Alobras - Teruel

Alobras, mi tierra. Puede que no haya nacido en ella, pero su esencia corre por mis venas. Sus campos, sus aguas, su aire, fluyen fuertes en mi interior y hacen que mi corazón lata fuerte cada vez que miro al horizonte.
Como su propio escudo predica, valer o morir, fuerza y honor. Aunque algunas de sus gentes no predique con el honor, todavía queda gente que sí y esa es la que vale.
No escribo esto para recriminar a esa gente que no tiene honor, sino para recordarles que con sus actos mancillan esta tierra, que aunque poco, les ha dado todo lo que les puede dar. Y escribo esto para la gente que sí tiene honor, para recordarles que esta tierra corre por sus venas al igual que por las mías, y me llena de orgullo que aún quede gente así.
Quiero recordarles a esa gente de honor que cuando la vida les ponga trabas se acuerden del dicho de su tierra, valer o morir y que piensen el olmo, que crece fuerte, regio, erguido en mitad de la plaza, luchando contra todo y todos él solo. Enfrentándose a los inviernos fríos y a los veranos secos.
Quiero decirles que la vida es una lucha continua y no deben desfallecer y si lo hacen que recuerden su tierra, que ella les dará fuerzas al igual que a mi.
Esta tierra me da la fuerza y la valentía para luchar, para seguir adelante y labrarme un futuro, para demostrarle a la gente y al mundo que no van a poder conmigo, que lucharé con uñas y dientes contra todo y todos los que quieran verme caer, y quizá caiga en algunas ocasiones pero me levantaré con más fuerza y pegare más fuerte, porque mi tierra es Alobras, donde vales o mueres.