Cambrils - Tarragona

Hoy nos hemos despertado con la, para mí, sorprendente noticia de que los obispos españoles exculpan al Rey por sancionar la ley del aborto.

Digo que "para mí", puesto que para otros muchos esta noticia no les ha debido de sorprender en absoluto, pues ya se debían de esperar algo similar.

Yo pensaba que esta Iglesia actual, en absoluto aguerrida, haría mutis por el foro y no se pronunciaría sobre el tema, dejando que la sábana del olvido amortajase nuestro recuerdo, pero no: ha hablado bien clarito sobre el tema. "Su Majestad" es irresponsable (en el buen sentido del término) al imponer su firma sobre una ley asesina. Una ley que sanciona el más cobarde de los crímenes: aquel que se perpetra contra el más indefenso de los seres humanos, el embrión.

A mí me parece que cierta responsabilidad sí debe de tener nuestro inelegido monarca, puesto que, sin su firma, esta ley inhumana nunca se haría realidad.

Recordemos cómo el fallecido Rey de los Belgas, Balduino, advirtiendo una incompatibilidad entre la ley del aborto aprobada por el parlamento, arbitró una argucia mediante la cual abdicó temporalmente de facto de su cargo para no convertir la tinta de su pluma en sange. Arriesgó ese monarca su puesto, pero su moral no se vio quebrantada.

¿Hubiera hecho algo similar el monarca que tenemos la desgracia de padecer en España?

En absoluto.

Un chollo de "trabajo" como el que tiene no se puede despreciar -y menos en estos tiempos de crisis que corren-, así que aquí se firma lo que haya que firmar y más, y, si te he visto, Jesucristo, no me acuerdo.

Pero esta Iglesia cobarde que tenemos no se calla y, para que ni siquiera este Señor tuviera que afrontar el más mínimo dilema moral, ávida de lacayismo, se arrodilla y le dice: no usted no debe preocuparse, puede firmar lo que quiera, que aquí no pasa nada.

Y dejo una última pregunta en el aire:

¿Diría lo mismo la Iglesia si en España ganase algún día un partido neonazi y obligase a firmar leyes de exterminio?

Pues esto, señoras y señores, no es más que una Ley de Exteminio Embriológico.

"Tan culpable es quien fabrica un arma y la pone en la mano como aquel que dispara".

Acá no creo que hayas visto a uno solo que esté a favor del aborto, pero sucede que el aborto es el producto final de insensatos pretéritos, por la simple razón de que si hubieres tirado procurando y con métodos anti-preñazón , no dejar o dejarse preñar, esa preñazón no existiría, por tanto tampoco el divorcio de esa preñazón, o séase el aborto, el aborto es cruel para el feto, pero de repente no lo es, y tal vez lo es menos para quien se lo practica, evitando males mayores en su entorno, y aun que no es una práctica elegante ni mucho menos el eliminar ese feto, es la única forma de mantener a raya la procreación indefinida e insustancial de personas insensatas, de insensatos gobiernos y de la propia insensatez de las creencias, porque se permite (culturalmente) el impedimento natural de la vida y su mantenimiento, en las demás especies, no todo lo que nace pace, sirven los equilibrios naturales, de tiempo, espacio, recursos y depredadores, y algún depredador ha de tener la raza humana, digo yo, aunque sea desde adentro…

Con respecto de:

Quienes o que cosa son los obispos?
Quienes o que cosa es el dinástico que nombras?
Quienes o que cosa es LA SECTA y demás confesiones?
Quienes o que cosa son las creencias, leyes y demás artilugios?
Quienes somos tú y yo?

Sinceramente creo que no estás nada maduro/a para entender los vericuetos de la vida, y me temo, por temerme algo, que con tu fanatismo cristero no llegarás a ver jamás la luz del entendimiento, de la razón razonada y racional, esa que te separa de una vez por todas de ataduras externas a las cuales das pábulo, y te dedicas a tu propio yo, tu propia conciencia y a una ética sin que haya de por medio “”el qué dirán””

Nosotros, los autodenominados pensadores, nos lanzamos una y otra y otra vez mas a la piscina, olvidando una y otra y otra vez mas comprobar si tiene agua o está vacía, y el darte tu coñazo o no, depende única y exclusivamente del azar, después se le buscan las razones, pero siempre desde el exterior, casi nunca desde adentro, con lo cual demostramos se pésimos jugadores del ajedrez de la vida racional y satisfactoria, solo pasamos, y si es solo para pasar, demostramos ser unos inútiles para la especie y su proyección hacia la evolución.

Tú dices hallarte sorprendido/a con noticias de ese estilo, demuestras conocer poco o casi nada la esencia atávica de esta nuestra especie, sus egoísmos, sus intersticios y su dinámica, o lo poco, realmente poco que nos hemos separado de los árboles aún, a pesar de habernos auto concedido dioses o vergas semejantes, a pesar de la filosofía y de la ciencia, a pesar de las matemáticas y ordenadores sofisticados, ya somos demasiados en este planeta, y cada quien aporta su semilla para ser mas, como si la especie estuviese en etapa de extinción, y el volumen y superficie de la tierra no fueren limitados, y después por eso de los estorbos unidos a las impúdicas apetencias humanas y con la ley de la selva en su más ancestral sentido, darnos periódicamente un baño de sangre, de la forma más cruel, sádica y repugnante de las formas y masivamente, en vez de usar el tan cacareado/a supremacía del poder del raciocinio sobre esos atavismos que no soltamos por nuestras muy limitadas limitaciones.

Después de 20 siglos succionando como parásitos avezados a la humanidad, crees ni por un momento que esta SECTA no es aguerrida? Y…, tiene que serlo? Fundamentada en qué?, en la costumbre? pero las prebendas están por encima de las conciencias, y de ahí en lo adelante, podrías hilvanar tus pensamientos, quizá le consiguieses razón a tus sorpresas, porque sinó, son ganas de hablar por no callar, además asomando tus propios fanatismos…

Hay mucho más, pero he de desayunar y francamente creo estar perdiendo mi preciado tiempo, el cual ya me está siendo reclamado por algunos asuntos desde mi estudio que está al otro lado de la casa, y es ahí donde este sujeto se siente completo.

Todos somos responsables de nuestros actos, yo…, yo también.

UNO MAS.