Paradas - Sevilla

La borrachera no es en Inglaterra un gran defecto. Cuando un extranjero asiste a una mesa de ingleses, pocas veces puede escapar de la alternativa de embriagarse como los otros. Levantados los manteles vienen las botellas y empiezan los brindis; a cada brindis ha de beber cada asistente una copa de vino. Regularmente se brinda en primer lugar por el rey; después cada cual de los concurrentes brinda por algún sujeto de su estimación y todos beben; repitiendo el brindis que dictó; y así van brindando uno después de otro, de manera que cada convidado se ve en la precisión de beber, lo menos, tantas copas cuantos sean los concurrentes a la comida. Luego que se ha acabado el turno, suele repetirse una o más veces, y allí se están cuatro, seis u ocho horas sin moverse de la mesa, sino para mear, operación que se hace en un gran cangilón dispuesto a este fin en uno de los rincones de la sala.


SALUDOS DE LA PANTASMA, PORQUE ANOCHE ESTUVO MERODEANDO POR LA CALLE EL CAÑUELO Y EL PEORRITO, QUE IBA BORRACHILLO, CASI SE RILA POR LAS PATAS ABAJO.

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Vaya, otra sorpresa que me llevo hoy (y ya van dos): Al amigo AMDG se le ha acabado el libro de frases célebres en latín