Cambrils - Tarragona

06/12/08

Cuando se tiene todo el tiempo del mundo a disposición, cuando las prisas y las obligaciones no son la meta, cuando la política es absolutamente secundaria, cuando LA SECTA a uno ni lo roza en lo personal pero si y mucho en lo que exprime a la sociedad en conjunto, cuando las únicas presiones las coloca en uno cuando le duelen mas de lo necesario las patas, o un par de riñones dicen que han trabajado bastante y se quieren jubilar, o las noches se hacen mas largas de lo necesario, y se pasea uno por todos los canales de la caja tonta, buscando que algo lo saque del tedio de no poder pegar un ojo, etc., entonces y de vez en cuando uno se encuentra con alguna perla para poder razonar, o añadirle otro eslabón a algo, alguna unión de otro algo, alguna achispa que incendia un pensamiento.

Tomé nota fidedigna de las frases que se decían en una película de corte piratesco, de cuando LOS HIJOS DE LA GRAN BRETAÑA. Allende los mares, jodian a LOS HIJOS DE LA GRAN ESPAÑA, (bueno a los intereses de los dinásticos) un tiempo antes de la VENCIDA, aunque se le nombro LA INVENCIBLE, pero parece que ese cepo era muy blandito, y lo esperaba otro cepo más Jodidamente duro.

Durante los escarceos, robos, pirateaduras del protagonista, este se ataca a un barquito español, que retornaba de Indias, cargado hasta los teque teques, de tesoros “”legalmente sustraídos””, (por derecho de conquista y de las armas), por supuesto lo vence, pero el pirata no era malo, solo tenía oficio y ganas, y además era buen mozo, y en el fragor de la contienda, el barquichuelo español hace agua, y mientras está en eso del hundimiento, los Srs. Piratas transbordan bienes y personas al barquichuelo pirata que no tenía ni un rasguño.

Entre las personas una fémina de muy bien ver, con todo puesto en el lugar correcto y muy bien colocado, educada, era sobrina de uno de los AQUELLOS GRANDES DE ESPAÑA, y que acompañaba en el regreso a España a los bienes “”legalmente sustraídos””, por supuesto que nuestro pirata favorito, que tenia un verano grande en sequía mujeriega, ya que solo había hombres en su cascarón, le gusto la moza, y además la tenia en su dominio, e intentó pegar la hebra de la conversación con la moza, porque por algo se empieza.

--Sr., yo no hablo con piratas y ladrones.

--Está bien, pero llevo un rato admirando esa importante joya que lleva Vd., mileide, colgada del pescuezo (cuello), es Azteca verdad?

--Si.

--No se como habrán hecho los Aztecas para desprenderse de tan importante joya

--¿ ¡¡¡¡ ?.

UNO MAS.