Un nuevo biomaterial para generar huesos artificiales Investigadores españoles han ideado un procedimiento para generar estructuras similares a la de los huesos a partir de células madre de cordón umbilical. Este tejido óseo se ha obtenido gracias al uso de plantillas de carbón activado, en las que, tras anidar, las células proliferan y se diferencian, dando lugar a un material (compuesto por minerales como el fósforo o calcio, colágeno, osteoblastos, osteocitos) que podría emplearse con fines terapéuticos. El tejido aún no se ha experimentado en animales, si bien los científicos creen que los resultados obtenidos en el laboratorio son muy prometedores. En septiembre esperan empezar a aplicarlo en conejos o ratas y aspiran a que en el futuro pueda servir para reparar lesiones óseas –osteoporosis, fracturas-, tumorales, así como para regenerar el cartílago en aquellas extremidades óseas en las que se haya perdido. El trabajo, que comenzó en 2008, ha sido realizado por científicos de las universidades de Granada y Jaén y del Instituto de Parasitología y Biomedicina López Neyra (CSIC). En él, han intervenido especialistas del ámbito de la biología celular, la radiobiología y el estudio de los materiales. Parte del éxito de trabajo presentado este martes reside en el uso del carbón activado, según explica a este diario el director del Centro de Investigación Biomédica de la Universidad de Granada, José Mariano Ruiz de Almodóvar. El carbón activado no es más que una fibra sintética sometida a altas temperaturas que se carboniza. La operación da como resultado un tejido muy poroso en el exterior y con una superficie de absorción enorme. La estructura que se obtiene es similar a la de una esponja, repleta de filamentos entrecruzados y recovecos. “La superficie interior es tan enorme que tiene una magnitud difícil de entender”, apunta Ruiz de Almodóvar, “hay 2.200 metros cuadrados por cada gramo”. En este medio –se usan pastillas de tejido de 1,5 centímetros de diámetro- es donde se introducen células obtenidas del cordón umbilical. En concreto, un tipo de células madre adultas denominadas mesenquimales –no confundir con las que se obtienen de la sangre y que se emplean para el trasplante de médula- que se extraen del tejido que hay entre la piel y los vasos sanguíneos del cordón. El carbón activado ejerce de andamio que facilita el anclaje y desarrollo de las células. “Tiene la facultad de retener y absorber las células en su enorme superficie”, apunta el investigador. Además de multiplicarse, las células mesenquimales se diferencian de forma natural hacia células óseas, “sin necesidad de recurrir a factores de crecimiento”, destaca Ruiz de Almodóvar. El resultado es un material biológico que ha colonizado el soporte de carbón activado y que presenta buena parte de las características del hueso. “Es capaz de fabricar el colágeno y los minerales que forman las estructuras óseas, que se pueden observar bajo la lente del microscopio, pero además tipos celulares característicos del tejido como osteoblastos u osteocitos”, describe el investigador. |