Cambrils - Tarragona

07/07/08

El hijo que uno quiere tener, no, no fue por ganar, que también, por la lucha sin cuartel, por superarse día por día, por la voluntad indomable de intentar llegar, de ponerlo todo en el esfuerzo, por ese coraje de estirar la cuerda, de dominar la mente hasta límites insospechados, por su sencillez y aceptación.

Claro que en principio me refiero a nuestro patrimonio nacional, en este caso con nombre propio, NADAL, patrimonio de valores, los más altos, los más increíbles en un joven de 22 años de edad, con una voluntad demostrada de hierro y madurez suficiente, es el espejo donde niños y mayores, y pasando por cualesquier estadío, podemos mirarnos, imitar todo lo bueno, aunque cueste dolor por lo sacrificado, nada es gratis.

Y lo grande es que el otro caballero de esta contienda, ha sido y es de los mismos valores, y que para ser justo ese trofeo y en esta ocasión debería haber sido doble, ni ganadores ni vencidos, consiguieron la emoción del público por su grandeza, la de los dos, por su desempeño y humildad.

Si, de alguna forma estos personajes, con su tesón y voluntad, elevada a grado superior, nos demuestran que los límites humanos, siempre están un poco más allá, que se pueden conseguir, que para ello solo es necesario no decaer, poner la carne en el asador, tener la paciencia suficiente y no sacar la carne antes de tiempo, ni descuidar su combustible, pero se puede.

¡Gracias, muchas gracias! Por ofrecernos lo mejor de Vds., eso que no se compra en farmacia, pero que enaltece a su poseedor.

La Copa?, bueno, la Copa es el recordatorio de la excelencia.

UNO MAS.