Cambrils - Tarragona

He tenido la suerte de disfrutar de un poeta argentino en una de estas noches mediterráneas,un tipo entrañable en su música y su misterio.La cuestión,Uno Mas,es que soltó estos ripios y me acordé de tí y a tí te los lanzo.Son de Alberto Cortez y no sé cómo se titula.

Me llegará lentamente
y me hallará distraído
probablemente dormido
sobre un colchón de laureles.
Se instalará en el espejo,
inevitable y serena
y empezará su faena
por los primeros bosquejos.
Con unas hebras de plata
me pintará los cabellos
y alguna línea en el cuello
que tapará la corbata.
Aumentará mi codicia,
mis mañas y mis antojos
y me dará un par de anteojos
para sufrir las noticias.
La vejez...
está a la vuelta de cualquier esquina,
allí, donde uno menos se imagina
se nos presenta por primera vez.
La vejez...
es la más dura de las dictaduras,
la grave ceremonia de clausura
de lo que fue, la juventud alguna vez.
Con admirable destreza,
como el mejor artesano
le irá quitando a mis manos
toda su antigua firmeza
y asesorando al Galeno,
me hará prohibir el cigarro
porque dirán que el catarro
viene ganando terreno.
Me inventará un par de excusas
para amenguar la impotencia,
´que vale más la experiencia
que pretensiones ilusas´,
me llegará la bufanda,
las zapatillas de paño
y el reuma que año tras año
aumentará su demanda.
La vejez...
es la antesala de lo inevitable,
el último camino transitable
ante la duda... ¿qué vendrá después?
La vejez
es todo el equipaje de una vida,
dispuesto ante la puerta de salida
por la que no se puede ya volver
A lo mejor, más que viejo
seré un anciano honorable,
tranquilo y lo más probable,
gran decidor de consejos
o a lo peor, por celosa
me apartará de la gente
y cortará lentamente
mis pobres últimas rosas.
La vejez
está a la vuelta de cualquier esquina,
allí donde uno menos se imagina
se nos presenta por primera vez.
La vejez...
es la más dura de las dictaduras,
la grave ceremonia de clausura
de lo que fue la juventud alguna vez.

Un saludo.

¡¡Gracias!!, no podré saber nunca, cual es la razón de que en esa tierra, se den esa clase de poetas, que sin tener a priori estudios, que pareciere que solo es la observación de la vida y su entorno, o quizá porque lo que ven precisamente es el entorno quien modifica y fortifica o no la vida, y por esa sencillez plena es que consiguen un retrato cuasi perfecto de ese fluir del río, bullangero, rápido, ávido de fluir, atrevido, osado, ora plácido engañosamente, arriesgado en sumo grado (no tiene otra opción), tenaz y más tenaz en su discurrir, empujador por obligación, aportador de su fuerza, preñador de su génesis, lento pero seguro en su discurrir, inundando planicies, otorgando, aportando, reclamando, siempre activo, pero decreciendo en su velocidad, mas no en su fuerza, hasta que entrega su caudal, casi nunca hay violencia en el acto, solo lo inevitable

No lo conocía, reconozco que Cortez no me hace sonar las campanillas ni mucho menos como LARRALDE, pero lo he escuchado 3 veces, creo que si hubiese sido una guitarra compañera de ese viaje, otros serían los resultados en mi neurona, ya que el piano a pesar de los pesares y otros gustos, creo que no es el compañero ideal de esos ripios.

Su título como no podía ser otro es: LA VEJEZ, la etapa final, pero no, no es ninguna dictadura, por supuesto que sí para algunos, dependiendo de muchas circunstancias, para otros es una carga, porque a su vez se convierte en carga para terceros, quizá esa sea la peor parte, pero es el iterativo proceso de la renovación, necesario, absolutamente necesario, la Madre Naturaleza no se equivoca nunca, nosotros somos los errados y también los herrados.

No obstante, como no podría ser de otra manera, estoy de acuerdo y en desacuerdo, de unas y otras estrofas, condicionado por supuesto a la diversidad de orejas, ideas y formas, pero en esencia es una manera bastante equilibrada del entendimiento de la aproximación inevitable de eventos, necesarios, correctos y cuasi plácidos hacia el borde del delta, con el sosiego que otorga el deber casi cumplido, sin otro equipaje (innecesario por demás) que el saber (aunque sea vanidad), que algunas luces y sombras aportaste al conjunto, el resto para algunos tiene importancia relativamente = 0.

Curiosidades de la vida, el detonador (importante en este caso) para que alguien se haya acordado de otro alguien sea una especie de versos un poco nostálgicos de futuros eternos, en voz de un declamador y tal vez ese sea el aroma que haya desencadenado esos recuerdos, entre entidades que de alguna forma andan por la vida en senderos casi paralelos y sin juntarse nunca, pero sabiendo que se está ahí.

¡¡Gracias!!

Siempre me ha gustado Alberto Cortez. Lo escucho desde niño, ya que en aquellas radios con apósito para cintas casettes mi madre lo escuchaba en la cocina muy a menudo. En aquellos tiempos lo disimulaba, era mejor presumir de admirar a rockeros o a otro tipo de cantautores. Con el tiempo aprendí a apreciar más aún sus letras, y a no esconderlo. Este tipo es grande.

Y mi admiración por él creció más aún cuando me enteré, en este foro, que tuvo que aguantar como telonero, en el festival de Colmenar Viejo, a nuestro amigo Muñoz. Hasta los más grandes artistas deben soportar su propia cruz en ocasiones.

Saludos.

Bnb