Cambrils - Tarragona

Muñoz, se me olvidó comentarte algo la semana pasada. Es sobre el trato dado a Serrat por parte de Rajoy. Y “toito te lo consiento, menos faltarle a mi mare”. Puedo perdonar al gallego que nos intentara engañar con lo de los hilillos, o con el 11-M, que nos tomara por tontos con la historieta de su primo, o con la de la niña, pero no puedo pasar por alto que hable mal de Serrat. Creo que si hay un artista querido, respetado e incluso venerado en este país, en todos los de habla hispana y algunos de otras lenguas, ese es Serrat, un tipo que se ha distinguido siempre por su corrección, su integridad y su calidad humana.
Y Rajoy, al que le quedan escasas semanas para pasar a la reserva (en política no hay compasión para los perdedores, y más si lo han hecho en dos ocasiones), y que a lo más que puede aspirar es a que el colegio se salte el escalafón y le otorgue un registro medio bueno, en un pueblo aceptable de una provincia que sea de su agrado, en el que pueda distraerse inscribiendo compraventas, servidumbres de paso y cancelaciones de hipoteca, debería pensar que dentro de décadas, incluso siglos, cuando nadie recuerde que hubo un político gallego, con barba y gafas, amigo de los puros, que quiso ser presidente de España sin conseguirlo en dos ocasiones, o incluso en el muy improbable caso de que lo consiguiera, repito, pasados todos esos años, cuando nadie recuerde quien era Rajoy, habrá alguien que saque de su funda un disco de Serrat, y que se emocione con “Paraules d’amor”, con “Aquellas pequeñas cosas”, o que se le ponga la carne de gallina escuchando “Para la libertad”, o que le suba la moral al oír “Hoy puede ser un gran día”.
Por todo esto, creo que Rajoy se equivocó. Hay que respetar a todos, aunque no nos apoyen. Yo seguiré admirando y recordando las jugadas de Butragueño, las piruetas de Carballo, las victorias de Abel Antón, y sintiéndome orgulloso de que deportistas como ellos sean españoles, me da lo mismo que apoyen al PP, están en su derecho.
Esa es la diferencia entre unos y otros, el respeto a lo que piensen los demás.
Bnb.