La Roda de Andalucía - Sevilla

En una feria del libro hace ya algunos años, compre un libro usado y en una de las primeras páginas aparecía esta dedicatoria: “Camina, con eso basta”. Lo cierto es que con el tiempo pienso que quien la dejo dio en el blanco. A veces, nos liamos la vida con un montón de debo, no debo, hacia dónde voy, elijo un trabajo u otro, elijo un camino u otro, por qué hago esto, por qué no lo hago, por qué soy así, por qué no tengo tal cosa…
Y, si paramos, si simplemente caminamos, nos podemos dar cuenta de lo tranquila que es la vida en sí misma, de lo poco que pide y lo mucho que da. En realidad, no suelen pasar cosas graves a menudo; pueden pasar cosas rutinarias, cosas aburridas, pero si es así es porque nos sentimos atados a lo que hacemos, cuando, lo cierto es que no estamos atados a nada. Absolutamente a nada.
Ya sé que hay cosas necesarias, como la comida, y tenemos que trabajar para conseguirla, pero eso no es una obligación, sino que todo ha salido bien y poseemos algo que necesitamos: el trabajo y, en consecuencia, la comida.
Por un rato, dejemos de pedirnos lo imposible, incluso lo posible, por un rato dejemos de conformarnos o no conformarnos, por un rato tomemos la vida tal cual es y veremos que no tiene nada que ver con lo que hacemos o lo que tenemos. La vida en sí misma es algo que está ocurriendo hagas tú lo que hagas o pienses tú lo que pienses. En muchas ocasiones, lo que ocurre es que estamos tan despistados que pasa mientras miramos hacia otro lado, que somos sin darnos cuenta de que estamos siendo.
Sentémonos un rato simplemente a mirar, a contemplar lo que no cesa de ocurrir, lo que siempre está siendo, más allá de las personas que van y vienen, más allá de lo que vemos directamente. Siente que la vida está, es, caminemos con el paso de una brisa tenue y agradable. Y tú eres parte de ella. El planeta gira, las estrellas no dejan de brillar, tu corazón no deja de latir. Seamos conscientes de ello, disfrútenla y caminemos, con eso basta.
P.D. Queden en Dios amigos.

Buenas noches compañeros de foro,

Compañero coracha, reducir las cosas a su mínima expresión es una posibilidad más literaria que práctica. Sí, sí, por supuesto no todo puede ser medido desde el practicismo y la funcionalidad.
El paso de las estaciones, la agradable sensación del frío en nuestra cara el sonido de la voz de un niño...
Pequeñas cosas que hacen nuestra vida más ancha con que sólo seamos conscientes de su realidad. Y es cierto todo ello se encuentra libre de IVA.
La rutina cotidiana es, en cambio, menos lírica y sensiblemente más prosaica: citas que cumplir, importes que satisfacer, largas esperas, gestiones que se eternizan, desatención institucional y sordera administrativa, rapacidad financiera... Urgencias insoslayables.

No coracha. Estamos rodeados de lirismo, Sí, pero no nos es dado disfrutarlo. Disfrutar una puesta de sol exige que nuestra vida, a niveles básicos, nos permita esa mínima desconexión.

Salud.

Compañero mae_west, apuntaria tambien, esos dias, cuando se desipa la niebla, llega el cartero, con una notificación de sobre negro.
Hacia un dia precioso, hasta que llego alguien..., menos mal que yá es de noche y estais vosotr@s.

Como bien dice compañero mae_west desconectar durante algunos momentos y en determinadas ocaciones me atrevo a decir que es positivos para todos.
No deberiamos permanecer en un estado de batalla perpetuo, nuestra psique se volveria insensible y para eso ya tenemos los cada vez mas numerosos robots.
Como decia benedetti, contra el optimismo no hay vacunas.