Reconocerse como pobre y dar el paso de pedir ayuda no resulta fácil. Menos aún si le toca hacerlo a un joven que hasta hace poco trabajaba o contaba con apoyo familiar. Plantarse en la puerta de una parroquia no es una solución que entre en los esquemas de personas que hasta hace unos años tenían un coche, pagaban una hipoteca y salían de copas en el fin de semana. La dureza de la crisis y la elevada tasa de desempleo (que roza el 50% entre los jóvenes) ha cambiado, sin embargo, esta situación. Y los jóvenes necesitan cada vez más ayudas sociales. “De los siete millones de personas que acuden a los Servicios Sociales, el 18% son menores de 35 años”, concreta Tomás Fernández, profesor de Trabajo Social y Servicios Sociales de la UNED. Son parte de los nuevos pobres, pero a la mayoría le cuesta aceptar su situación y buscar ayuda más allá de la tradicional red de apoyo familiar.
En estos momentos existen en España 11,6 millones de personas en situación de pobreza o en riesgo de caer en ella, según datos de la Red contra la Pobreza y Exclusión Social. El diagnóstico se ve corroborado por Cáritas, que atendió 950.000 casos en el año 2010. De esta cifra, 300.000 corresponden a personas que no habían recurrido antes a su red de asistencia. El 38% del total tienen entre 18 y 35 años.
“Las personas en esta situación tienden a negarlo”, dice un psicólogo
“Han aumentado sobre todo los españoles”, explica Juan José López, del Equipo de Estudios de Cáritas España, aunque el receptor mayoritario de las ayudas sigue siendo inmigrante (60%). Atienden a familias con hijos (40%), pero cada vez acuden más personas solas (del 21% al 30% desde 200

.“Percibimos cómo se van agotando las prestaciones y cómo se endurecen los requisitos para acceder a ellas. La mayoría de esas personas ya no tienen ingresos de ningún tipo”, añade López.
Un par de datos adicionales ilustran el descalabro: las peticiones de renta mínima se dispararon el 37,73% en 2009, y el Instituto Nacional de Estadística (INE) recoge que el 26,1% de los hogares admite que llega a fin de mes con “dificultad o con mucha dificultad”.