Cambrils - Tarragona

El Gobierno celebra hoy sus primeros cien días con un acto multitudinario organizado por el PSOE en la Casa de Campo

(Madrid) para conjurar la mala valoración de las encuestas y coger un impulso político que, en condiciones normales, debería sobrarle al inicio de la legislatura. Pero fue tomar posesión los nuevos ministros, el 14 de abril, y coincidir una catarata de malos datos económicos que, además de ser síntoma de que España puede entrar en recesión los dos últimos trimestres de 2008, según los analistas, opaca cualquier otro aspecto de gestión. El último mal dato, ayer mismo: las cuentas del Estado tuvieron en junio déficit por primera vez en tres años, 4.683 millones de euros.

Con este panorama, de poco sirve el recordatorio que ha realizado La Moncloa destinada a demostrar que este gabinete ha combatido la crisis con 47 medidas para reactivar la economía, que ha sido el más productivo en materia legislativa (siete proyectos de ley) en tan corto espacio, o que el presidente haya realizado en estos tres meses tres viajes oficiales (Dinamarca, Grecia y Marruecos), cinco cumbres multilaterales y 27 encuentros bilaterales con otros tantos jefes de Estado o Gobierno; o, incluso, haber sustituido los semáforos normales por bombillas de bajo consumo, una de sus 48 «actuaciones relevantes», como las define el propio Ejecutivo.

Ayer, Zapatero informó a la Ejecutiva del PSOE de los cien días y todo fue «cerrar filas», en palabras a ABC de uno de los asistentes. Atrás queda lo dicho por del vicesecretario general, José Blanco, en la reunión de la Ejecutiva del 9 de junio, cuando pidió a los ministros divulgar más su gestión. España había amanecido semidesabastecida por la huelga de los transportistas y el «número dos» del partido ponía entonces voz a las veladas críticas internas por falta de reacción del gobierno socialista.

Muy al contrario, ayer José Blanco comentó que el Gobierno está actuando con «rapidez», «realismo», «confianza» y «determinación» ante la gravedad de la situación económica, a la que se está haciendo frente de la forma más «útil y eficaz». Aprovechó para advertir a Rajoy de que no espere grandes acuerdos en materia económica de su reunión con Zapatero, mañana en la Moncloa, porque los pactos «más importantes» se darán con empresarios y sindicatos en el diálogo social. Zapatero acude a ese encuentro «sin orden del día» previo y con expectativas de lograr un acuerdo de mínimos con Rajoy en materia de renovación del CGPJ y el Tribunal Constitucional, y reforma del funcionamiento de la Justicia y de la Ley de Víctimas del Terrorismo. En un intento por quitar trascendencia a la cita, ayer se anunció que Zapatero va a recibir igualmente la semana próxima al resto de portavoces de los grupos parlamentarios.

Blanco aprovechó ayer para «calentar» la cita con Rajoy, afirmando por un lado que espera «voluntad de acuerdo» del PP en renovaciones del CGPJ y el Constitucional, y atacándole por otro. Instó al líder popular a que «pase de la conspiración, supere la desesperación (por haber perdido las elecciones) y entre en el terreno de la normalidad». Preguntado por las palabras del presidente del PP, sobre qué tienen que celebrar los socialistas, Blanco respondió: «Hay que celebrar, por ejemplo, que Mariano Rajoy sea el líder de la oposición».
«Buena noticia para el PSOE»

Que Rajoy siga al frente del PP «es una buena noticia para él y para el PSOE» -recalcó Blanco-. «Lo único que deseamos es que Mariano deje de ser Rajoy en esta legislatura», porque tiene tarea por delante para cambiar su forma de hacer política y abandonar «la crispación que él agitó en la pasada legislatura». Blanco se comprometió a enviarle el balance de los cien primeros días «porque seguramente él estuvo muy ocupado en la crisis de su partido» y no pudo dedicarse a sus obligaciones como oposición. Remató sus críticas afirmando que tal vez «todavía está K.O., porque ha perdido dos elecciones y ha perdido todos los debates en el Parlamento» a manos del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero .