Granadilla de Abona - Tenerife

“El simulacro no es lo que oculta la verdad. Es la verdad la que oculta que no hay verdad. El simulacro es verdadero”. Jean Baudrillard.

En los prolegómenos de la guerra de Irak Jean Baudrillard anunció para sorpresa de los medios de comunicación y círculos de opinión política que dicha guerra no ocurriría. Después de la guerra proclamó haber estado en lo cierto “la guerra no ha tenido lugar”. Claro está que no se refería a que no se hubieron producido combates, sufrimiento y muertes, sino a que la auténtica guerra solo fue experimentado por los iraquíes y los soldados desplazados en la zona. Mientras que la guerra que era transmitida por televisión y que llegó a los hogares de los ciudadanos occidentales, era un sucedáneo, una realidad artificial construida para suplantar a la real, es decir lo que experimento la mayoría de la gente no fue realmente real.

Pues bien en Granadilla asistimos a un simulacro semejante. Solo desde la pérdida de la capacidad de asombro por parte de los ciudadanos frente a las impudicias de la clase política canaria puede explicarse sin sonrojo la aparente coherencia que quiere autoimponerse el pacto tripartito constituido en Granadilla. Por una parte Coalición Canaria como socio mayoritario y partido que sostiene la alcaldía y que aspira en Granadilla a abarcar sin contradicción todo el espectro político y así compatibiliza un ideario xenófobo que quedo reflejado en la asistencia de la actual alcaldesa celebrada en Noviembre pasado en Santa Cruz, con su oposición formal a la construcción del Puerto de Granadilla, adscribiéndose sin ningún sonrojo a cualquier propuesta que puedan considerar idóneamente populista, sin mantener nunca una posición de principio valiente en nada. Por otra parte un Partido Popular descafeinado, rabiosamente individualista y pragmático cuyo único objetivo es mantenerse en el gobierno a toda costa aunque signifique no mantener ninguna postura política propia. Por último Alternativa si se puede, un partido nacido de las movilizaciones ciudadanas contra las grandes infraestructuras en nuestra isla con un afán confesado de regenerar la vida democrática tinerfeña, y rabiosamente hostil al modelo neoconservador representado por Coalición Canaria. Representado en Granadilla por un antiguo militante de ICAN Antonio Cabrera.

Sobre el tripartito se empieza a tejer una hiperrealidad, una suerte de simulacro que pretende sustituir a la realidad que se basa en las siguientes notas esbozadas en el documento del pacto de gobierno:

1.- Regeneración de la corrupta vida de las instituciones granadilleras y profundización democrática en el municipio.
2.- Lucha contra el clientelismo practicado por los socialistas.
3.- Lucha contra el enchufismo y nepotismo practicado por el Partido Socialista.
4.- Devolver el Ayuntamiento a los ciudadanos.

En los últimos tiempos en todas las entrevistas realizadas a la actual alcaldesa la misma se refiere a la transparencia de su gestión, al alto contenido democrático de su labor de gobierno y a su preocupación por la calidad de vida de sus ciudadanos.

Hasta aquí tenemos una hermosa fachada. Pero cuales son los hechos acaecidos:

1.- Se niegan en Pleno las comparecencias de los concejales del Gobierno.
2.- No se da acceso a los expedientes a la oposición.
3.- Se trata de evitar mediante argucias legales la toma de posesión de los nuevos concejales socialistas.
4.- Se han contratado hasta 39 nuevos trabajadores la mayoría vinculados a las familias de los concejales o a las listas de sus partidos. Por el contrario se ha despedido a varios trabajadores por ser supuestamente filosocialistas.
5.- Se eliminan las subvenciones a aquellos colectivos o Asociaciones de Vecinos sospechosos de estar presididos por simpatizantes del PSOE.
6.- Se interviene la actividad de algunos clubes deportivos, como el Caqui San Isidro, para poder controlar políticamente a la base del mismo.
7.- El concejal que atiende y realmente resuelve los asuntos relacionados con las obras y el Urbanismo en el Municipio no es quien ostenta la titularidad de dicha concejalía, sino el Concejal de Deportes a la sazón importante empresario de la construcción en el Sur de Tenerife.

A pesar de esto el concejal de “Alternativa si se puede” lejos de evitar con su voto alguno de estos desmanes contribuye a seguir sosteniendo la fachada hiperreal de un gobierno presuntamente progresista.

Por último quisiera ocuparme de un asunto de máxima actualidad en la sociedad tinerfeña; La construcción del Puerto de Granadilla.

En su programa electoral el partido Alternativa si se puede recogía la oposición frontal a la construcción de esta infraestructura. A nadie se le escapa que gran parte de los votos obtenidos por esta formación derivaban precisamente de electores para los que esta propuesta era altamente atractiva.

Pues bien dicho elemento fue excluido consciente y voluntariamente del acuerdo del pacto con Coalición Canaria y Partido Popular. Hasta aquí los hechos. Ahora viene la creación hiperreal.

En los próximos tiempos se creara una oposición ficticia desde el Ayuntamiento de Granadilla sostenida retóricamente por la alcaldesa y el concejal de si se puede Antonio Cabrera, una oposición exacerbada en las formas pero inane en el fondo, la conclusión de este proceso será que “la guerra no tendrá lugar”, es decir se construirá el Puerto bajo la dirección de la Autoridad Portuaria de Tenerife, por cierto presidida por un destacado miembro de Coalición Canaria, con todas las bendiciones del Cabildo de Tenerife y el Gobierno de Canaria. El gobierno de Granadilla se mantendrá por que efectivamente lo que los une realmente seguirá subsistiendo, es decir el disfrute de las prebendas del poder. Y quien tendrá la culpa de todo… Zapatero. Zapatero será el único culpable, pero los beneficiarios serán otros muy distintos. Este curioso maridaje entre especuladores y demagogos llamado tripartito de Granadilla. Señores, Bienvenidos a la Hiperrealidad. O si lo quieren de otra manera como decía el personaje Morfeo de la película Matrix “Bienvenidos al desierto de lo real”.