Calatañazor - Soria

Ustedes perdonen, amables lugareños, soy el moro Almanzor, que hace unos cuantos cientos de años perdí un tambor en ese su tan gentil poblado, no sé cómo fue, sólo sé que iba lanzado, a tope, casi ebrio, diría, si mi religión no me prohibiera trasegar el líquido licor del diablo, bueno, como digo, en el fragor de la batalla, un certero venablo o lanza o espadón cristiano hendió mi pecho y caí desmayado. Cuando desperté, al cabo de unos días, me di cuenta de que había perdido mi tambor. Y quisiera recuperarlo. A ver son ustedes tan amables y, si lo tienen en algún museo, me lo restituyen, porque me aburro bastante en el infierno y con mi tambor me distraería un horror.
Sean amables y devuelvanme mi tambor.
Firmado: el moro Almanzor.

Oiga, señor moro Almanzor, yo encontré un tambor de hojalata en el campo, no se si será el suyo, usted dirá, pero creo que está bastante deteriorado para ser de aquellos mil años y pico, en fin, a su disposición, señor moro de la morería.

Soy el moro Almanzor,
que aquí perdí mi tambor,
paisanos que en el alcor
que está en Calatañazor
me miráis con estupor,
ayudadme por favor
en esta noble labor
de rescatar mi tambor.

Venga, vamos a ponernos todos a buscar el tambor de Almanzor y, cuando llegue la feria del verano, se lo entreganmos en una ceremonia festiva y confraternizamos todos, moros y cristinaos, que no de siga, caray.
Venga, todos a buscar el tambor de Almanzor.