LA DESPOBLACION EN DIUSTES (SORIA)

LA DESPOBLACIÓN:
Diustes se halla en la comarca de Tierras Altas, que en Soria llaman a secas La Sierra.
Hay que saber que, si no esplendorosa, esta tierra fue hermosa y preguntarnos, ¿por qué donde hoy crecen zarzas, aliagas y pinos no hace mucho tiempo había agricultura y ganadería?.
Todos o la mayoría hemos visto alguna vez un pueblo abandonado e incluso, un derrumbe de un edificio viejo en nuestro pueblo, el de nuestros padres o el de nuestros abuelos. Pero las sensaciones nunca pueden ser las mismas para aquellos que lo hemos vivido, que para aquellos que sólo lo vieron fugazmente un día. Para estos serán sensaciones, para nosotros sentimientos.
Varias fueron las causas de la despoblación en Diustes.
- La vida dura y dificil, al ser un pueblo montañoso donde en la agricultura se trabajaba, de sol a sol, con medios muy rudimentarios; muchos años apedreaba y apenas se podían cubrir las necesidades más perentorias. El rendimiento que se obtenía con tanto esfuerzo y sacrificio de todos los componentes de la familia era escaso, como se decía: "para ir tirando".
- Falta de servicios mínimos: sanitarios, agua corriente.
- El cierre de las Escuelas.
- Aislamiento, a causa de malas comunicaciones por la lejanía a los medios de transporte público.
- Carretera intransitable.
- Excesiva división de las tierras.
- Desaparición de la ganadería.
- Desaparición del propio Ayuntamiento por fusión al de Villar del Río.
- Florecimiento de la industrialización y abandono paulatino de la agricultura.
- Pero la más importante y definitiva fue que el Estado, a través del Patrimonio Forestal, mediante decreto, contribuyó de una manera definitiva a la despoblación, al adquirir las tierras para la repoblación forestal. La gente se vio presionada para tener que vender al recibir cartas en las que se le ofrecía solamente estas tres alternativa:
- Venta al Patrimonio Forestal del Estado.
- Expropiación forzosa.
- Consorcio con el Estado para la repoblación forestal.
El consorcio era imposible a causa de los minifundios, la expropiación nadie la quería y sólo les quedó la venta.
El pueblo después de la venta de sus tierras, sufrió la marcha lenta pero inexorable de sus gentes, la vida urbana atrajo a sus habitantes en busca de mejores oportunidades de trabajo y marcharon dejando su casa, costumbres, folklore y paisaje. Con el dinero que recibieron y sus ahorros se compraron el piso en la ciudad a la que fueron.
Después de unos años de alejamiento y deterioro del pueblo, la mayoría volvió con asiduidad y arregló su casa. Fue el inicio del resurgir de Diustes.
Al escribir estas líneas con el corazón y sentimiento, por ser mi pueblo, recuerdo algo que leí no hace mucho tiempo: "No abandones tu pueblo, pero si lo haces no lo olvides y procura volver cuantas veces puedas".
Se está consiguiendo que la gente tenga inquietudes e ilusión por recuperar y mejorar la propiedad tanto privada como pública.
Para poder llevar a cabo proyectos públicos pendientes, es neceria la opinión, participación y colaboración de todos. "Juntos debemos seguir".
diusteño