Los hombres juegan a ser creadores Los hombres juegan a ser creadores El Apocalipsis mundial está en pleno avance. La contaminación de los mares por metales venenosos y la muerte antinatural de los peces es también cargada al hombre por la ley de siembra y cosecha. Los peces son pescados sin pensar, descuartizados y comidos inconscientemente por el hombre. Seguramente más de un científico pensará que un poco de metal no daña al cuerpo, ya que éste se encuentra en toda la Tierra... El causante de la fiebre aftosa en diferentes especies animales es también el hombre charlatán, que pensó que le podría robar la Tierra a Dios. El charlatán y el partidario de la ciencia creen que la exterminación de todos los animales que muestren, aunque sea el más mínimo síntoma de fiebre aftosa, y una desinfección general, ayudaría a dominar la enfermedad. Pero el hombre, que es la peste misma, no se desinfecta, sino que sigue actuando igual que hasta ahora. ¿Cuándo llegará el momento en que la peste desencadenada por el hombre ataque a los hombres, y tengan que ser quemados también miles de cadáveres humanos para exterminar la peste que es el hombre? La ciencia tranquiliza el ánimo exaltado y temeroso de las masas, diciendo que la fiebre aftosa no es contagiosa. Las numerosas medidas tienen sólo la función de poner otra vez rápidamente en movimiento la producción de carne, para que el consumo de cadáveres animales pueda continuar. Pero el causante no puede escapar tan fácilmente. Las enfermedades animales EEB y fiebre aftosa están ya hace mucho tiempo en la sangre de los charlatanes y de los fieles a la ciencia. Se transmiten a través de muchos caminos, también a través de las víctimas que son sacrificadas en hogueras al “dios” de los infiernos y a sus ayudantes. El asesinato a los animales es la muerte del hombre. La ciencia sigue pescando en aguas turbias, en vez de hacerlo en la sangre de aquellos que por codicia transmiten voluntariamente una parte de su volumen de energía, de su elixir de la vida, que es la fuerza vital, a los animales que han creado por inseminación artificial para satisfacer sus intereses. La humanidad ha perdido el juego. La cuenta no sale a su favor. Satanás se enreda cada vez más en sus propios hilos, pues lo que el hombre siembre, eso cosechará. Mas de alguno podría preguntar dónde ha quedado el amor a Dios y al prójimo. El amor a Dios y al prójimo estaban por una parte en la confianza de Dios en los hombres. Por otra parte, permanecen siendo el núcleo de la vida en todas las fuerzas de la naturaleza, en todas las almas de los hombres y en las almas parciales de los animales. De la Publicación gratuita: “El asesinato a los animales es la muerte de los hombres” Vida Universal Aptdo. 8458 -- 28080 Madrid Vida Universal www.vida-universal.org
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