LA MUJER DE BALTASAR GRACIÁN QUE VIVE EN LA CALLE TETUÁN. Más fuerte que el vino, más poderosa que el rey, y que compite con la verdad, siendo toda mentira. Más vale la maldad del varón, que el bien de la mujer, dijo quien más bien dijo, porque menos mal te hará un hombre que te persiga que una mujer que te siga. De aquí, sin duda, procedió el apellidarse todos los males hembras: las furias, las parcas, las sirenas y las arpías, que todo lo es una mujer mala. Hacénle guerra al hombre diferentes tentaciones en edades diferentes, unas en la mocedad y otras en la vejez, pero la mujer en todas. Nunca está seguro de ellas ni mozo ni varón, ni viejo ni sabio, ni valiente ni aún santo; siempre está tocando el motete este enemigo común y tan casero, que los mismos criados del alma la ayudan: los ojos franquean la entrada a su belleza, los oídos escuchan su dulzura, las manos la atraen, los labios la pronuncian, la lengua la vocea, los pies la buscan, el pecho la suspira y el corazón la abrasa. Si es hermosa, es buscada; si fea, ella busca. Y si el cielo no hubiera prevenido que la hermosura de ordinario fuera trono de la mocedad, no quedara hombre a vida, que la libertad lo es. SALUDOS PORQUE DONDE HAY JUNCOS HAY AGUA, DONDE HUMO FUEGO Y DONDE MUJERES DEMONIOS.
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