Cambrils - Tarragona

Nadie quiere ser el único ‘pringao’ en las tramas de corrupción urbanística, un asunto que, como su propio nombre indica, suele confabular a más de un político en cada una de esas tramas. De ahí que el bueno de Bertomeu, forzoso ex alcalde socialista de Santa Coloma, a través de su abogado le haya mandado un recadito al ‘conseller’ de ‘Obres Públiques’, un tal Joaquim Nadal. El mensaje es alto y claro y el letrado de don Bertu lo expresa así: “Muñoz considera que todas las operaciones urbanísticas que tiró adelante como alcalde tuvieron el aval de la Generalitat”.

Si a poco de saberse lo de Pretoria vimos que dimitía el gerente de Incasol (empresa del suelo de la ‘Generalitat’), un cargo equivalente a director general que quisieron usar de 'cortafuegos', ahora vemos que las acusaciones —nada veladas— apuntan nada menos que al ‘conseller’ Nadal, un individuo que posee amplia experiencia en la gestión municipal, como alcalde de Gerona durante largos años, y que por tanto debe conocerse a fondo todos los vericuetos y martingalas por los que hay que pasar para echarle un duro a la hucha del partido. O si no que lo desmienta Sala, ayer el ‘cerebro’ de Filesa, Malesa y Time-Sport, empresas tapaderas de la mordida socialista, y hoy —¡pásmense!— secretario de Formación (¡!) del partido. Sí, sí, Formación, que la experiencia como delincuente siempre es un grado en la enseñanza.

A Todo esto, veamos cuánto tardan los pretorianos en apuntar directamente a la cabeza de Montilla o de su pluriempleada compañera sentimental, dos buenas piezas que se mueven con soltura en las aguas cenagosas del charco amarillo. De la destreza de esos movimientos recaudatorios a favor del PSC —o del propio bolsillo— podrían dar fe La Caixa, ‘obligada’ hace años a condonarle una deuda astronómica al socialismo catalán, así como unas cuantas sociedades públicas que sustentan el buen pasar de la presidenta consorte. Me temo que al ‘xarnego’ Montilla le huele a pólvora la poltrona, lo malo es que será sustituido por un rancio nacionalismo pujoliano cuyo líder pretende la independencia de Cataluña cada lunes, miércoles y viernes. Y es así, porque los martes y jueves Artur Mas está ocupado en la notaría firmando sus promesas de no pactar nunca con el PP. ¿Y los fines de semana? Fácil, reunión familiar con Alavedra y Prenafeta.