INTERESANTE Una pequeña publicación de apenas 30 páginas que se vende a tres euros y que los internautas encontrarán con facilidad en la Red se ha convertido en un portentoso best seller en Francia: 'Indignez vous!' -'Indignaos'-, del ex combatiente en la Resistencia francesa y diplomático Stéphane Hessel, de 93 años. Este ciudadano, judío, alemán de nacimiento y nacionalizado francés, huido del campo de concentración de Buchenwald, miembro de los servicios secretos de De Gaulle y colaborador estrecho de Mitterrand, ha publicado un alegato para movilizar a los jóvenes, para instarles a que no permanezcan políticamente indiferentes en estos tiempos de adversidad. Hessel rememora los tiempos de la Resistencia, en que la indignación frente a los nazis fue el motor de la victoria aliada y de la reconstrucción posterior del país de acuerdo con la inspiración proporcionada por el Consejo de la Resistencia, que sentó las bases del estado de bienestar republicano: "una jubilación que permita a los viejos trabajadores acabar dignamente sus días"; "la nacionalización de las fuentes de la energía, la electricidad y el gas, el carbón"; "el reintegro a la nación de los grandes medios de producción monopolizados, fruto del trabajo común, de las fuentes de energía, de la riqueza del subsuelo, de las compañías de seguros"; una prensa verdaderamente libre; "la posibilidad efectiva para todos los niños franceses de beneficiarse de una instrucción desarrollada"... En definitiva, un proyecto socialdemócrata avanzado para la época, que se convirtió en realidad gracias al ímprobo esfuerzo colectivo. ¿De quién es la culpa? Pues bien: Hessel, indignado por la actual decadencia, se pregunta cómo es posible que entonces, tras la Segunda Guerrra Mundial, fuera posible crear una sociedad sustancialmente justa con aquella precariedad de medios, y hoy, en plena opulencia, se tenga que transigir con cambios que reducen a cenizas la seguridad de antaño. Hessel detecta que la gente, la opinión pública, percibe que el sistema no está funcionando, pero no encuentra las causas ni sabe tampoco a quién culpar de ello. Y anima a todos, especialmente a los jóvenes, a ponerse en pie, a detectar los motivos de esta aparente claudicación y a crear redes asociativas que fortalezcan sus posiciones. No rechaza los partidos políticos pero piensa que es posible complementar su papel mediante otras instituciones intermedias espontáneas. Hessel realiza también un sincrético diagnóstico: la deriva actual del mundo se debe a la dictadura de los mercados, a la falta de regulación del sistema financiero que ha hecho del mundo un espacio mucho más injusto, ante la abdicación de la mayoría de los políticos, que han dimitido de su obligación y se pliegan a la voluntad de los mercados en lugar de nadar a contracorriente para conseguir una sociedad mejor, basada en valores. "La sociedad no puede ni debe cambiar" "La peor de las actitudes es la indiferencia", dice este venerable patriarca, cuando trata también de concienciar a sus lectores sobre la grave injusticia que encierra el conflicto palestino-israelí. España ha renunciado a gran parte de su soberanía para incorporarse a la UE, pero éste no es el problema: toda Europa está haciendo dejación cobarde de unos sólidos principios que habían logrado conciliar libertad e igualdad, economía de mercado y justicia social. Y ante esta evidencia, los ciudadanos no pueden ni deben callar, ya que las elites políticas no están evidentemente a la altura de los requerimientos. |