Cambrils - Tarragona

Dice alguien por ahí,sinceramente no recuerdo quién,que si insultara a España me las vería con ellos.A mí las amenazas me la ponen dura y perdónenme la grosería.Y más cuando dan por hecho que sería capaz de hacer algo que jamás he pensado ni he hecho.Porque no he tenido la necesidad de hacerlo,ni lo sentido nunca.Mi contra ha venido siempre hacia determinados y nefastos tipejos de medio pelo que han poblado esa piel de toro y que apoderándose de un nombre y una bandera,en su nombre y en el de los demás,se han convertido en representantes de la opresión,la desverguenza y el pánico.Las patrias,las banderitas y las lenguas han de dejarse donde se cuecen,esto es,en el corazón y en el cerebro y no mezclar los actos en su nombre con un sentimiento.
Ya sabéis que tengo muchos amigos en España,que me encuentro feliz entre sus anchuras,sus picos,sus platos,sus caldos y sus gentes.Y me he esforzado en expresarme correctamente en esta lengua que ahora leéis.La amo y respeto porque creo que es grande y única,que tiene una capacidad de respuesta a los sentimientos y las maldades por encima del inglés,francés o árabe.No incluyo la catalana porque es mi materna y,como sabéis,madre no hay más que una y a vosotros os encontré en la calle.
Por tanto,la amenaza y la espada de Damocles,sobra.Más que nada porque soy un enamorado del feo,fuerte y formal y me puede dar por averigüar hasta dónde correría tu caballo tras este cowboy.
El Tamboriler del Bruch.