Los Palacios y Villafranca - Sevilla

Los EREderos del Régimen

No se conforman con los treinta años que llevan en el poder, y por eso quieren legar el cortijo andaluz a sus «griñaninis» y a sus EREderos

FRANCISCO ROBLES

Día 30/04/2011 - 00.56h

Van de santos y de inocentes. Como en la novela de Miguel Delibes donde se retrata esa Extremadura profunda, sometida por el yugo del peor señoritismo aliado con la dictadura franquista. Aquella Extremadura se parecía muchísimo a la Andalucía de la posguerra. Así se explica que en las dos comunidades autónomas sólo haya gobernado el mismo partido durante la democracia felizmente recuperada.

Estos treinta años del PSOE en Andalucía se basan en una falacia que cada vez aguanta menos. Llevan treinta años apoyándose en lo que sufrieron nuestros antepasados por culpa de un régimen con el que colaboraron los padres de los que ahora nos gobiernan. Un régimen franquista con el que pretenden identificar a la derecha democrática andaluza para negarle la legitimidad que le permita desbancar del poder a los que llevan tres décadas en la poltrona. El truco se les está cayendo como si fuera un castillo de naipes marcados. Y así están, con las vergüenzas al aire.

Creen que Andalucía es suya. Como el cortijo donde los santos inocentes hacían lo que les mandaba el señorito. Por eso quieren dejárselo a sus herederos, que en este Régimen se llaman EREderos. El sistema es muy simple. Se trata de montar un entramado para que papá no tenga que firmar las ayudas que recibe la empresa donde trabaja la niña de papá. Porque son eso. Niños y niñas de papá que están haciendo lo mismo, exactamente lo mismo que los hijos de algunos jerarcas franquistas. Ni más, ni menos.

Sólo hay que repasar las generosas, cuantiosas y escandalosas subvenciones que salían del IFA —Instituto de Fomento del Amiguismo— cuando Viera era consejero de Empleo y Desarrollo Tecnológico. ¿Quién se las llevaba? Su amigo Rosendo, el líder del socialismo serrano. Si Fidel Castro llegó al poder tras pasar por Sierra Maestra, estos maestros que desertaron de la tiza han concentrado la tela del telón en la Sierra Norte de Sevilla. ¿Cómo es posible que el dinero público sirva para financiar las empresas de los propios socialistas que deciden el destino de esos fondos de reptiles? Esta pregunta originaría en cualquier democracia asentada un cataclismo que daría al traste con el partido gobernante. Aquí ni siquiera se toman la molestia de responderla. ¿Por qué? Muy sencillo: no hemos salido aún de la mentalidad que retrataba Delibes en su novela.

Los andaluces seguimos siendo lo que fuimos. Carne de resignación. Aquí salimos a la calle una vez cada siglo… o ninguna. ¿Imaginan un senador de un país democráticamente consolidado que hubiera beneficiado con nueve millones de euros a las empresas de un colega de su partido? De momento se les habría caído el pelo por infringir una norma sagrada en toda economía de mercado que se precie: la libre competencia. Si encima ese empresario del partido coloca a la hija del senador, la dimisión cae por su propio peso.

Lo que ocurre es que Viera no dimitirá mientras el jefe que lo nombró siga sentado en el banco azul del Congreso de los Diputados. Porque Chaves hizo algo similar y permanece ahí, en esa vicepresidencia de la nada, recibiendo golpes y mamporros cada vez que hay sesión parlamentaria. Se fue del cortijo que controlaba a golpe de talonario y en Madrid se ha dado cuenta de que tenía un talón de Aquiles. La pérfida derechona le ha encontrado el flanco débil y está cebándose con él. ¿Cómo puede defenderse en una democracia del siglo XXI que el hijo del presidente de una comunidad autónoma se dedique a ejercer de comisionista para empresas que firman contratos con la Administración que lidera su propio padre? Esto sólo es comprensible en el tiempo y el escenario de Los santos inocentes. Y como las coincidencias las carga el diablo, en la novela de Delibes el heredero del cortijo era el señorito Iván…
Tres avisos
Pleno empleo.
De aquella promesa que se repetía en los mítines, a las cifras del paro que no cesa. Nos hicieron creer que gracias al nuevo Estatuto de Andalucía llegaríamos al pleno empleo. Hubo quien se lo creyó hasta el punto de ir a votar y todo. Ahora sabemos que en realidad íbamos al pleno desempleo.
Sindicatos amarillos.
Les han dado un revolcón en las últimas elecciones sindicales. Los funcionarios de la Junta han puesto a CCOO y a UGT en su sitio. No les han sacado los colores, sino el color que los define. Estos sindicatos se han vuelto amarillos de tanto arrimarse al poder.
Mosqueo en el PSOE.
En Madrid están muy enfadados con Chaves. Los líderes del PSOE están hartos de que les pregunten por el señorito Iván, de profesión comisionista. No salen cómo salir del atolladero. Y en el Congreso le aplauden al padre de Iván como al ministro Bermejo…

https://ww.abcdesevilla.es/20110430/andalucia/sevi-erederos-regimen-201104292354.html