HABRÁ QUE ADAPTARSE A LA NUEVA LEY TAVAQUERA Los demagogos como Aznar creen excesivo que se limite el alcohol en la conducción (un millón de votos), que se limite a 120 la velocidad en autopistas (dos millones de votos), que suban los impuestos (tres millones de votos). Y sus lacayos en la Tierra no podían ser menos. Si se prohíbe fumar en locales públicos, el portavoz del PP en la Asamblea de Madrid, David Pérez, pide a Zapatero que luche contra el paro en vez de “perseguir a fumadores” (cuatro millones de votos), o bien Esperanza Aguirre se hace la remolona para cumplir con la Ley anti tabaco y congraciarse así con los acosados fumadores madrileños. Si José Blanco insinúa que hay que volver a la vieja filosofía del impuesto socialista de que paguemos más los ricos que vosotros los ganapanes mileuristas, el demagogo Javier Arenas Bocanegra (por cierto, lo de Bocanegra es un apellido, ¿verdad?) nos sale con que cualquier subida de impuestos supone una “agresión brutal” contra el empleo. A veces, como en este caso, la adulación a los trabajadores es tan burda que se nota de lejos que a quien quería adular es a los ricos como yo, y no a los desempleados; pero este chico no da más de sí.
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