Santa Úrsula - Tenerife

Restos del Frente Popular

Se habla de restos del franquismo, últimamente, entre esta ultraizquierda de salón y de tintes golpistas. Los sindicatos UGT y CCOO, junto a lo más destacado de la izquierda radical, han lanzado peligrosos ataques contra el orden constitucional, amparándose en un supuesto intento por parte de algunos "jueces torturadores" de no investigar los crímenes (sic) en la época de Franco.

El acto organizado, y los que se irán sucediendo recuerdan, oscuramente, a la época en la que el Frente Popular comenzaba a preparar la Guerra Civil, no respetando el mismo orden republicano que ahora pretender defender. Es muy grave que desde el poder no se respete la ley. Y el poder está hoy en manos de la izquierda radical, encabezada por el radical Zapatero. Los poderosos son ellos, los sindicatos, y los socialistas, los millonarios Roures, Almodóvar, y la ceja y los autodenominados intelectuales. Los restos del franquismo de los que habla Sebastián son fácilmente localizables. En El País hay algunos, y algunos de los hijos de los franquistas de entonces están cómodamente situados en el PSOE de hoy, sin que, nadie haya puesto el grito en el cielo, Sacristán era el actor del régimen, y dudo mucho que se opusiera entonces con la misma valentía que hoy, muerto Franco. Así cualquiera es valiente. Así cualquiera es luchador.

Pero por mucho que griten, manipulen o falseen la memoria, lo cierto es que la misma ley que protege a Santiago Carrillo de ser juzgado por sus crímenes, es la que ha condenado a Garzón. Más bien su incumplimiento, presunto, por parte del juez Garzón es lo que ha permitido al Tribunal Supremo juzgarle. De la misma manera que hoy se sentará en el banquillo para responder ante el juez por la petición financiera hecha a Botín. ¿Se encerrarán los banqueros, y sus mejores clientes (Almodóvar, Bosé, Roures, Cebrián, Bono), para evitar que se cumpla la ley? Franco tiene poco que ver, salvo la añoranza de mucha de la izquierda actual que a falta de valor entonces, se arma de coraje ahora, mucho tiempo después, cuando ya no peligran ni sus vidas, ni sus bienes, ni su estatus.

Dejémonos de bromas. Los únicos restos que aún permanecen son los restos de los que provocaron la Guerra Civil. Los mismos que, entonces, comenzaron por no respetar las leyes, para acabar no respetando la vida. Ya han dado el primer paso. A ver cuándo dan el segundo.

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