Uno de los escuatorianos muertos por ETA SOBRE UNO DE LOS ECUATORIANOS MUERTO EN BARAJAS Sr. Director: Estos días hemos asistido en todos los medios de comunicación a diferentes programas, artículos, tertulias y demás en que se nos ha glosado la biografía de los dos ciudadanos ecuatorianos vilmente asesinados por la ETA. Especialmente dramáticas eran las imágenes de la familia de Carlos Palate, con su madre ciega, pobremente vestida y descalza, sus hermanos enfermos y la miseria en que todos viven. A cualquier persona decente le impactan estas imágenes y comprende y se solidariza con el dolor de su familia, así como comprende y apoya las ayudas que se merece esta familia, al igual que cualquier español en sus mismas circunstancias. Pero tras este sentimiento humanitario, no estaría de más separar el grano de la paja y ahondar un poco en la biografía de las víctimas, porque no todo el monte es orégano. Según publica el periódico gratuito «LATINO» en su edición del viernes 6 de enero, y en su página 10, referente a la historia de estos dos inmigrantes: «Carlos Palate consiguió papeles en la regularización del 2005, tras cuatro años de vivir como ilegal.». También en la misma página se informa: «Carlos Palate llegó desde Valencia con su amigo Hernán, quien venía por su esposa. Hernán cuenta que pidió a Carlos que lo acompañara y que él aceptó porque había comenzado la autoescuela y en el trayecto de Valencia a Madrid le iba a dejar el vehículo.» Es decir, que el tal Carlos Palate había entrado ilegalmente en nuestro país, había estado trabajando ilegalmente durante cuatro años en los que no pago ningún impuesto, aunque disfrutó de nuestra sanidad y otros beneficios sociales, y cuando ya consigue los papeles y está en situación legal en España no se le ocurre otro cosa mejor que hacer que conducir sin carnet de Valencia a Madrid (me imagino que un buen trecho, no le iba a dejar su amigo el coche sólo cinco minutos), poniendo en peligro su vida y la de los demás. El conducir sin haber obtenido el carnet es un delito tipificado en el Código Penal y castigado con seis meses de cárcel. Es decir, nada tiene que ver la pobreza y la humildad con cometer esta clase de delito, sino más bien el importarle un pito nuestras leyes y reglas de conducta. Y desde luegoaparte de su desfachatez sumemos la de su amigo, por dejarle el coche y contarlo tan ufano en un periódico, y la de los medios que lo han silenciado. Desde luego lo que no parece lícito es además de darles la indemnización regalarles la nacionalidad española a los familiares, una pensión de por vida para la madre y tratamiento médico y trabajo para los hermanos. Creo que con los 240.000 Euros de la indemnización pueden pagarse un buen tratamiento médico y montarse un negocio del que puedan vivir toda la vida. ¿Qué hubiesen recibido las víctimas de la imprudencia de este señor si hubiese provocado un ³accidente mortal² (Zapatero dixit)? Desde luego ni una indemnización del gobierno ecuatoriano ni la nacionalidad ecuatoriana ni tratamiento médico facilitado por el gobierno ecuatoriano.
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