Cambrils - Tarragona

Diferencias de criterio, ¿verdad, Tamboriler?. Es lo que ocurrió el sábado pasado. Iturralde no aplica los mismos criterios, según sea una u otra área. Un pequeño choque entre Juande e Iniesta, cuando el balón se iba por la línea de fondo, ya sin peligro, es un penalti que no ofrece dudas para el árbitro. Pero un agarrón de Martín Cáceres a Oliveira en el área del Barça no es considerado como pena máxima. Se da la casualidad de que en el partido de la primera vuelta, el árbitro también se inventó un penalti en contra del Betis casi en el último momento que permitió que el resultado fuera 3 – 2 a favor del Barcelona. Total, que al Betis le birlaron tres puntos en estos dos partidos. Y por lógica, hay otro equipo que se los ha llevado a la buchada por la cara. ¿Quién será?.

Y esta semana tocan los pericos, a los que también les fue levantado el partido en el último suspiro en la primera vuelta. ¿Volverá a ocurrir lo mismo esta vez?. Se admiten apuestas.

Diez puntos. Una muralla infranqueable. Con arbitrajes ecuánimes para uno y otro serían muchos menos, y la cosa pintaría de otra manera. El domingo jugamos bien por primera vez en mucho tiempo. Me hacen mucha gracia los cronistas deportivos, de prensa y radio. La semana anterior el Barça ganó 3 – 1 al Gijón, y resulta que fue otra demostración del precioso fútbol Blaugrana para todos los medios de comunicación. Esta semana el Madrid arroya al Sporting en su propia casa, pero para los mismos plumíferos es porque el equipo de casa es muy blandito y además ha hecho el peor partido de la temporada. Objetividad se llama eso. El mismo equipo, pero diferentes reacciones según quien le gana. Ridículo. Aquí todo son parabienes para el Barça, y tanto almibar puede llegar a empalagar. Veremos si no se les atraganta a ellos mismos. Su entrenador se está mostrando muy prudente por ahora, cosa que le honra. Pero todos conocemos historias anteriores, y algunas muy recientes. En un suspiro se acabó, se acabó lo que se daba. Y ya te he dicho en otras ocasiones, Tamboriler, que el señorito camerunés es un desestabilizador de vestuarios de primer orden, aparte de un envidioso compulsivo, antes envidiaba a Ronaldinho, no soportaba que fuera el preferido de la afición. Y me da en la napia que ahora toca con Messi. Él es el goleador, el máximo en Europa, pero el cariño es para el niño, y eso no lo va a asimilar así como así. Y ya lleva dos o tres semanas largando por su boquita. Veremos en que queda la cosa. A rio revuelto, ganancia de pescadores.

Bnb