Cambrils - Tarragona

Pues si, aunque parezca mentira, en nuestro país, en el año 2008 todavía se dan espectáculos tan atroces como el Toro de la Vega. Y lo malo es que hay muchos otros parecidos repartidos por toda nuestra geografía. Y peor aún es que muchos españoles disfrutan con ellos y disculpan la barbarie que representan. ¿Tan poco hemos avanzado?.

Los defensores del cafrerío nos cuentan que es una costumbre que se convirtió en tradición hace siglos. Bonita excusa. También hace siglos se acostumbraba a quemar viva a la gente si sus creencias o maneras no concordaban con los que las mentas bienpensantes ordenaban. Y también existían el derecho de pernada, el diezmo, y las justas y los duelos, y tantas otras barbaridades. ¿A los defensores del toro de la vega les parecería bien que se siguieran haciendo esas cositas por el sólo hecho de que se venían haciendo hace siglos?.

Todas esas manifestaciones de brutalidad deberían desaparecer, pero ¿quién le pone el cascabel al gato? ¿quién carga con la impopularidad que generaría en un buen número de españoles?

No hablo de todos lo festejos ni de la lidia en si misma. Los hay menos violentos. Conozco encierros incruentos, a excepción de la sangre de algunos corredores al golpearse contra cualquier esquina o talanquera o la de las pezuñas de los animales si el recorrido es en asfalto. Aunque ayer le recriminé a Muñoz su ambigüedad en el asunto de patascortas, en el de la tauromaquia yo soy un poco ambiguo. Entiendo muy bien a los que ven una bestialidad una corrida de toros, pero también comprendo a taurinos puros que defienden la fiesta. Es raro pero es así. Casi en el medio. Hasta con mis propios hijos. Uno es un furibundo antitaurino, casi activista, y al otro le gustaría entrar en la escuela de tauromaquia.

En España muchas fiestas nos se entenderían sin encierros, Bous al carrer, capeas y otras cosas. Y aunque seguramente podríamos acostumbrarnos a su ausencia, no se si sería igual. Pero creo que no todos esos encierros son tan brutales como el toro de la vega, la cabra que tiran desde el campanario o los gallos a los que se les arranca la cabeza a tirones, y otros bestiales ejemplos, ni mucho menos. Hay cosas que a mi juicio se podrían seguir conservando, bien reguladas. No voy a caer en la manida excusa de que si no fuera por las corridas no existiría la raza del toro de lidia como tal. Sólo digo que es cierto que algunos toreros son artistas, de la misma manera que los hay que sólo son carniceros. Lo que de ninguna manera puedo comprender son las corridas de rejones, en las que el toro sólo tiene desventajas y además, en caso de ser alguien herido, es el pobre caballo, víctima inocente, mientras que el señorito engominado de encima no expone nada. Por alguna razón, será el arraigo o la costumbre a verlo desde niño, aunque la razón me haga reconocer como una salvajada cualquier tipo de festejo taurino, el corazón me hace disculpar algunos, los menos atroces. Vamos, que como Santa Teresa, vivo sin vivir en mi con el dilema.

Bnb

Se me olvidó reseñar que el escrito anterior era en contestación al

17-09-08 14:28#1188194 de Uno Más.

Bnb.