LAS CAMPANAS DE MI PUEBLO
LAS CAMPANAS DE MI PUEBLO
La campana es un instrumento musical procedente de oriente, tiene forma de copa invertida.
Las campanas que se utilizan en los templos son de bronce, aleación: de cobre 78% y estaño 22%.
El badajo es de hierro forjado, alargado y en forma de pera, de menor diámetro en la parte superior. El anillo inferior, o boca de la campana, es la parte más esencial, donde golpea el badajo.
El uso de la campana en España era ya frecuente en el siglo V.
La campana ha sido un poco la voz que anunciaba a los habitantes del pueblo de cuantos acontecimientos se producían, tanto para lo bueno como para lo malo, en el orden religioso y en el social. En el religioso, el uso primero y principal ha sido, convocar a los fieles a los actos del culto; en lo social, nos anunciaba un acontecimiento extraordinario o situación de peligro: fuego, inundación, tormenta; o trabajo comunitario vereda, etc.
Las campanas son testimonio de tiempos en que sonaron y aglutinaron la vida comunitaria del pueblo. En la provincia de Soria se conservan 2008 campanas, una de las más antiguas datada y conservada se encuentra en Yanguas 1487.
Un papel importantísimo de comunicación han dejado las “torres campanario” de los pueblos a través de un peculiar lenguaje sonoro, muy rico en mensajes y matices.
Cumplían todos los requisitos de cualquier sistema de comunicación: emisor, receptor, código, canal y una amplia forma de mensajes concretos con contenido local que se han ido transmitiendo de generación en generación.
Adivinanza: Aunque te invito al templo, siempre me quedo en la torre. (Campana)
Mis vivencias personales desde la infancia en mi pueblo de Diustes, están vinculadas a recuerdos de distintos toques de las campanas, que son testigo de nuestro patrimonio cultural hoy casi olvidado.
En los vanos de la “Torre campanario de Diustes”, cuelgan dos campanas, conocidas por: la “Grande” y la “Pequeña”, sus nombres propios creo que muy pocos los conocen.
Cada una ha sido consagrada y bautizada con su nombre:
La Grande, situada en el lado este, se llama: “Jesús, María y José”, se fundió en el año 1879 por Ruiz, Agustín.
La Pequeña, situada en el lado sur, se llama: “Sagrados Corazones”, se fundió en el año1902 siendo párroco D. Tomás Pérez y alcalde D. Galo Peña.
Los toques diarios eran: el alba, los toques de misa, ángelus (mediodía) y oración.
Como no había campanero, ni reloj en la torre, la llave de la Iglesia la tenía cada semana un vecino que ejercía de campanero y era el encargado de los toques siguientes:
Alba, al amanecer para interrumpir el descanso y empezar el trabajo del nuevo día, consistía en nueve campanadas con la campana Grande, fraccionándolas de tres en tres.
Ángelus, se tocaba a las 13 h., (las doce solares) consistía en doce campanadas con la campana Grande, fraccionándolas de tres en tres; como la mayoría de la gente no tenía reloj le servía de orientación para dejar el trabajo y comer.
Oración, se tocaba al anochecer, sus toques eran como los del alba, si era víspera de fiesta o sábado se hacía el anuncio con un repique de campanas. La víspera de fiestas importantes se volteaba la campana y se repicaba.
Los toques de misa los hacían los monaguillos, apenas han cambiado y consistían en unas treinta campanadas seguidas con la campana Grande y dejando un espacio al final, tocar una, dos o tres campanadas, para la primera, segunda y tercera señal.
El día de la fiesta patronal se voltea, antes de dar las señales para la misa y durante la procesión; a muchos nos llena de emoción el sonido de la campana volteando.
Para las defunciones o funerales se doblaba la campana Grande y luego se tocaban las dos campanas, alternando de dos en dos toques muy espaciados al principio y poco al final.
El alguacil anunciaba el día de vereda (trabajo comunitario) por medio de un bando que decía: “De orden del Sr. Alcalde se hace saber que mañana al toque de campana se va de vereda”. Al día siguiente por la mañana se tocaban unas veinte campanadas seguidas con la campana Pequeña y los vecinos acudían a la Plaza de la Constitución donde el Sr. Alcalde distribuía las personas para realizar los diferentes trabajos necesarios en el municipio.
Si había algún fuego se tocaba “arrebato” tocando campanadas muy rápidas.
Las campanas solo enmudecían el Triduo Sacro de Semana Santa, desde el Gloria del Jueves Santo hasta el correspondiente de la Vigilia Pascual. Se encargaban de cumplir su función las matracas y carracas con su bronca percusión en señal de duelo.
La torre con la campana Grande en verano nos servía de reloj solar, cuando dejaba de darle el sol a la campana, ya era mediodía.
Quiero recordar dos poemas en honor de la campana:
Campana de mi ligar
Tú me quieres bien de veras,
Cantaste cuando nací
Llorarás cuando me muera.
La Torre de MI PUEBLO
No la puedo olvidar,
No la puedo olvidar
Porque le tengo amor.
Entre todos tenemos que conseguir revivir y salvar el recuerdo de esta ancestral cultura de nuestro pueblo “Diustes.”
diusteño
La campana es un instrumento musical procedente de oriente, tiene forma de copa invertida.
Las campanas que se utilizan en los templos son de bronce, aleación: de cobre 78% y estaño 22%.
El badajo es de hierro forjado, alargado y en forma de pera, de menor diámetro en la parte superior. El anillo inferior, o boca de la campana, es la parte más esencial, donde golpea el badajo.
El uso de la campana en España era ya frecuente en el siglo V.
La campana ha sido un poco la voz que anunciaba a los habitantes del pueblo de cuantos acontecimientos se producían, tanto para lo bueno como para lo malo, en el orden religioso y en el social. En el religioso, el uso primero y principal ha sido, convocar a los fieles a los actos del culto; en lo social, nos anunciaba un acontecimiento extraordinario o situación de peligro: fuego, inundación, tormenta; o trabajo comunitario vereda, etc.
Las campanas son testimonio de tiempos en que sonaron y aglutinaron la vida comunitaria del pueblo. En la provincia de Soria se conservan 2008 campanas, una de las más antiguas datada y conservada se encuentra en Yanguas 1487.
Un papel importantísimo de comunicación han dejado las “torres campanario” de los pueblos a través de un peculiar lenguaje sonoro, muy rico en mensajes y matices.
Cumplían todos los requisitos de cualquier sistema de comunicación: emisor, receptor, código, canal y una amplia forma de mensajes concretos con contenido local que se han ido transmitiendo de generación en generación.
Adivinanza: Aunque te invito al templo, siempre me quedo en la torre. (Campana)
Mis vivencias personales desde la infancia en mi pueblo de Diustes, están vinculadas a recuerdos de distintos toques de las campanas, que son testigo de nuestro patrimonio cultural hoy casi olvidado.
En los vanos de la “Torre campanario de Diustes”, cuelgan dos campanas, conocidas por: la “Grande” y la “Pequeña”, sus nombres propios creo que muy pocos los conocen.
Cada una ha sido consagrada y bautizada con su nombre:
La Grande, situada en el lado este, se llama: “Jesús, María y José”, se fundió en el año 1879 por Ruiz, Agustín.
La Pequeña, situada en el lado sur, se llama: “Sagrados Corazones”, se fundió en el año1902 siendo párroco D. Tomás Pérez y alcalde D. Galo Peña.
Los toques diarios eran: el alba, los toques de misa, ángelus (mediodía) y oración.
Como no había campanero, ni reloj en la torre, la llave de la Iglesia la tenía cada semana un vecino que ejercía de campanero y era el encargado de los toques siguientes:
Alba, al amanecer para interrumpir el descanso y empezar el trabajo del nuevo día, consistía en nueve campanadas con la campana Grande, fraccionándolas de tres en tres.
Ángelus, se tocaba a las 13 h., (las doce solares) consistía en doce campanadas con la campana Grande, fraccionándolas de tres en tres; como la mayoría de la gente no tenía reloj le servía de orientación para dejar el trabajo y comer.
Oración, se tocaba al anochecer, sus toques eran como los del alba, si era víspera de fiesta o sábado se hacía el anuncio con un repique de campanas. La víspera de fiestas importantes se volteaba la campana y se repicaba.
Los toques de misa los hacían los monaguillos, apenas han cambiado y consistían en unas treinta campanadas seguidas con la campana Grande y dejando un espacio al final, tocar una, dos o tres campanadas, para la primera, segunda y tercera señal.
El día de la fiesta patronal se voltea, antes de dar las señales para la misa y durante la procesión; a muchos nos llena de emoción el sonido de la campana volteando.
Para las defunciones o funerales se doblaba la campana Grande y luego se tocaban las dos campanas, alternando de dos en dos toques muy espaciados al principio y poco al final.
El alguacil anunciaba el día de vereda (trabajo comunitario) por medio de un bando que decía: “De orden del Sr. Alcalde se hace saber que mañana al toque de campana se va de vereda”. Al día siguiente por la mañana se tocaban unas veinte campanadas seguidas con la campana Pequeña y los vecinos acudían a la Plaza de la Constitución donde el Sr. Alcalde distribuía las personas para realizar los diferentes trabajos necesarios en el municipio.
Si había algún fuego se tocaba “arrebato” tocando campanadas muy rápidas.
Las campanas solo enmudecían el Triduo Sacro de Semana Santa, desde el Gloria del Jueves Santo hasta el correspondiente de la Vigilia Pascual. Se encargaban de cumplir su función las matracas y carracas con su bronca percusión en señal de duelo.
La torre con la campana Grande en verano nos servía de reloj solar, cuando dejaba de darle el sol a la campana, ya era mediodía.
Quiero recordar dos poemas en honor de la campana:
Campana de mi ligar
Tú me quieres bien de veras,
Cantaste cuando nací
Llorarás cuando me muera.
La Torre de MI PUEBLO
No la puedo olvidar,
No la puedo olvidar
Porque le tengo amor.
Entre todos tenemos que conseguir revivir y salvar el recuerdo de esta ancestral cultura de nuestro pueblo “Diustes.”
diusteño
Enviado por: diusteño_ | Ultima modificacion:05-12-2008 17:03
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