Paradas - Sevilla

Los Desahuciados Anónimos
Son aquellos que aspiran a convertirse en Anónimos Grises por ser este el modelo importado a través de las ondas, modelo vital que les asegura el olvido de su miseria y el bienestar del individualismo, que les permitirá caminar en la vida con las alforjas llenas; para ellos, renuncian a su existencia entre los suyos cruzando desiertos y mares, y a modo de marea humana se arriesgan a perder lo único que tienen: la vida.

Los títeres y Falsos Afortunados de la Atalaya
Son aquellos Desahuciados que en su devenir existencial sirven como títeres de los Afortunados de la Atalaya y a los intereses de éstos. Actuando como Falsos Afortunados de la Atalaya, siguen los intereses marcados por los auténticos Afortunados en el reparto de cartas de la partida de póquer. Este modelo de Desahuciados actual con total impunidad, ejercitando golpes de autoridad y despotismo las intrusiones que se le indican, siendo sus características principales el individualismo, la ambición y el seseo de supervivencia.

Debe ser la izquierda mundial quien, a través de los gobiernos nacionales y de los organismo internacionales, impulse de manera contundente la defensa del más débil e incapacitado frente al poderoso, siendo los movimientos sociales y ciudadanos quienes deben actuar como resorte de contrapoder y luz de emergencia en aquellas ocasiones en las que los gobiernos nacionales y organismos internacionales globales pierdan de vista estos objetivos, para los que han sido creados.

Por lo tanto, frente al modelo neoconservador de colonialismo económico se contrapone el modelo de democracia política que desde, el nuevo socialismo debe ser defendido de manera tajante, a capa y espada, desde Bruselas a New Cork, pasando por todos aquellos gobiernos que se sientan socialistas.

El freno al capitalismo voraz, que, en la actualidad, merma la posición de los Estados, y el reforzamiento de éstos frente al chantaje económico de las multinacionales. El Estado debe ser fuerte para poder llevar a cabo su papel in vigilando que le permita evitar el abuso de los poderosos y de quienes desde la fortuna de la Atalaya intentan lograr mayores beneficios, a costa del miedo de la descolocación de empresas dentro del libre mercado. Un saludo camaradas.

No sé qué tienen los neocons, como nuestra Esperanza Aguirre, contra la Sanidad pública (a ver cuánto tardan en retirarle el saludo al negro “éste” que en su día habían recibido como “uno de los suyos”). Bueno, miento como un (co)saco. Sí lo sé. Hay tanta pasta pastuqui de por medio como para corromper a los cien mil hijos de san Luis con sus once mil vírgenes. Y donde hay dinero, la derechona no puede evitarlo. Se le dispara el aguijón. Es su naturaleza.


viva la salud publica