La Algaba - Sevilla

Borrado por un Moderador.

CORBE3 o loperista habla de tu equipo y veras como te quedas sin paginas pa escribir fenomeno y deja a los equipos de "primera" en paz.

Sin duda, la miseria ha venido para quedarse. No es de extrañar que el equipo pierda cinco partidos seguidos, pues está cogido con alfileres en todas las líneas. Un portero que cumple años y pierde reflejos. Ya no para un balón y se ve superado en cada partido que juega. Mal asunto. No pesan los años, pesan los kilos. Eso decía hace unos meses, y se vanagloriaba de un buen plan de alimentación. Y es verdad que ayuda, pero los goles, inexcusablemente, caen en cada partido. Palop, debes colgar los guantes.

Javi Varas no es nadie. El de Pino Montano, anda despistado, eso es así. No es sustituto ni en preferente.

La defensa, un coladero. Escudé, cansado de superficialidades, no impone jerarquía a unos señores que no sienten sus colores.

Como Alexis, que lo echaron de Valencia a las primeras de cambio, más preocupado por su imagen de chico potente y resultón que por cuidar sus cualidades defensivas, como chico malo.

Ni Fazio, el hombre de cristal que permanece lesionado ya demasiado tiempo, y que cuando sale al terreno de juego aporta poca cosa si lo comparamos con lo que ofrecen los delanteros rivales, que son muchos goles en contra.

Drago no mejora, porque es otro que no pone demasiado interés en superarse ya con una edad avanzada.

Cáceres venía como estrella, pero se ha estrellado al ver que su mejor etapa como futbolista se quedo en el Recre y el talento se lo dejó en un viejo baúl de Uruguay.

Navarro se quedó compuesto y alborotado cuando vio en la plantilla donde recalaba, y obvió jugar al fútbol, si no era por dinero.

Konko. Qué decir de este hombretón poco diestro en toda su extensión. Ni para rematar con la derecha, ni para imprimir destreza. Sin comentarios.

Llegó un tal Dabo, a coste cero, de las rebajas de julio. Poca cosa. Hacía falta banda, y se jugaba con la palabra polivalencia en ambos costados, que en fútbol es como decir: aprendiz de todo y maestro de nada. Así ha salido. De porte espigado y maleable, ha terminado siendo lo que es y no puede esconder: una medianía.

Queda la esperanza de Luna. Si. Voluntarioso y generoso en el esfuerzo. Pero poco más. Un cero a la izquierda en los planteamientos del técnico sevillista hoy en día. Un hombre de cantera, pero de las de piedra, pues trabaja mucho, pero de talento limitadito. Es como la gaseosa. Con un poco de suerte, aspira a dejar la disciplina sevillista, y jugar habitualmente de titular en un equipo de segunda o segunda b, al igual que Cala.

El centro del campo da auténtico escalofrío. La estilizada figura de Romaric lo dice todo. Un abultado centrocampista de corte ofensivo, según reza en su pasaporte futbolístico, pero con menos velocidad y destreza que un pato borracho. Es cierto que es lo mejor que hay a día de de hoy. Con eso lo dice todo la plantilla sevillista. Se esperaba mucho de él cuando llegó en el verano de 2008, pero en cuando se comprobó que no cabía dentro del asiento del avión que lo transportaba a Sevilla, la cosa cambió un poco. Más aún cuando la báscula de la ciudad deportiva sevillista se rompió en mil pedazos una vez que este señor osó a subirse en la plataforma. Su juego es limitado, y lo cierto es que el Sevilla tiró el poco dinero de que disponía para fichar en un osito encantador y simpático, pero que suele acompañar sus desplazamientos con juergas nocturnas, a tenor de lo visto en la ciudad condal.

Renato le pone casta y coraje, pero no da más de sí a sus cuatro mil partidos con la elástica nervionense. Hace lo que puede, pero no es bastante, pues las arrugas en su rostro delatan la precariedad de sus músculos a la hora de diputar balones divididos y jugadas en velocidad.

Se puede optar por Cigarini, pero tiene menos garantías que los anteriores. Vino con la vitola de constructor de juego, cuando lo más apropiado es que se marchara a la Toscana de nuevo a construir viviendas, y a cargar ladrillos como peón de obra. Alguna chispa en el encuentro de ida en supercopa con el Barça y poco más. Resta más que suma, y el resultado ya lo tienen. Tapando cemento en la grada domingo tras domingo.

Zokora no aporta clarividencia sobre el terreno de juego, y parece que le pone ganas el buen hombre, pero Manzano le ha echado la cruz, y lo más cerca que quiere verlo suya es a diez mil kilómetros. Dicen que no era malo recuperando balones, pero la verdad es que con la confianza que obtiene de su coach, parece que su sitio lo tiene escorado en banda. Pero de recogepelotas.

Como también, y por su capacidad de hincharlas, y no las pelotas que se pierden por la banda, sino las de sus aficionados, aparece de vez en cuando Guarente, por la ciudad deportiva, esperando no ser fusilado el día menos pensado. No tiene culpa. Es buen tipo. El Sevilla, incluso con informes médicos adversos, optó por ficharlo, y la realidad es implacable. Lesionado de larga duración. Por Italia dicen que cada vez que suena la palabra Sevilla, ríen a carcajadas. El dinero se esfumó, a cambio de un tipo que siendo presentado como un gladiador en las cercanas tierras de Santiponce, no llega ni a esclavo romano venido a menos futbolísticamente hablando. El chirigotero se cubrió de gloria, y dicen que piensa dedicarse una coplilla en carnavales. Total, al león de San Fernando tampoco se le daba mal comerse las redes de la portería, sacando balones de ella cuando defendía los palos. Justo como en el circo romano, pero sin leones, sino con esféricos redondos.

Al duende de Los Palacios no se le puede echar demasiado en cara. Es atrevido con el balón, tiene algo de regate y no desborda del todo mal. No pone muchos balones al área en condiciones, y abusa del uno contra uno, pero es de lo poco salvable que tiene esta plantilla. Su sitio es vestir de blanco, pero en latitudes algo diferentes. Tiene a tiro de Ave a un compañero cuyo nombre es Sergio, que juega de lateral en otro equipo blanco, que además no para de arengarle buenas noticias desde la capital de España, pero es reticente al cambio. Todo llegará, como llegó la huída de ese tal Sergio.

Caso distinto es el de Perotti. Quiere hablar como Messi, porque según él, por ahí se empieza. Intenta entonar las palabras como el astro che. Incluso un logopeda lo ayuda. De hecho, es también argentino, pero en la nacionalidad se acabaron las similitudes. Este año es para olvidar, y eso es otra rémora para la nave sevillista.

El otro diego, de apellido Capel, no está para muchas bromas. Da más vueltas que un taladro, pero con escasa efectividad. De hecho, consigue marear a sus rivales, pero más de un defensa ha empezado a descubrir que si se para a fumarse un cigarro mientras que este señor comience a dar vueltas sin parar, olvidando su marca, en diez minutos no se ha movido del lugar de partida. Suele parecerse a una peonza en carrera, pero lejos de avanzar, lo que hace es rotar sobre su propio eje. Desde Rusia, emiten informes para ficharlo como bailarina de danza clásica.

Qué decir de Acosta ¿? No encuentro las palabras para no temblar de risa frente al teclado. Sin comentarios. Por respeto a la afición sevillista, no diré mucho más de él. Me parece algo cómico, pero sin embargo, no es de buen gusto mofarse de un chico que dice que quiere triunfar en el Sevilla. De pena. El siguiente no le va a la zaga.

Keasemo Koné es un ejemplo claro de superación personal….lo siento, pero ahora sí que me voy a tomar un descanso para poder sonreir con total tranquilidad……………………………listo. Su mayor reto consiste en marcar algún gol en el partido de champion por áfrica (no la chilindrina, otra áfrica). Tampoco lo consiguió.



José Carlos es otro chaval que no da más de sí. Eso sí, es joven y aún puede progresar si se foguea en algún equipo de de preferente. Si se lo toma con ahínco, puede llegar a vivir del fútbol. Estrechamente, pero podrá sobrevivir si se dedica a esto.

Quien se quiere dedicar a meter goles, pero en otro club lejos de Sevilla, es Luis Fabiano. El fabuloso. El tremendo. El delantero. Tres años hubo que esperarle para que destapara el manual del gol en Sevilla, y cuando lo hizo, se quiso marchar, porque si sitio no estaba en un club de medio pelo, sino de postín. Marsella, Milán……ahora mismo dicen que prefiere incluso Eibar con tal de alejarse del Sevilla. No lo tratan bien, dice su representante. Puede ser o no. Pero quiere irse. Su objetivo era jugar champion, y eso, aquí en el Sevilla, no lo conseguirá, pues el ritmo del equipo invita a ser muy pesimistas. Ahora se conforma con montarse en el avión rumbo a ninguna parte.

Kanouté es un ejemplo de lo que un jugador correcto puede mermar con la edad. El físico no perdona, y los diez mil partidos jugados al año para rescatar al Sevilla se acumulan en forma de plomo en su físico. Fiel al Sevilla, eso sí. Acude a sacar las castañas del fuego, pero no vestirá eternamente la camiseta del conjunto nervionense. Comprometido con la miseria y los más pobres, el Sevilla es su sitio natural.

Negredo llegó a Sevilla con la ilusión de hacer algo grande. Sin contar con su bote de fijador capilar, lo más grande que ha visto ha sido ver pasar la titularidad en el club a comprobar del material con que están hechos los banquillos. Es triste, pero no deja de ser una realidad. Decían que el Madrid había dejado marchar a un futbolista de nivel. No sé sabe el nivel. Seguramente en el patio del colegio de su sobrino, dé la talla. Pero en el Sevilla, es muy insuficiente.

Y ese chaval llamado a comerse el mundo en tierras almerienses y que llevó al Sevilla a meterse en la previa de una competición de auténtico nivel. Rodri. Qué ha sido de Rodri ¿? Va por los campos de Lorca y Melilla marcando goles. El problema es que sigue en el filial, porque tampoco, por lo visto, merece estar fijo en la primera plantilla. Perdón. Jugó con el primer equipo ante el Real Unión de Irún. Excelente bagaje. Todo un crack.

Esa es la realidad del Sevilla, y su afición, soberana, debe tener claro en quien tiene depositadas sus ilusiones. El sí o sí ahora quiere decir: si o no. Es una pena vivir así. No en vano, muchos aficionados sevillistas se acercan a Heliópolis para cambiar de escudo, haciendo Betis y adquiriendo sus abonos . Se aceptan sin problemas, siempre que porten la bandera de la humildad, como todos los que van por aquella zona de La Palmera. La soberbia que se quede en Nervión.

Una plantilla absolutamente descompensada y frágil. Todo un mar de sinsabores al sevillista, que se ha de contentar con miserables gotas de triunfo tras cinco partidos de liga consecutivos sufriendo tremendos varapalos deportivos, institucionales, y económicos por la no participación en la competición de champion.

Lluvia incesante de miseria que crece en las arcas sevillistas. Trastornos emocionales que cada domingo los sevillistas acumulan en sus ya dilatadas pupilas de tanto penar y sufrir. Mientras tanto, una plantilla que se pasea impunemente por los atajos de la incompetencia, menguada por los fichajes de medio pelo y bajo el signo de la pesadumbre por los escasos resultados obtenidos en la clasificación. Derrota tras derrota que hacen de el Sevilla un ejemplo de lo que ningún club de fútbol serio y moderno debe hacer para con sus aficionados. Desastres que no cesas. Hecatombes que no hacen sino incidir en una crisis aboluta. Calamidades que fluyen por cada rincon de la planta noble sevillista. Atrocidades que suponen una merma total al sabor que la victoria cosechada con humildad reporta. Antipatías por toda España creadas por un onsejo de Administración vulgar y fanfarrón. Comidas de orejas y rabos que evidencian la falta de pulcritud deportiva de sus dirigentes más déspotas.

Un un chirigotero sin gracia que se vanagloria de hacer coplillas y vestirse con chaquetas de colores en los carnavales. Como intérprete sainetero tiene poco que rascar, aunque pra lo que le pagan y para lo que se sube constantemente sus honorarios, que es para fichar jugadores, lo hace rematadamente mal. Experto en lesionados de larga duración y pieza clave en la galopante crisis del Sevilla.

Lo peor está por llegar, pero no todo es malo. Aún puede salvar la categoría. Eso sí, perdiendo los partidos de cinco en cinco, la empresa no parece fácil. Nada fácil.

El Sevilla no tiene arreglo. Ni rumbo, ni vergüenza con su afición, que sabe a estas alturas de las carencias de una plantilla defenestrada.

seguid amando a don manué

que volverá

se lo habeis robado todo,todo



ah y semos de primera





















CANALES DALE TUS DELISIAS DE ENTREPIERNA A SETA MARIKONA