Cambrils - Tarragona

Tamboriler, nombramos hace unos días al viejo profesor, y voy a contarte algo sobre él.


A su entierro, de paisano, asistimos mogollón, de Lavapies, de Vallecas, Carabanchel y Alcorcón.



Si, yo estuve allí. Fue una tarde de Enero. Salí de casa, eché a andar desde mi barrio hasta Atocha, luego paseo del Prado arriba y llegué a la Cibeles para ver pasar la comitiva y dar mis simbólicos respetos al muerto. Como yo cientos de miles de madrileños, que en vez de regresar a sus casas, nos sumamos al cortejo y le seguimos, calle de Alcalá arriba. Allí se podía ver al ama de casa, al viejo ataviado al estilo "Paco Rabal" con su gorra marinera y su bandera republicana, al punki de cresta a colores imposibles, al estudiante greñudo con chapas de "nuclear no gracias", "salvad las ballenas" y "OTAN no" y al estudiante que iba más engalanado, al oficinista encorbatado, al sindicalista de toda la vida, al currito que acababa de salir del tajo, a la pareja de jubilados que andaban del bracete y al matrimonio más joven con algún hijo de la mano. Allí se junto medio Madrid, y muchos de ellos, como te decía antes, seguimos la comitiva. Atravesamos la parte de la calle de Alcalá que es parte del Barrio de Salamanca, zona nacional como sabrás, con la gente asomada a los balcones, pero con gran respeto. Seguimos y pasadas Las Ventas entramos en La Elipa, barrio obrero que aclamaba al muerto. Y así hasta llegar a la Almudena, al cementerio civil, dónde nos apelotonamos como pudimos los miles de personas que llegamos hasta allí, las fuerzas vivas políticas y el ciudadano de a pie. Fue muy emotivo.


Con el tiempo leímos a algunos decir que no era oro todo lo que relucía, que Tierno era todo fachada, que lo de detrás no era tan bonito, que era falso, que había construido un personaje de cara a la galería muy distinto a su forma de ser. Y qué más da si era así o no. Yo sólo se que entonces Madrid fué el sitio más libre del mundo, la ciudad más divertida, con más movimiento, con más inquietudes, con una explosión cultural increíble. Los fines de semana podías coincidir con gente que venía de toda España, y hasta de fuera de ella sólo para divertirse, en garitos se todo tipo, había para todos, para todos los estilos, gustos y colores. Sí, ya se que fue época de excesos y que muchos se quedaron en el camino, pero....que nos quiten lo bailao.


Por eso te digo, amigo, que si levantara la cabeza, si viera que han pasado, que están aquí, y por lo que parece para mucho tiempo.........qué pena de Madrid.




Bnb.