice:

“Aquello que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo que pasó”.
Ecl. 3:15.

Aquello que fue es la historia, la forma en la cual Dios obró con su pueblo, ya es en medio nuestro. El lo hace hoy igual que ayer.
Lo que ha de ser, nurestro futuro, fue ya una realidad en algún episodio de la historia. Por lo tanto aún cuando los días venideros ofrezcan un panorama sombrío, estamod seguros que seremos liberados y guiados por Dios, tal como lo hizo con su pueblo en el pasado.
Y de nuestros pecados y transgresiones, Dios se encarga cuando nos volvemos a Él, restaurando lo que pasó.
La historia moderna de naciones que tras la Reforma Protestante se pusieron en manos de Dios, siguiendo sus preceptos, o la más reciente vivencia de países tales como filandia, transformados por avivamientos espirituales sirven como ejemplo contundentes para saber que “aquello que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue ya, restaurando Dios lo que pasó”.


Nilo Ilivanion.
Una nueva identidad se levanta.

Este comentario pertenece al pastor del Centro Cristiano Nueva Vida, Guillermo H. Prein; y es parte de la nota “Dime con quien andas” pag. 9 y 10 del periódico Red Vida Noticias Nº 14, © febrero 2003.

Corría el año 1976 cuando en uno de los bosques de filandia, en una cabaña, pasaba sus últimos días Nilo Ilivanion, un jubilado de sesenta y tantos años, creyente pentecostal, enfermo de cáncer.
En sus tiempos de oración, al ver la apatía de su pueblo hacia Dios, Nilo oró como lo hizo Nehmías, consagrándose y dijo: “Señor, me queda poco tiempo. Si queres úsalo para transformar Filandia”.
Aquel fin de semana un pastor de una iglesia muy pequeña se acercó hasta la solitaria cabaña de Nilo y le invito a predicar el día domingo.
Para é fue una confirmación y aceptó gustoso.
Al presentarse en aquel templo pequeño comenzó a leer la Palabra de Dios y sorprendentemente los poquitos hermanos que conformaban aquella grey fueron tocados por Dios, cayendo al piso, no pudiendo resistir tanta gloria. Sanidades, bautismos en el Espíritu Santo y demás manifestaciones del poder de Dios marcaron aquella jornada.
El fin de semana siguiente habái seis iglesias reunidas, y así comenzó un avivamiento que envolvió a Filandia en forma total, transformandola y marcando su carácter.
El ministerio de Nilo sólo duró tres años y medio, al término de los cuales, el Señor lo llevó a su presencia cuando él se encontraba predicando en España. Murió predicando y no de aquella enfermedad.
Nilo es uno de los diez héroes nacionales de Filandia, conocdio y reconocido por todos, y su ministrerio ha influido en el desarrollo del carácter del pueblo.
Predicaba un mensaje de salavación en la Sangre de Jesucristo y de compromiso con Dios y hacia el pueblo que no conocía a Jesús.
Encendió a la iglesia que incendió del Fuego Divino a Filandia, país que hoy, fruto de aquella obra, es admirado por ser el segundo en el mundo en desarrollo y competitividad, y el de más baja corrupción en el mundo.
“Si con un hombre enfermo a punto de morir, Dios pudo hacer tanto, ¡qué podrá hacer si nosotros nos consagramos como Nilo!”
Ilivanion estuvo en Argentina en 1979, en la ciudad de Bahía Blanca, y sembró su semilla en nuestra tierra.
Dios está levantando una nueva identidad en nuestra gente; porque Argentien tiene solución, y esta es la tranformación de los argentinos.
Por millones ya se cuentan.
Su manifestación está cercana.
Este hombre es todo un ejemplo para nosotros, ya que vemos que se preocupo por el futuro de su tierra, miró a las futuras generaciones y se puso delante de Dios ofreciendose para hacer algo, aunque no sabía qué, pero Dios utilizó ese vaso dispuesto y lo usó en una forma maravillosa.
No mires tus imposibilidades, mira las infinitas posibilidades de Dios para tu vida.
No mires tus limitaciones, ten fe en el ilimitado poder de Dios.
Ni repares en tu finitud, conisidera que Dios es infinito.
Dios es la fuente inagotable de recurso ilimitados.



Diferencia de padres a hijos: Una Nueva Generación.

Este comentario pertenece al pastor del Centro Cristiano Nueva Vida, Guillermo H. Prein; y es parte de la nota “La puerta del corral” pag. 9 del periódico Red Vida Noticias Nº 7, © marzo 2002.

Dios corta la maldición de dolor y fracaso de las generaciones anteriores y levanta una nueva generación, ya que él es el redentor de nuestro pasado, vemos en esto en la historia de Acaz y de Ezequías, dos reyes de Judá, el primero se desvió del camino de Dios y ocacionó ruina a la nación; el segundo, su hijo, buscó a Dios y llevó al pueblo a su maximo esplendor; pero que bueno es que nosotros seamos los que les legemos a nuestros descendientes una herencia bendecida por Dios, un país distinto.
Después de 16 años de destrucción, murió Acaz.
Lo sucedió su en el trono su hijo Ezequías, quien a diferencia de su progenitos hijo lo bueno delante de Dios.
Con sus 25 años Ezequías encabezó una reforma que transformaría la historia de su pueblo.
En primer lugar quitó la idolatría, condujo a la nación a la búsqueda de Dios, produciendo cambios tan drásticos que en sólo dieciséis días estuvo todo preparado para comenzar la reconstrucción del reino que estaba destrozado.
Dios en la Biblia no menciona a Ezequías como hijo de Acaz, sino como hijo del Rey David, es decir que el Señor cortó la herencia de maldición que provenía de su progenitor, dándole una identidad nueva, una herencia bendita, preparándolo para ser como su padre David, un estadista brillante guiado por Dios y prósperado en todos sus emprendimientos.
Esta es también nuestra necesidad.
El pueblo está convencido que es necesario una nueva dirigencia, pero la renovación no se logrará por un cambio generacional basado en las edades.
Corremos el peligro de creer que la juventud es sinónimo de inocencia, pureza y honestidad, olvidándonos que cuando Acaz comenzó a reinar tenía 20 años y lo hizo hasta los 36.
No hay esperanza para una sociedad que discrimene por la edad y sepulte en vida a sus mayores.
La nueva generación está compuesta por los renacidos de todas las edades.
Sin embargo, un Ezequías solo no transforma un reino.
Todo el pueblo debe ser transformado.
Se necesita una nueva generación en toda la Nación -y la iglesia-.

“Comenzó a reinar Ezequías siendo de 25 años, y reinó 29 años es Jerusalén... e hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que hizo David su padre.
En el primer año de su reinado, en el mes primero, abrió las puertas de la casa de Dios, y las reparó.
E hizo venir a los sacerdotes y levitas... y les dijo: ¡Oídme! Santificaos ahora y santificad la casa de Jehová Dios de nuestros padres y sacad del santuario la inmundicia.
Porque nuestros padres se han rebelado, y han hecho lo malo ante los ojos de Jehová nuestro Dios; porque lo dejaron... y le volvieron las espaldas.
He aquí nuestros padres han caído a espada, y nuestros hijos e hijas y mujeres han sido llevados cautivos por eso.
Ahora, pues, yo he determinado hacer pacto con Jehová Dios de Israel, para que aparte de nosotros el ardor de su ira”.
2ªCro. 29:1-6, 9-10.

Dios quiere una Nueva Generación bendita, prosperada, enriquecida, santificada; que viva de poder en poder y de milagro en milagro.
Y esto en cada area de su vida: en lo espiritual, ministerial, intelectual, emocional, familiar, social, relacional, profecional, material, economico, financiero, etc.

“Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma”.
3ªJn. 2.

Se parte de esta nueva generación, no te quedes afuera, no mires desde lejos, comprometete, se protagonista activo, este es tu tiempo, tu momento, tu hora.
Nueva generación levantate que ha llegado tu hora, para esto has llegado hasta aquí; ya que tu conoces a Dios y las obras que ha hecho por ti.
Asi como sucedió en los días de Nehemías, cuando Dios lo llamo a reedificar la nación; y como parte de la obra teatral “Manos a la obra” expresa:

“Dios está cambiando nuestra identidad, a través de las circunstancias adversas que hemos vivido hemos sido transformados, antes éramos débiles y temerosos, hoy tenemos una identidad de fe, esperanza, de victoria; a partir de aquí creceremos y nos multiplicaremos, seremos una nación pujante, prospera y en pleno desarrollo, pero para que eso suceda Dios necesita nuestra consagración y compromiso. Debemos mantenernos firmes obedeciéndole a él; y enseñarle a nuestros hijos a vivir bajo la bendición de la obediencia y nuca debemos olvidar de donde Dios nos saco, y aún cuando en el futuro la realidad nos dicte lo contrario recordemos que nuestro camino avanza por revelación y milagros, por eso no debemos vivir por vista sino por fe.
Esto es todo un desafío, tenemos una gran tarea por delante, somos la cabeza de la transformación de un pueblo, somos los fundadores de una nueva nación”...



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