Paradas - Sevilla

Por qué el Estado hace costosas campañas sobre la animación a la lectura, ¿acaso no podemos vivir estupendamente sin leer?

Para ti qué importancia puede tener leer, de vez en cuando, algún que otro libro sabiendo que existen medios, mucho mejores que el libro tanto para ejercitar nuestro pensamiento como para educar nuestra inteligencia, como es el caso de la TELEVISIÓN; yo, en el momento que la enchufan en mi casa, “ipso facto”, cojo un libro y me pongo a leer; y otro de sus aspectos positivos es que reduce la fluidez verbal. También puede ocurrir que la tele te mire a ti y no tú a ella y que te plantee un dilema: -¿la apago o no, o…?

Aunque no existan leyes que nos obliguen a leer, de alguna manera la escuela violenta a los niños, ya que sus maestros les obligan a que compren y lean varios libros a lo largo de su etapa educativa obligatoria. Luego, sabemos, que todo aquel que continúa estudiando está obligado a leerse muchos libros y que, en la mayoría de los casos, no los elige él sino que le vienen impuestos por su profesor.

Sin embargo, ¿la escuela fomenta la afición por la lectura?, ¿enseña a amar el libro?, ¿el maestro enseña a los niños a comprender lo que está dentro de un libro? Es verdad que intenta convencer al alumno de la importancia de la lectura, pero no se nos educa para escribir bien, y tampoco para que leamos.

Tú estarás de acuerdo en que tanto la escuela como el instituto e incluso la universidad prepara mal, y que por eso existen muchas personas que llevan a cuestas esa especie de joroba invisible que es el analfabetismo funcional.

Aunque parece que es verdad que todo lo que se aprende es bueno, para qué memorizamos tantos nombres de reyes y dinastías, tantas fechas de batallas, la lista de los libros del Antiguo Testamento…, para qué nos enseñaron Formación del Espíritu Nacional, lenguas muertas, el catecismo, fórmulas químicas sorprendentes, figuras geométricas extrañas, teorías filosóficas inverosímiles, trabajos manuales inservibles, microorganismos inescrutables, geografía infrecuente, ejercicios físicos absurdos, galaxias improbables, insectos increíbles… ¿Acaso sabes tú más que un niño de Primaria?
No habría sido mejor que nos hubiesen enseñado a convivir, a saber expresarnos, a respetar la vida, a valorar lo que tenemos, a amar la naturaleza, a saber estar, a bailar y cantar, a ser feliz; en definitiva a ser personas, ya que la educación, sabiendo que las leyes no bastan, es la única forma de transformar y mejorar la sociedad.

A veces parece que hemos progresado mucho y a veces, que seguimos en el mismo punto de partida, dando vueltas alrededor de la misma noria.

Hay un teólogo británico del siglo XIX que en una de sus citas nos dice: “El profesor mediocre, dice. El buen profesor, explica. El profesor superior, demuestra. El gran profesor, inspira”.

Y ahora te propongo que, a modo de encuesta, elijas para definir al maestro -que tuviste, tienes o tiene tu hijo- una de estas cuatro definiciones:

a) Es un maestro/profesor que dice a sus alumnos…
b) Es un maestro/profesor que explica…
c) Es un maestro/profesor que demuestra…
d) Es un maestro/profesor que inspira…


P. D. QUIEN VIAJA Y LEE MUCHO, CONOCE Y SABE MUCHO.

SALUDOS “MAXIMA DEBETUR PUERO REVERENTIA”. EN CRISTIANO: DÉBESE AL NIÑO EL MAYOR RESPETO.

a) Es un maestro/profesor que dice a sus alumnos…BUENOS DIAS.
b) Es un maestro/profesor que explica…TANTO EL TEMARIO COMO TEMAS INTERESANTES RELACIONADOS CON EL MISMO.
c) Es un maestro/profesor que demuestra…QUE DISFRUTA DE SU TRABAJO Y SU PREOCUPACION POR LOS ALUMNOS.
d) Es un maestro/profesor que inspira…CONFIANZA Y SEGURIDAD.